“Las condiciones meteorológicas favorables permitieron apreciar la mayor intensidad y altura de incandescencia en el volcán Villarrica, la cual osciló entre 80 y 220 metros sobre el nivel de su cráter y observada desde sectores distantes al volcán”, informó el Servicio Nacional de Geología y Minería de Chile (Sernageomin).
Preocupados se encuentran vecinos, turistas y autoridades. Una verdadera columna de fuego, conocido técnicamente como incandescencia, se puede presencia en el volcán. También se confirmó una anomalía en el foco de calor en la zona del cráter.
“La constante emisión de gases y altas anomalías térmicas reportadas en días anteriores, son coherentes con el fenómeno observado en las últimas horas. Otros parámetros de monitoreo no muestran variaciones significativas, por lo tanto, se mantiene la alerta técnica Amarilla”, añadió el Sernageomin.
La Oficina Nacional de Emergencias (Onemi), indicó que “se mantiene la zonificación de peligros, considerando como zona de probable afectación por productos volcánicos un radio de 500 metros respecto del borde del cráter activo. En consecuencia, el Sinapred mantiene el perímetro de seguridad para las regiones de La Araucanía y Los Ríos, con 500 metros alrededor del cráter activo, restringiendo el acceso de ingreso a estos terrenos, en conformidad con las facultades que otorga el artículo N°38, letra d), de la Ley N°21.364″.
Además de las columnas de fuego y las fumarolas, durante los últimos días se han observado “disparos sísmicos” con más de 20 temblores en el sector, todos de origen volcánico. La actividad de tipo estromboliana de este macizo, implica constantes burbujas de gas hacia la superficie que arrastra magma y expulsa flujos de piroclastos, que puede constituir un riesgo para las personas.
Situado en el límite de las provincias de Cautín y Valdivia, y entre los lagos Villarrica y Calafquén, cuenta con un amplio historial de erupciones, destacando las de 1948, 1963, 1964, 1971 y 1985. Actualmente es considerado el más peligroso del país, número uno en el Ranking de Riesgo Específico de Volcanes Activos de Chile y considerado uno de los volcanes con mayor registro históricos de erupciones de Sudamérica.
Posee un cráter abierto de 200 m de diámetro, con fumarola continua y un lago de lava cuasi permanente, cuya superficie posee altura variable. El volcán está cubierto por un importante glaciar que se extiende por 30,3 km2 con un volumen equivalente en agua de ~4,2 km3.
“Hemos comenzado a observar cierta actividad a nivel superficial en las cercanías y al interior del cráter hay evidencias de que el lago de lava, está muy cercano a la superficie y está siendo alimentado por gases que revientan en superficie y que genera pequeñas explosiones, que lanzan lava incandescente en el entorno del cráter del volcán Villarrica”, explicó Álvaro Amigo, subdirector nacional (s) de Geología de Sernageomin.
Daniel Epprecht, director regional de la Oficina Nacional de Emergencia del Ministerio del Interior (Onemi), fue aún más claro, precisando que hay que estar preparados para lo que venga. “Esperemos que no ocurra una erupción, pero es minuto de prepararse. El volcán Villarrica ha hecho erupciones mayores y buscamos con esto disminuir la vulnerabilidad de las personas que habitan en el sector”.
Próximo a dos sistemas de fallas
Pablo Salucci, geógrafo de la Universidad Católica, señala que la sismicidad observada en los últimos días en el Volcán Villarrica, “corresponde a aquella que va asociada al movimiento de fluidos y gases al interior del mismo, que al subir su nivel de actividad, asociada a los cambios de presión al interior del volcán, se mueven y van fracturando la roca al interior del edificio volcánico. Por esta razón, cuando aumenta los niveles de actividad de un volcán es posible observar este tipo de sismicidad, los cuales pueden ser detectados y monitoreados instrumentalmente, de manera de evaluar las respectivas alertas técnicas (Sernageomin) y civiles (Onemi)”.
Felipe Aguilera, director del Instituto Milenio de Investigación en Riesgo Volcánico - Ckelar Volcanes y académico de la Universidad Católica del Norte, dice que el volcán actualmente está con una columna de magma súper alta. “Lo que vemos es un lago de lava, por lo tanto, el estado actual de actividad del macizo es muy parecido a lo que ocurrió en 2015, después de la última erupción grande. Es decir, la columna de magma asciende y aparece el lago de lava, acompañado de ascenso de volátiles que salen como grandes burbujas, que a su vez, provocan esas pequeñas explosiones que se han estado reportando conocidas en el ‘dialecto’ volcanológico como explosiones estrombolianas”.
