Crisis de los 40: “Mi jefe hizo todo lo que pudo para irse a Europa con la modelo 2025″
Esta semana seguimos con la historia de Catalina, una esposa que ya no soporta ni a su marido ni a su jefe. "Lo único que les importa es conseguir lo que quieren".

Esta semana, en el diván del líder, nos vuelve a acompañar Catalina, gerente corporativa de una gran empresa. ¿Motivo de consulta? Está desesperada con su jefe, pero en las últimas sesiones su marido se tomó la agenda, ya que, tras un año sin trabajo, ha decidido seguir su sueño y convertirse en instructor de yoga.
¿Crisis de los cuarenta? ¿Retorno a la adolescencia?
Tal como sostuvimos la semana pasada, para el psicoanalista Luciano Lutereau entrar a la mediana edad implica aceptar “que hay cosas que ya no pasaran”, ya que un hombre maduro tiene que “hacer un duelo por lo que vivimos, pero mucho más por lo que no ocurrió”.
Sin embargo, para Yuval Noah Harari, la crisis del marido de Catalina es producto de la evolución, ya que estamos diseñados para “aumentar nuestras probabilidades de supervivencia y reproducción”. ¿Estará buscando en el lugar equivocado?
Para el autor de Homo Deus, seguir un sueño que nos traiga felicidad es una estafa, pues lo que nuestro sistema bioquímico recompensa es conseguir comida y pareja con el fin de evitar el hambre y disfrutar el sexo.

El dilema, siguiendo a este polémico autor israelí, es que “los sabores agradables y los orgasmos maravillosos no duran mucho, y si queremos volver a sentirlos, tenemos que ir en busca de más comida y más parejas.”
Vamos con Catalina
Hola Sebastián. Ha estado buenísimo esto de alternar sesiones de coaching y de terapia, pues las dos pegas me tienen abrumada. Mi jefe es una máquina de exigencia. No tiene ningún grado de empatía. Solo le interesan los resultados. Nada de excusas. Y por otro lado está Ismael con su asunto del yoga y la meditación. Parecen opuestos, pero en realidad son bien parecidos.
¿Cómo así?
Después de nuestra última sesión revisé mis apuntes. Me ayudó mucho que me mostraras distintas estrategias para hacer que mi jefe se ponga en el lugar de los demás gerentes, pues estamos ultra estresados, sabiendo que, más allá de los números y de los mandatos del directorio, lo que él quiere es salir de vacaciones con su nueva polola sin preocuparse de nada.
¿Cómo relacionas esto con Ismael?
Cuando llegué a mi casa, encontré a las niñitas a tres pantallas. Una con la tele, la otra con el iPad y la más grande con el teléfono de Ismael. ¿Y el papá? Arriba, meditando. Nos pidió que no lo molestáramos por una hora. Sebastián, no sabía si gritar o llorar, pero opté por contenerme y pedirles que apagaran la tele y me pasaran las pantallas. Iban a patalear, pero me vieron tan tensa, que lo hicieron sin chistar. ¿Estás bien mamá? ¿Pasó algo en el trabajo? Mentí y cuando Ismael bajó, le pasé su teléfono y me fui a la terraza con una copa y un pucho (silencio).

