El próximo lunes 17 de agosto a las 05:00 horas se cumplirán 144 días desde que el Gobierno determinara el inicio del confinamiento para la comuna de Santiago, el más largo en Chile desde la llegada de la pandemia, medida que llegará a su fin -junto a Estación Central- con el comienzo de la etapa de transición, beneficiando a más de 500 mil personas.

Recordemos que actualmente la comuna acumula 211 casos y una tasa de incidencia de 41,9%, menos de la mitad de la Región Metropolitana en su totalidad, con un 86%. Por otro lado, entre el 3 y el 9 de agosto, Santiago realizó 807 test PCR con resultado positivo en 32 personas, dejando la cifra en un 4 por ciento. Mucho menos que el 7 por ciento del resto del país en el mismo período.

Gabriel Cavada, bioestadístico de la Clínica Alemana, comenta que “en Santiago, el factor de crecimiento de la epidemia se encuentra en una contracción del 10% cada cuatro días, y hay una tasa de contagiados activos de 43 por 100 mil habitantes. Estación Central también tiene una contracción de la epidemia del mismo 10% en cuatro días, pero con una tasa de 53 por 100 mil habitantes”.

“En términos de las velocidades de crecimiento de la pandemia, son bastante comparables al resto de las comunas de la región Metropolitana, incluso las que salieron de la cuarentena hace un par de semanas. Respecto a estos números, es bastante razonable que estas comunas hayan cambiado de estatus”, afirma.

En general, expertos chilenos señalan que aún es pronto para sacar cuentas alegres, y advierten que tanto Santiago como Estación Central albergan una gran cantidad de comercio ambulante y transporte público, entre otros.

Para el Dr. Roberto Olivares, jefe de infectología de la Clínica Dávila, “de acuerdo a la información disponible, la tasa de positividad de PCR en Santiago y Estación Central son más bajos que el promedio de la Región Metropolitana, por lo que se han ido cumpliendo las metas exigidas para pasar a la etapa de transición”.

“Lo que viene después es lo complejo. Van a ser muy importantes las medidas que tome la autoridad de salud y las municipalidades para fiscalizar al comercio, evitar las aglomeraciones, mantener el distanciamiento físico, etc. El esfuerzo educativo y comunicacional también debe ser prioridad hacia los habitantes de estas comunas, pero también es fundamental que sean conscientes y responsables para cumplir y mantener todas estas medidas”, agrega.

“Por último, la trazabilidad de los nuevos casos y sus contactos también es de importancia capital para evitar el rebrote”, dice el especialista.

El Dr. Ignacio Silva, infectólogo y académico de la Escuela de Medicina de la Universidad de Santiago, indica que “las comunas tienen una tasa de incidencia y casos activos similares a otras en las que han avanzado en el plan de desconfinamiento. Sin embargo, lo que preocupa es que se trata de lugares con una gran tasa de población flotante, comercio informal y personas que se trasladan de comuna a comuna”.

“Por ello, si la fiscalización es adecuada y la gente entiende el riesgo de exponerse de forma innecesaria, creo que es una medida que tenía que adoptarse. Por números, es correcto, aunque pensando en otras variables uno podría tener algo de aprehensión. Además, las comunas aledañas a Estación Central y Santiago tienen en general números bastante buenos, algo que se podría esperar antes de levantar las cuarentenas”, agrega.

Además, Silva sostiene que “la decisión está respaldada por los indicadores que el Gobierno sugiere, aunque creo que hay que ser muy activo en la fiscalización y generar mucha consciencia en la población para que no se exponga. Es inevitable que haya rebrotes o aumento de los casos, y lo importante es que la trazabilidad sea la adecuada, así como lograr identificar y aislar a los casos nuevos y sus contactos”.

“Lo más importante en esas comunas es la fiscalización del comercio: que no haya gente de comunas aisladas que se trasladen a estas comunas sin cuarentena y que se cumplan las medidas de prevención para trabajadores y clientes. Teniendo eso controlado, podría resultar bien”.

