Comunidades se capacitan para mejorar el acceso al agua
ARAUCO, Corma y el Centro de Educación y Tecnología CET, lideran un programa que está cambiando la realidad de cientos de familias de la zona centro sur del país. Se trata de obtener el máximo rendimiento del agua disponible, ya sea de la napa o de la lluvia con técnicas relativamente simples para aprender a encontrarla, ahorrarla y cosecharla. Para muchos es la Escuela del Agua que partió en el Valle del Itata, en las Regiones del Ñuble y Biobío, y que pronto se expande a la región del Maule.
La escuela es un espacio donde las personas aprenden. Y la escuela que han desarrollado en conjunto la empresa ARAUCO, Corma y el Centro de Educación y Tecnología CET en el Valle del Itata, región del Biobío a través del Programa Monitores de Agua y Suelo, ha beneficiado a 3.700 personas con un mejor acceso al agua a través de técnicas relativamente simples como capturar agua y luego cosecharla; construir minitranques acumuladores de aguas lluvia; pozos y punteras; regar por goteo y abonar los suelos.
Este conocimiento de lo que para muchos es la Escuela del Agua -y que se está expandiendo a otras regiones como el Maule, así como también ampliando su presencia en Ñuble-, es una fuente inagotable de “aprender haciendo”.
¿Cómo? Vecinos se forman y capacitan como monitores y luego siembran ese conocimiento en el resto de entorno, logrando a la fecha llegar a más de 1.500 personas capacitadas por estos monitores. Les enseñan a implementar técnicas para capturar agua y replicar proyectos que son cofinanciadas entre ARAUCO y los vecinos, y en otras, con aporte de INDAP y Prodesal.
Estas verdaderas “mingas por el agua” ha permitido transmitir colaborativamente el conocimiento entre los vecinos y forma parte del Programa Desafío Agua, que lleva 5 años de trabajo en distintas regiones del país.
“Parte de nuestra esencia como empresa es contribuir a mejorar las condiciones de vida de las comunidades vecinas y para ello debemos involucrarnos activamente generar proyectos que agreguen valor. En este caso, buscamos facilitar a los vecinos de nuestro entorno el acceso al agua y para ello creamos este programa que cuenta con recursos económicos y el apoyo de expertos para idear soluciones que involucren activamente a los mismos vecinos”, dice Francisco Oyarce, Jefe Servicios Ecosistémicos de ARAUCO.
La meta es seguir formando monitores, replicar proyectos, llegar a nuevas regiones y entre todos aportar a mejorar el acceso al agua, añade Oyarce.
Holfira Inostroza, líder de una junta de vecinos que agrupa a 80 familias (320 habitantes) de los alrededores de Quirihue, afirma que lo aprendido lo enseña a otros tal como es en una escuela. En su propiedad instaló un minitranque de 13 mil litros de agua para enfrentar emergencias gracias al financiamiento de ARAUCO y ha enseñado a niños en colegios del sector y vecinos sobre las geomembranas (material que sirve de base del acopio), cómo hacer abonos, cosechar aguas lluvias, entre otras materias.
“Hoy con este programa tenemos una Escuela del Agua y ya no estamos tan desvalidos ante una emergencia. A donde voy predico y mi sueño es que más personas se interesen en conocer de estas materias para así proteger a las futuras generaciones”, comenta esta artesana y recolectora de frutos silvestres.
En estos proyectos ha sido esencial el trabajo conjunto con actores públicos locales como las municipalidades y expertos técnicos como los del CET de Yumbel.
Monitores, héroes sin capa
Para muchos vecinos la Escuela del Agua les ha ayudado a hacer un uso más eficiente del recurso. Alfonso Levet vecino de la localidad Huacamalá de Quillón, comenta: “Quiero sumarme a los agradecimientos ya que han hecho un trabajo fenomenal enseñándonos las técnicas adecuadas para la búsqueda del agua, producto de vital importancia para sobrevivir en esta tierra. Muchas gracias a ARAUCO por su tiempo, dinero y amor hacia los demás”. Marta Urrutia, monitora del programa, ha ejecutado más de 10 pozos. Uno de ellos, fue en beneficio de su mamá, Josefina Valenzuela, en el sector El Aromo, comuna de Trehuaco, trayendo consigo grandes mejoras en la calidad de vida para ella y su familia.
Marcela Vera, Monitora del Programa Monitores Desafío Agua, localidad Poñén, Florida, señala que “después de haber colocado mi pozo de agua y de haberlo puesto con Paneles Solares, porque pertenezco a INDAP, pude tener la suficiente agua, para regar y hacer un sembradío. Cuando uno no tiene agua y no puede hacer estas cosas… ¡pucha que es algo lindo y es algo grande! ¡Nunca me voy a cansar de agradecer! Ya terminó la cosecha y estoy feliz porque se cosecharon 18 sacos de papas. ¡Gracias a todos los involucrados!”.
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