Hace exactamente cinco décadas, es decir, en 1973, nuestro país era totalmente diferente. Sin Internet, sin grandes autopistas, ni avances tecnológicos, los chilenos vivían a “escala de barrio”, comprando en almacenes, por sobre grandes cadenas de supermercados.
A través de una serie de fotografías, pertenecientes a Enterreno, fundación dedicada a recolectar fotografías antiguas, es posible observar cómo era el Chile de aquel entonces, la vida cotidiana, marcada por la presencia de ferrocarriles, calles con poco tráfico y algunos hitos, como la llegada del Metro.
Raúl La Torre, historiador y coordinador de Extensión Cultural de la Universidad de los Andes, señala que la sociedad chilena hace cinco décadas era abismalmente distinta a la actual en varios aspectos. “Éramos un país mayoritariamente agrícola, con una gran población rural, altos índices de pobreza, desnutrición y deserción escolar. Si en los 90 y los 2000 la preocupación de un sector estaba puesta en el acceso a la educación superior, su calidad y la gratuidad, respectivamente; en los 60 la preocupación de una parte de la clase política estaba puesta en afianzar la escolaridad básica y ampliar, ese poco más del 30% de niños, que accedían a la educación media”.
Se podría decir, también, que era una sociedad temerosa del contexto político que estaba viviendo, bastante afectado por el contexto mundial de Guerra Fría. “Se percibía un cambio de paradigmas en muchos aspectos, inclusive en el aterrizaje definitivo del tema político en las conversaciones familiares, lo cual incrementó la percepción de división generalizada. El acceso a la información era cada vez mayor, generando una toma de postura ideológica que, a su vez, despertó un gran interés inusitado por la participación política”, añade La Torre
En las ciudades imperaba una estructura social de clase que asentaba los privilegios de algunos por sobre los de una gran mayoría, “lo cual era caldo de cultivo para las ideología políticas, todas ellas con un marcado carácter utópico que planteaban ideales de sociedad que se presentaban posible de alcanzar en un corto tiempo. En el campo, por otro lado, la tensión tenía un claro componente: la reforma agraria, y cómo ésta se iba a aplicar. No se dudaba de si se iba a implementar, sino del cómo”, establece el historiador.
Se podría hacer una amplia lista de diferencias y cambios entre la sociedad de los 60s y 70s y el Chile de hoy, pero creo que una principal, es que la sociedad de hoy da por sentada la vivencia “en democracia” y “de la democracia”. Me parece que ese es, quizá, uno de los aspectos más relevantes y diferentes. “Las demandas actuales van en la línea de la consolidación o mejoramiento de los derechos adquiridos, la mayoría de la población chilena vive en ciudades, el acceso a la educación superior no está delimitada para unos pocos y su oferta es ampliamente mayor, entre tantos otros aspectos; pero la pérdida del temor a los golpes de Estado o la posibilidad a la interrupción de gobiernos es algo no perceptible hoy en día”, sostiene La Torre.
El crecimiento económico, la tecnología, el mejoramiento de la atención primaria de la salud, el crecimiento de las ciudades, entre tantos otros aspectos, “van sumando a la diferencia entre un tiempo y otro, pero insisto, creo que la percepción de la democracia -su fragilidad y consolidación- es quizá la gran diferencia”, adiciona.