No nació en Pelotillehue, pero la historia de esta ave es especial: nació en cautiverio en el Zoológico de Cracovia, en Polonia y es hija de un cóndor macho que fue capturado en la década del 50 en la cordillera de los Andes, que comparten Chile y Argentina, para su exhibición en ese recinto. Su madre, es hija de cóndores andinos que también fueron llevados al viejo continente hace décadas.

“Bety está siendo cuidada en el primer centro de pre-liberación permanente de cóndores, especio fundamental para evaluar la capacidad de estas especies para regresar al hábitat natural”, explica Marcos Contreras, director de la Reserva Elemental Likandes de Filantropía Cortés Solari, área protegida de 180 hectáreas destinadas a la conservación efectiva, ubicada en el sector Lagunillas, en San José de Maipo.

Contreras añade que Bety -quien está en buen estado de salud- ahora habita en una jaula de 36 metros cuadrados donde recibe alimentación y la idea es poder reinsertarla, más adelante, a la naturaleza. “Allí, paso a paso, se asoma e intenta adaptarse a la temperatura y al viento de la zona”, afirma.

“Estamos de felices de poder albergar a una nueva condorita en este primer centro de pre liberación. Es un esfuerzo que se viene haciendo hace más de 5 años y que busca recuperar y proteger esta especie que es emblemática para el cordón cordillerano y que se encuentra bajo amenaza”, señaló Francisca Cortés Solari, presidenta ejecutiva de la Filantropía Cortés Solari.

Bety con sus alas extendidas. Crédito: Filantropía Cortés Solari.

Condorita llega a Chile y expertos buscan su liberación

Eduardo Pavez, quien lidera el Proyecto Manku -el cual opera desde hace 30 años y que desde 2019 trabaja en conjunto con Filantropía Cortés Solari, a través de Fundación MERI, liberando cóndores al medio natural-, sostuvo que la llegada de Bety “es importante, porque representa una nueva era iniciada en algunos zoológicos, en la cual, en lugar de capturar animales, los reinsertan en el medio libre. La idea es devolver a su territorio original a los descendientes de los cóndores que originalmente fueron llevados a Europa”.

Añade que luego de que pase la cuarentena en Likandes -la que es obligatoria- irá al Centro de Rehabilitación de Aves Rapaces de AvesChile, en Talagante, donde continuará su proceso de adaptación.

Pavez señala que la historia de Bety es importante porque “a través de ella podemos poner sobre la mesa el problema de conservación de la especie”.

La especie se encuentra en Chile. Crédito: Filantropía Cortés Solari.

En los años 50, una gran cantidad de cóndores fueron capturados en la Cordillera de los Andes que comparte Chile y Argentina, para ser llevados a zoológicos en Europa y Estados Unidos. Algunos de esos ejemplares tuvieron descendientes. Es el caso de Bety, quien es hija de un cóndor enviado al Zoológico de Cracovia, en Polonia, el que tiene más de 70 años. Y su madre tiene 32 años, cuyos padres también fueron capturados para ser exhibidos.

El proyecto Manku, que trabaja con Filantropía Cortés Solari desde 2019, contempla la rehabilitación y posterior monitoreo de los cóndores en el medio libre. Hasta ahora se han liberado 12 ejemplares en el contexto de esta alianza y siete de ellos poseen un dispositivo de transmisión satelital para monitorearlos en sus trayectos.