A más de un año de la pandemia, y después que el país registre 1.175.614 de personas infectadas y 25.975 fallecidas, el tratamiento para estos pacientes ha ido mejorando y evolucionando.
Más allá de tratamientos médicos específicos, se han incorporado nuevas formas de tratar a los enfermos, los que ayudan considerablemente a los pacientes a sobrellevar la enfermedad.
Algunas de estas innovaodoras técnicas fueron puestas en marcha en la Clínica Alemana, las que buscan reforzar el aspecto anímico y mental, tanto en pacientes como en médicos y enfermeras. se trata del Código de la felicidad y Cariño terapia.
El primero consiste en brindarle una emotiva despedida a los pacientes dados de alta. Parte del equipo médico, que estuvo a cargo de la persona, al momento de salir tocan un gong, simbolizando el triunfo frente al virus.
Mientras que la segunda, se trata de un proceso de compañía por parte de alumnos de segundo y tercer año de Enfermería, durante el desarrollo de la enfermedad.
Maritza Navea, directora de enfermería de Clínica Alemana, explica el origen y revela detalles internos de las medidas.
“Nunca me voy a olvidar de la primera vez que me tocó tocar el gong”, recuerda hoy Maritza Navea. Dice que la idea simplemente surgió de ellos, del equipo de enfermería. “Es sumamente emotivo, porque le hemos incorporado aspectos importantes, como que toda la gente cuando se despide le hace una fila al paciente y cuando va saliendo de la clínica lo aplauden (todo conversado anteriormente con la familia)”, señala.
Ocurrió, por ejemplo, con un paciente de 22 años, que estuvo hospitalizado 14 días por Covid-19. Al salir, recibió una despedida con el Código de la felicidad, simbolizando el triunfo por sobre la enfermedad.
Además, “los esperamos con carteles y afiches. Es una cosa tremenda, uno no puede contener las lágrimas, han sido momentos muy emotivos, ver la cara del personal y también la emotividad de la familia. Los pacientes están aislados, solo tienen contacto a través de la tecnología. Pero no en persona. Nosotros le entregamos un diploma hecho por nosotros mismos, donde le ponemos una leyenda que la persona ha vencido al Covid, que es una cosa muy linda”, explica Navea.
Perspectiva humana de los pacientes
Navea recuerda otro caso emblemático, el de una mujer mayor que estuvo más de dos meses internada. “Fue tremendo porque no solamente estuvo ella, sino también su marido. Y después se reencontraron afuera. Si bien ahora es una cosa más común, sigue siendo la despedida para un paciente que vence el Covid”.
Incorporaron otros método, adicional al Código de la felicidad. “Ahora hicimos la Cariño terapia, le inventamos el nombre. Las alumnas de la Facultad de Medicina de la Universidad del Desarrollo, niñas de segundo y tercer año que no pueden entrar a hospitales de práctica, hacen un voluntariado con todo un protocolo para acompañar a los pacientes. Andan con su foto en la frente en el casco y entregan cariño, solamente la parte afectiva. Luego en cuarto año hacen una práctica intensiva con una tutora y en quinto año hacen el internado”, señala Navea, quien añade que cuentan con más de 2.000 personas trabajando y el 90% en primera línea.
Eligen y seleccionan las historias que más les impactan, “por ejemplo un jardinero de la clínica que estuvo a punto de morir, un señor sobre 65 años. Son historias tan lindas. Cada vez que pasa el tiempo, son más emotivas las despedidas. Uno ve una perspectiva humana de los pacientes, hay un lazo que se instaura entre el equipo de salud y el paciente, es más que un manejo clínico. Somos las únicas personas que estamos al lado de ellos, no tienen otros contacto. Es mucho más que la enfermedad. Después nos llegan regalos de las familias para agradecernos, comida, cajas, de todo. Muestras de agradecimientos”, revela la directora de enfermería de Clínica Alemana.
Navea revela que ha cambiado el perfil de los pacientes. “Antes eran pacientes añosos con estadías prolongadas, actualmente son pacientes de 20 años hasta 65 años. Antes no lo veíamos”.
He visto en televisión que en otros lugares aplauden, “pero nosotros le hemos puesto nuestro cariño y otras formas. Dentro de toda la relación que se crea, está el efecto positivo en el equipo, anima para seguir trabajando con amor, entrega. Y en los pacientes, vemos a la gente cómo está, si necesita algo, cómo los podemos ayudar. Los pacientes se llenan de alegría cuando uno les entrega apoyo y ánimo, la emoción es cada día más grande, hemos tocado la fibra del ser humano”, reconoce Navea.