El Dr. Claudio Méndez, director del Instituto de Salud Pública de la Facultad de Medicina de la Universidad Austral, cuenta que “es importante establecer que uno de los aspectos fundamentales es el aumento de la movilidad de las personas, así como comunas contiguas que puedan estar en el mismo paso. Un tema fundamental será mantener la vigilancia epidemiológica para poder adelantarse a la presencia de algún conglomerado familiar o empresas que estén haciendo funciones esenciales”.

“La Región Metropolitana por sus características, tiene una movilidad importante. Avanzar hacia una transición implica tener la posibilidad de planificar cómo van a ser los desplazamientos dentro de la comuna; son lugares con gran cantidad de habitantes y transporte público con alta demanda”, añade.

“Una de las grandes falencias que tiene el plan ‘Paso a Paso’ es que no indica finalmente cuáles son los indicadores que determinen que las comunas permanezcan en transición o puedan seguir avanzando. Es importante la vigilancia epidemiológica, la identificación de los contactos, el aumento del acceso a los exámenes de PCR, que dentro de 48 horas la gente pueda estar notificada y se puedan realizar las investigaciones para que en conjunto con la autoridad sanitaria se realice el seguimiento”, afirma.

“Los confinamientos son medidas de las que no teníamos idea hasta ahora. Han sido tremendamente duras en lo social, familiar, laboral y económico, y nadie tiene dudas de su impacto”, cuenta la Dra. Jeannette Dabanch, médico infectóloga y directora del programa de especialización en infectología de la Escuela de Medicina de la Universidad de Valparaíso.

“Pero, el virus está acá, instalado. Si observamos las últimas semanas, a medida que se han ido desconfinando comunas y ciudades, ha ido aumentando progresivamente el número de casos activos, prácticamente en todo el país. Hay que entender que si la comunidad toma esta medida como inexistencia del virus, nos va a ir mal”, sostiene.

“El virus se mueve con las personas”, afirma.Y si aumenta la movilización de las personas de forma significativa, le damos todas las facilidades para que se pueda transmitir y producir nuevos casos. Hay que recordar que ya hemos aprendido suficiente del virus: se empieza a transmitir antes de tener síntomas, por lo tanto, la persona que circula podría manifestar la enfermedad hasta 48 horas después y ya haber transmitido la enfermedad. Y también tenemos el conocimiento que personas asintomáticas también pueden contagiar a otras”.

“Podemos volver atrás en las medidas, pero no en el sentido en el que todos estamos agotados, más empobrecidos y el sistema sanitario está muy afectado en recursos, y estamos funcionando con otro sistema. Todo paciente que ingresa se le hace un examen PCR para saber dónde hospitalizarlo con menor riesgo para él, para quien va a compartir una habitación, y también buscando resguardar al personal sanitario que lo atiende”.

“Las claves son la comunicación, educación y sumar a la gente para que consideren que el riesgo es de todos. Eso implica que los empleadores entiendan y acomoden sus ambientes laborales para facilitar el distanciamiento, y que sólo las labores esenciales sean presenciales. Necesitamos que en la comunidad el ingreso laboral sea escalonado de tal forma de no producir los peaks que se formaron antes, que la gente use sus mascarillas de forma permanente, que los casos sean identificados ojalá en las primeras 24-48 horas para evitar la circulación de una persona sintomática, facilitar las licencias de aislamiento o cuarentena, disminuir el tiempo de espera entre el examen y su resultado, enre otros. Tenemos más preguntas que respuestas”, admite la especialista.

“No sé si tenemos hoy las capacidades para lograr tal capacidad de trazabilidad, más cuando hablamos de dos mil casos diarios, y cada uno debe generar cuatro o cinco contactos en promedio. No hay ningún lugar en el mundo, ni países desarrollados o con recursos que tengan el sistema perfecto. Ninguno hasta ahora”, sentencia.