Ha sido un 2023 marcado por temperaturas elevadas y olas de calor. Es más, durante enero, particularmente la zona central, fue testigo de termómetros que superaron los 40°C, fenómeno que se podría repetir. Todo indica que así ocurrirá.
Si bien el fenómeno de La Niña ayuda a que los termómetros no se eleven de sobremanera, de todas formas la estadística indica cifras elevadas. Esto también ha sido motivo para un incremento en la cantidad de incendios, con una superficie quemada 40% mayor que en la temporada anterior.
Enero promedió 1°C sobre valores típicos, y febrero también ha presentado temperaturas extremas, estadísticas que podrían acercarlo a los febreros más calurosos de la historia. “En 2020 promedió 31,3°C, en 2012 alcanzó 31,2°C y en 2019 llegó a 31,1°C”, señala Raúl Cordero, climatólogo de la Universidad de Santiago.
La Dirección Meteorológica de Chile (DMC) también lo señala en su informe trimestral. Temperaturas sobre lo normal en gran parte del país, establece. Principalmente la temperatura máxima se espera sobre el promedio climatológico, añade.
Cordero explica que probablemente lo que marque lo que queda del verano y el próximo otoño, “sea la transición hacia condiciones neutrales en la temperatura del Pacífico. La temperatura superficial del mar ha estado subiendo de manera intermitente desde diciembre, haciendo que el fin de La Niña sea inminente”.
Por otra parte, las máximas no descenderán de 30°C, con varios días con 33°C o más en la capital. Misma situación para Rancagua, Talca y Chillán. En la zona norte y sur del país la situación es bastante similar, guardando las diferencias geográficas lógicas.
Además, del total de 28 días que tiene el segundo mes del año, es posible que la mayoría no desciendan de 30°C en cuanto a temperatura máxima.
Cordero señala que el fin de La Niña, mejorara nuestras posibilidades de que 2023 no sea un año extraordinariamente seco. “Sin embargo, también termina el efecto moderador que tiene en las temperaturas máximas. La ahora, evidente transición a condiciones neutras en el Pacífico, quizás ayuda a explicar, por qué el final de este verano, y en particular el mes de febrero, ha sido tan extraordinariamente cálido”.
“Lo más probable, por lo tanto, es que las altas temperaturas persistan hacia el final del verano. Febrero probablemente termine siendo el más cálido jamás registrado en la zona central y en la zona centro-sur, y el verano quede muy cerca del verano 2019-2020, el más caluroso jamás registrado en buena parte del país”, añade.
En los últimos meses, han subido de manera considerable las probabilidades de que este año se desarrolle El Niño. “Este calentamiento en la temperatura superficial del Océano Pacífico, frente a las costas de Ecuador y Perú, favorece las precipitaciones en la zona central. Esperemos que este efecto se concrete. Y que eventuales precipitaciones no sean lo suficientemente intensas para causar estragos”, considera Cordero.