Con telescopio instalado en Chile comienza a operar el sistema de alerta planetaria contra asteroides
El moderno sistema de alertas de asteroides, manejado por el Instituto de Astronomía (IfA) de la Universidad de Hawái, podrá rastrear el cielo nocturno cada 24 horas en busca de objetos que pudieran chocar con la Tierra.
En la actualidad existe una lista de 660 mil asteroides, de los cuales 20.300 están catalogados como objetos cercanos a la Tierra. Para ser designado de esta forma, sus órbitas deben pasar en términos astronómicos, “cerca” de la órbita de la Tierra. Esto es, una distancia menor que la separación con la Luna (385 mil Km), que aún es bastante.
Gracias a sus nuevos telescopios en el hemisferio sur, uno de ellos ubicado en Chile, el moderno sistema de alertas de asteroides, manejado por el Instituto de Astronomía (IfA) de la Universidad de Hawái, podrá rastrear el cielo nocturno cada 24 horas en busca de cuerpos peligrosos que puedan caer a la Tierra.
El Sistema de Última Alerta de Impacto Terrestre de Asteroides (ATLAS, por sus siglas en inglés) financiado por la NASA, ha expandido su alcance hacia el hemisferio sur, con dos telescopios que se suman a los originales ubicados en Halakeala y Maunaloa, en la Isla de Hawái. La etapa de construcción de estos nuevos instrumentos, que se encuentran en Sudáfrica y Chile, ya se completó, y las operaciones iniciales se encuentran en marcha.
“Un asteroide que choque con la Tierra podría llegar en cualquier momento, desde cualquier dirección, es por eso que ATLAS rastrea el cielo completo, todo el tiempo,” señaló en un comunicado John Tonry, profesor del Instituto de Astronomía e investigador principal de ATLAS, quien además fue rechazado cuatro veces antes de que su proyecto fuese aceptado.
Por eso luego de varios años de operaciones exitosas en Hawái, la NASA entregó fondos adicionales a IfA para construir dos telescopios más en el hemisferio sur. El Instituto de Astronomía (IfA) de la Universidad de Hawái, buscó colaboradores para gestionar estos telescopios, y eligió al Observatorio Astronómico Sudafricano (SAAO), ubicado en Sudáfrica, y a una colaboración multinstitucional en Chile, liderada por el Instituto Milenio de Astrofísica MAS. La presencia de ATLAS potencia las importantes competencias astronómicas que ya poseen ambos países.
Los nuevos telescopios se encuentran en la Estación de Observación de Sudáfrica y en el Observatorio El Sauce en Chile. Estos lugares fueron elegidos por dos razones principalmente: la primera es que “los dos telescopios en Hawái están en la misma zona horaria y en la misma latitud, que es en el hemisferio norte. Pueden observar un poco para abajo del ecuador, pero no llegan a cubrir todo el hemisferio sur, y un asteroide podría venir de cualquier parte del cielo” comenta Alejandro Clocchiatti, investigador asociado del Instituto Milenio de Astrofísica, quién es además es profesor de la Universidad Católica y co-líder de ATLAS en Chile.
“La otra es el uso horario. Hawái observa en la noche, pero cuando es de día no puede observar, entonces les convenían observatorios que estuvieran en otras zonas horarias para poder observar el cielo cuando en Hawai es de día” agrega uno de los líderes de esta colaboración.
Gracias a estos cuatro telescopios, el sistema ATLAS, es actualmente el primer rastreador de asteroides peligrosos capaz de realizar un escaneo completo del cielo nocturno cada 24 horas. Cada uno de ellos, tiene 50cm de diámetro y pueden captar en una sola exposición un fragmento del cielo 100 veces más grande que la luna llena.
Antelación
Este sistema es capaz de entregar una alerta para un asteroide de alrededor de 10 metros de diámetro, potencialmente destructor de una ciudad, con un día de antelación. Y, ya que los asteroides de mayor tamaño pueden ser detectados desde más lejos, podría entregar una alerta con más de tres semanas de tiempo para un asteroide de 100 metros de diámetro, que puede ocasionar la devastación de una región completa.
En caso de colisionar con la Tierra, un asteroide así de grande podría llegar a generar una destrucción diez veces mayor que la provocada por la reciente erupción del volcán Hunga Tonga.