Al observar los últimos sismos registrados en el volcán se observa el denominado “disparo sísmico”, el cual está referido a un aumento significativo de los sismos volcánicos registrados. Esto se condice con el nivel actual de alerta con el que se encuentra el volcán en este momento. “En este sentido, la alerta amarilla indica que existe una inestabilidad del macizo, con explosiones menores, aparición de fumarolas e incremento de su actividad, entregando informes quincenales acerca del estado del volcán”, añade Salucci.
El geógrafo aclara que esto no indica que estemos frente a una inminente erupción, pero si se debe estar atento a los posibles cambios que se pueden registrar en las próximas semanas o meses. “No olvidemos que dada la peligrosidad de este volcán (el mas peligroso de Chile, según el Ranking de Riesgo Específico de Volcanes Activos del Sernageomin es monitoreado constantemente y por esta razón los municipios involucrados poseen planes de acción y zonas de evacuación y puntos de encuentro”.
Aguilera considera que estas explosiones durante el día también se ve un montón de gas y en la noche se ven espectaculares “fuegos artificiales”, producto de una actividad esperada en un volcán activo como el Villarrica. Lo que hoy ocurre, pequeñas explosiones con material que se comienza a acumular en el cráter, puede ser parte de un proceso que se mantenga por varias semanas con la columna de lava y explosiones, y no necesariamente acompañado de una erupción mayor. Puede ocurrir que ocurra una descarga mayor como el 2015, pero eso aún no lo sabemos con el material.
Salucci, académico de la Universidad San Sebastián, explica que el volcán Villarrica está próximo a dos sistemas de fallas que se cruzan en su flanco sur-oriente, las cuales corresponde al Sistema de Fallas de Liquiñe-Ofqui y la Falla Mocha-Villarrica, las cuales generan su propia sismicidad, como se ha observado en eventos sísmicos pasados, como el ocurrido el 23 septiembre de 2018 con una magnitud de 3.2. Importante mencionar que la actual sismicidad observada, corresponde a los movimientos de los fluidos internos y no estaría relacionada con las fallas mencionadas.
Explosiones periódicas: un peligro real
La sismicidad asociada en los últimos días, puede anunciar la presencia de una próxima erupción, aunque no siempre es así. El ascenso de magma que es el que genera un aumento de sismos en la zona. Según Aguilera, la actividad sísmica es clarísima como patrón de erupción pero debe cumplir una serie de características como mayor frecuencia e intensidad. “La situación actual del Villarrica revierte peligro, por las explosiones periódicas y expulsión de piroclastos o material volcánico del macizo con un radio que puede superar fácilmente los 5 kilómetros y, por lo tanto, la actividad turística debe estar restringida, y los poblados cercanos estar preparados”, señala Aguilera.
El Villarrica siempre va a ser un peligro real, en especial, porque es un macizo con actividad volcánica histórica y algunas muy intensas, con ciudades y población expuesta muy cercana. Independiente de la actividad reciente, es un volcán que siempre será una amenaza natural latente en la zona sur de Chile. “Principalmente seguir las recomendaciones de las instituciones asociadas al peligro volcánico Sernageomin y ONEMI. Son ellos lo que generan la alerta y son los que manejan la información –entregada por el Observatorio Volcanológico de los Andes del Sur (OVDAS) – actualizada sobre el estado de la actividad volcánica de los volcanes, en especial el Villarrica, que es uno de los más monitoreados y con mayor instrumentación en el país, por lo tanto, podrán reaccionar a tiempo”, explica el director del Instituto Milenio de Investigación en Riesgo Volcánico - Ckelar Volcanes.
“Lo segundo es a más largo plazo y tiene que ver con la concientización de la población sobre los peligros volcánicos. Como país debiéramos trabajar en planes de gestión del riesgo volcánico y mantener constantemente informada a los poblados expuestos a un volcán, trabajar, capacitar y educar en riesgo volcánico a las comunidades y especial a los operadores turísticos, de manera, que tomen buenas decisiones y disminuyan el riesgo de desastre”, establece Aguilera.
El académico de la Universidad Católica del Norte dice que deben existir planes que incluyan vías de evacuación –como si ocurre en algunas ciudades costeras del país con los tsunamis–, en caso de una emergencia volcánica. “Esta debe incluir vías claramente identificadas y visibles en las calles que indiquen por dónde evacuar, cuáles son las principales ciudades y localidades en riesgo por estar expuesta tanto a posibles lahares volcánico (lava y sedimentos que bajan por el volcán), como a los materiales que expulsa el volcán en erupción como cenizas, piedras, y otros. Conocer las zonas de seguridad de tu ciudad y qué medios utilizar para evacuar. Toda esta información debe estar visible y accesible a toda la población expuesta hoy a algún potencialmente activo de Chile”.