¿Y qué pasó?
El muy cobarde llegó al rato con unos sándwiches supuestamente para mí. ¿Tú crees que me comería un pan pita sin gluten, con jamón de pavo cocido, tofu y lechuga mientras fumo y tomo? (silencio). No toqué los sándwiches, rellené mi copa y prendí otro pucho nada más apagar el anterior. Y aunque sé que todo esto le molesta, no dijo nada y se quedó en silencio a mi lado. De verdad, lo hubiera matado.
¿Por qué?
Cómo lleva más de un año sin trabajar y se gastó toda la indemnización, empezó a implementar economía de guerra. Me quedé sin nana a cambio de que él se encargara de la casa y de las niñas mientras trabajo, vendió su auto y ahora le tengo que prestar el mío para que vaya a dejar y a buscar a las niñitas. ¿Cachai la cagada que tengo con la logística de la casa y la pega? Gracias a estos ajustes, pudo tomar el curso de instructor de yoga que me negué a pagar… y ya me habló de un viaje a la India a final de año. ¿Puedes creerlo? ¡Logró lo que quería!¡Y más encima sonríe todo el rato!
¿Qué te pasa con esa sonrisa?
Me parece tan falsa como el supuesto interés de mi jefe por el bienestar del equipo. Ismael sonríe, mi jefe se manda inspiradores discursos, pero al final lo único que les importa es conseguir lo que quieren, llegar al número necesario para alcanzar sus objetivos y nada más. Ismael hizo todo lo que pudo para certificarse como instructor y mi jefe para irse a Europa con la modelo 2025. Ambos te encantan, ambos te decepcionan, pues si bien al principio las niñitas estaban felices con el papá en la casa, ahora echan de menos a la nana y las otras comodidades que recortó.
¿Qué recortó?
Aparte de vender su auto, achicó la lista del supermercado, con el argumento de que eran alimentos poco sanos. Dio de baja un par de plataformas donde mis hijas veían sus series y películas, canceló la suscripción a Spotify y está convenciendo a las niñitas de salirse del estadio y empezar a entrenar en el colegio. En definitiva, está dejando de pagar las pocas cosas que seguía pagando (silencio). Por supuesto la Emi, la mayor, ya me vino a llorar, pues aparte de los recortes, el papá ya no está tan amoroso. Obviamente era más fácil ser el papá perfecto cuando hay nana y comodidades y ahora que las niñitas empezaron a cacharlo, están aterradas. De hecho, le tuve que prometer a la Emi que, pasara lo que pasara, no las iba a cambiar de colegio ni de casa.

¿Y qué dice Ismael de todo esto?
Está raro. Te escucha, te mira y no se defiende. Está en una parada en que todo le parece un lujo innecesario, pero básicamente lo que está haciendo es vender todo lo que puede para no trabajar, pues según él un trabajo formal es incompatible con su nueva versión de sí mismo. Aparte de las clases diarias de yoga, lee y medita para después juntarse con sus yoguis a hablar de sus nuevos conocimientos y experiencias. ¡Si hasta tiene un journal donde anota sus grandes pensamientos!
¿Y tú?
No estoy en sus planes. Soy un obstáculo y representante de todo lo que está mal en el mundo, en la sociedad y en nuestra familia. Soy la bruja que impidió -hasta ahora- su felicidad… (silencio). Pero ya me cansé Sebastián y aunque suene ridículo, mañana voy a almorzar con mis suegros, pues ellos se alarmaron con lo del auto.
¿Qué vieron?
Antes de que Ismael me transformara en la bruja, fui su salvadora. No solo de sus deudas universitarias, sino de sus papás, pues les tiene pánico. Desde que nos casamos ha hecho todo lo posible para verlos lo estrictamente necesario y yo, por solidaridad, le he aguantado todas sus tonteras (silencio). Pero sé… sé que mi suegro está muy preocupado por su situación laboral y que a mi suegra no le gusta que su hijo esté ocioso, pues es tan pechoña, que asocia el tiempo libre a pecado.
Para el psicoanalista Gabriel Rolón, detrás del enigmático comportamiento de Ismael, hay un impulso destructivo que no se puede reprimir: la pulsión de muerte. Pulsión que siempre será fuente de dolor y que hay que acotar “como quien encadena a una bestia buscando controlarla lo mejor que pueda”.
A ojos de este analista transandino, estas pulsiones que nos lastiman nos llevan a forjar vínculos agresivos, a aceptar trabajos frustrantes y a elegir parejas que duelen, obligándonos, de no tomar conciencia, a vivir vidas que no deseamos.
Sin embargo, desde la vereda de Yuval Noah Harari las cosas no son tan complejas, pues el comportamiento de Ismael no es muy distinto al de otras especies como las ardillas, roedores donde triunfan las más hambrientas. Sí, las ardillas que sienten hambre a los cinco minutos de haber comido una nuez, “tuvieron muchas más probabilidades de sobrevivir y de transmitir sus genes a la siguiente generación. Por la misma razón, las nueces que nosotros, los humanos, queremos recolectar (trabajos lucrativos, grandes casas, parejas de buen ver) rara vez nos satisfacen por mucho tiempo.”
Así, siguiendo la línea de Homo Deus, podríamos sospechar que los cambios de Ismael se deben a la búsqueda de nuevas nueces y emociones, pero al comparar esta mirada evolutiva con la de los analistas transandinos surgen otras preguntas … ¿Ismael busca más vida o es víctima de la pulsión de muerte? ¿Bestia encadenada o ardilla ansiosa? ¿Retorno a la esencia o perdido en la galaxia?
Continuará…
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