A pesar de los retrasos que produjeron las restricciones en los viajes debido al Covid-19 y las complicaciones que surgieron con las cadenas de abastecimiento, el equipo de ATLAS de la UH supervisó de manera remota el ensamblaje de los telescopios del proyecto, junto con sus colaboradores internacionales en Sudáfrica y Chile. En Sudáfrica, la obra fue llevada a cabo gracias al SAAO, mientras que en Chile fue posible gracias a un equipo de múltiples colaboradores, que incluyen al MAS y a ObsTech, que opera en el Observatorio privado El Sauce.
El 22 de enero, el telescopio ATLAS-Sudáfrica descubrió su primer NEO (Near Earth Objets u Objeto cercano a la Tierra por su traducción al inglés), llamado 2022 BK, un asteroide de 100 metros de diámetro, el cual ya no representa un peligro para nuestro planeta.
Hasta la fecha, el sistema ATLAS ha encontrado más de 700 asteroides cercanos a la Tierra y 66 cometas, incluyendo la detección de dos asteroides pequeños, 2018 LA y 2019 MO, que sí colisionaron con la Tierra. Este sistema está diseñado especialmente para detectar objetos que se acerquen mucho al planeta – más cerca que la distancia a la Luna, alrededor de 348.000 km.
Nuevos telescopios, más descubrimientos
A pesar de que el proyecto fue financiado para la búsqueda específica de objetos cercanos a la Tierra, los datos entregados por los telescopios de ATLAS se han convertido en una de las fuentes principales para el rastreo de otros fenómenos astronómicos.
En cuanto al funcionamiento, Clocchiatti, explica que el software que administra los telescopios y las observaciones, “se encarga de ir indicando a los telescopios qué zonas observar para que no quede ninguna zona sin escanear mucho tiempo, y luego hace una comparación de imágenes. Compara la zona observada hoy, por ejemplo, con el promedio de lo que era esa zona el último año y entonces encuentra cosas que han variado en posición y brillo y eso le permite encontrar asteroides, o estrellas que explotan, o cualquier objeto cuya intensidad de luz varía en el cielo”,
Los investigadores han hecho uso de este valioso conjunto de datos, escaneando el cielo completo para descubrir interesantes eventos que suceden muy lejos de nuestro sistema solar. El equipo ATLAS también colabora con la Universidad Queen’s Belfast para la búsqueda de estrellas explosivas y otros llamativos eventos de corta duración.
Mientras los dos nuevos telescopios del proyecto han comenzado sus operaciones científicas tempranamente, aún no están completamente funcionales. Dependiendo del clima, se necesitarán algunas semanas, o incluso meses, para calibrar el sistema, y así obtener una máxima sensibilidad y certidumbre. Luego de eso, el sistema será capaz de descubrir nuevos objetos cercanos a la Tierra a una tasa de uno cada pocos días.
En cuanto a la participación de Chile en este proyecto, el co-líder de ATLAS en Chile, dice que con este sistema “estamos ayudando a proteger el planeta, no somos superhéroes, no vamos a derribar el meteorito si viene, pero sí podemos avisar si viene y tenemos suerte de encontrarlo”.
Los nuevos telescopios de ATLAS se suman a otros sistemas de rastreo terrestre, además de otros sistemas de última generación para el rastreo de objetos cercanos o NEOs que se encuentran en preparación. Según cuenta Larry Denneau, co-investigador principal de ATLAS, “afortunadamente, la búsqueda de NEOs es un esfuerzo colaborativo de nivel mundial, y la mejora de ATLAS complementa los ya existentes programas para la búsqueda terrestre de estos objetos, específicamente el telescopio de sondeo panorámico Pan-STARRS y el Catalina Sky Survey, ubicado en Tucson, Arizona. Todos estos sistemas poseen diferentes especialidades, y juntos, trabajarán para mantenernos a salvo de asteroides peligrosos que podrían caer, con días o décadas de antelación”.
El equipo internacional de ATLAS es liderado por el Instituto de Astronomía de la Universidad de Hawái. La estación chilena es financiada en parte por el Instituto Milenio de Astrofísica (MAS), y se encuentra en el Observatorio El Sauce, operado por Obtech, con colaboradores académicos de la Universidad Andrés Bello, Universidad de Chile, Pontificia Universidad Católica de Chile, Universidad Adolfo Ibáñez y del Observatorio Europeo Austral. La estación ubicada en Sudáfrica fue construida y manejada por el Observatorio Astronómico Sudafricano (SAAO), que pertenece a la National Research Foundation (NRF) de Sudáfrica.
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