El cóndor se convirtió en el símbolo patrio en 1834, cuando el Congreso de Chile aprobó incorporarlo después del diseño del militar y pintor británico radicado en nuestro país, Chatworthy Wood Taylor.

En ese entonces, se trataba de una especie muy abundante en los cielos del país, y nadie imaginaba lo que ocurriría con la especie casi dos siglos después. Declarado en peligro de extinción, su población ha sufrido una importante disminución, que varias iniciativas medioambientales intentar revertir.

Científicos registran ave chilena volando sobre el glaciar El Yeso a más de 5.000 metros de altura

Una de estas es el Proyecto Manku, donde colabora la Filantropía Cortés Solari, Rewilding Chile y AvesChile.

El proyecto acaba de dar a conocer los datos recogidos durante el año recién pasado sobre algunos detalles del comportamiento de esta simbólica ave. El análisis mostró patrones de vuelo a gran altura y de extensas distancias, gracias al registro de los cóndores que han sido liberados al medio y monitoreados con sistema de detección satelital.

Eduardo Pavez, director de la iniciativa, cuenta que ya se han liberado 20 cóndores desde 2019, y 14 de ellos han sido equipados con transmisores satelitales. Ocho ejemplares se han liberado en Chile Central y seis en Patagonia. A partir de la información recibida se ha podido determinar patrones de uso del espacio de estas aves.

Pavez cuenta que el 27 de febrero de 2024, un cóndor de ocho años de edad -que posee la marca “C 37″, y que había sido liberado en diciembre de 2021 en la Reserva Likandes- sobrevoló el glaciar El Yeso, en el cerro Mesón Alto, en el Cajón del Maipo, una montaña de 5.260 m. Es el registro que muestra la mayor altitud durante este año de todos los individuos que poseen transmisores.

Imagen de un cóndor. Crédito: Eduardo Pavez

En paralelo, otro cóndor nacido en el Centro de Rehabilitación de Aves Rapaces en Talagante, que no tenía ninguna experiencia de vuelo cuando fue insertado al medio natural en diciembre de 2021 en la misma reserva, actualmente tiene una gran movilidad. Por ejemplo, a principios de diciembre del año pasado, C36 voló 400 km en dos días, desde la Región Metropolitana hasta la Región del Biobío. La ruta la realizó incluso internándose bastante en el territorio argentino en la Provincia de Neuquén.

Así mismo, Liquiñe, una condorita liberada en el Parque Nacional Patagonia en 2022, en la Región de Aysén, y que hoy tiene cuatro años de vida, durante todo 2024 centró gran parte de sus movimientos a 100 km al este de la frontera, en Argentina, en el cañadón Río Pinturas, donde se encuentra la famosa Cuerva de las Manos.

Las sorprendentes conductas de los cóndores en los Andes

Los cóndores son aves tremendamente eficientes en sus desplazamientos a grandes distancias. “Esto lo consiguen gracias a su capacidad de planeo sin igual, con un consumo mínimo de energía”, comenta Eduardo Pavez. Así, detalla que son capaces de desplazarse cientos de kilómetros sin siquiera batir las alas, aprovechando las corrientes de viento que se levantan en las laderas de las montañas.

Imagen referencial. Crédito: Eduardo Pavez

El experto señala que estos ejemplares liberados habían sido recuperados luego de sufrir daños o bien haber nacido en cautiverio. “Sus patrones de vuelo a gran altura y cubriendo grandes distancias hablan de su adecuada adaptación al medio y buen estado de salud. Esto nos llena de satisfacción porque nos indica que, como Proyecto Manku, junto a muchas personas e instituciones que han colaborado en el manejo de cada cóndor, hemos hecho un buen trabajo”, finaliza Pavez.

La información fue obtenida de sus transmisores cuyas baterías se recargan gracias a que en su parte superior tienen un pequeño panel solar, lo que les da una larga vida útil. El transmisor más antiguo opera desde hace cinco años.

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