La vacuna contra el coronavirus desarrollada por Sinovac (CoronaVac) dio a conocer ayer los resultados obtenido en los ensayos clínicos de etapa tardía realizados en Brasil.
A diferencia de las otras vacunas, en las que se entregó una sola cifra de eficacia, el Instituto Butantan, socios locales de la farmacéutica china, entregó porcentajes de eficacia que van del 50 al 70% lo que generó dudas y críticas, porque los últimos números están muy lejos de los primeros indicios entregados la semana pasada.
El Instituto es un organismo público con sede en Sao Paulo y el primero en completar los ensayos en etapa tardía de esta vacuna, que aseguró la semana pasada que se demostró que CoronaVac tiene un 78% de efectividad y ofrece una protección total contra los casos graves de la enfermedad.
Pero según el Wall Street Journal, la creciente presión de los científicos brasileños, algunos de los cuales acusaron a los organizadores del juicio de engañar al público, Butantan dijo ayer que esas tasas solo incluían a voluntarios que sufrieron casos leves a graves de Covid-19. Cuando se consideraron los datos de todos los voluntarios, incluidos los que contrajeron casos “muy leves” de Covid-19 y no requirieron asistencia médica, la tasa de eficacia total cayó al 50,4%, dijo Butantan.
Explicación
Según la institución, la tasa más baja se encontró en casos de infecciones muy leves, aumentando su efectividad a medida del aumento de la gravedad de los síntomas presentados. Los casos leves mostraron una efectividad de 77,96% y los casos moderados y graves fue del 100%. Dicho de otro modo, la vacuna logró que entre las personas vacunadas el 49,7% reportara síntomas muy leves que pudo pasar en casa, el 22% un cuadro leve que requiere algún tipo de asistencia (77.96% de eficacia) y ninguno (100% de eficacia) requirió hospitalización, ni oxígeno, es decir no se registró ningún caso grave entre quienes recibieron la vacuna.
El estudio involucró 16 centros de investigación científica en siete estados más el Distrito Federal donde 12.500 profesionales de la salud fueron voluntarios.
Stephania Passalacqua, académica de la U. Austral y miembro del Consejo Asesor científico para la estrategia de vacuna Covid-19, explica que unas de las estrategias que se busca con las vacunas es prevenir el desarrollo de casos graves de una enfermedad. En el caso de esta vacuna, indica que estos resultados son “preliminares y se entregaron de manera informal” (aún no están las publicaciones). “Tendrían una protección de 100% en caso de enfermedad moderada a grave, pero la protección general, sería de 50%. Con esa eficacia no se podría lograr el objetivo de parar la transmisión de la enfermedad o de lograr la inmunidad de rebaño” porque el virus seguiría circulando, dice.
Aun así, señala que sí podría ser usada en población de riesgo como los adultos mayores, porque es más fácil de almacenar, no requiere cadena de frío y eso la hace atractiva de adquirir porque sí previene los casos graves, explica la especialista.
Para la Dra. Rosana Benítez, infectologa de Clinica Davila, “es una vacuna que en Brasil dio algunos resultados y en otros países dio un porcentaje mayor, pero sigue estando bajo la efectividad de otras vacunas como Pfeizer y Moderna. Es un rendimiento bajo y hay otras vacunas que superan esa efectividad, así que probablemente haya que revisar las dosis para hacer una reingeniería de la vacuna y ver si sirve”.
Heriberto García, director (s) del Instituto de Salud Pública (ISP), explicó que este estudio es según un acuerdo a la definición de caso Covid. Por lo tanto, se indicó la eficacia por separado según los síntomas que tenían los vacunados, y en ese contexto, ninguno necesitó hospitalización, ni oxígeno. Incluso, dice, es probable que los que presentaron dolor de cabeza, sean personas que tuvieron esa molestia como síntoma adverso a la vacuna y no necesariamente que se hayan contagiado con el virus.
“Se comparó los síntomas de las personas vacunas con aquellas que recibieron placebo. Necesitamos tener el estudio completo y eso lo tendremos cuando ingrese la solicitud completa de los datos”, dice García.
De la misma idea es Susan Bueno, profesora de la Facultad de Ciencias Biológicas de la UC, investigadora del Instituto Milenio en Inmunología e Inmunoterapia (IMII) y directora Científica del Estudio Clínico Fase 3 en Chile de la Vacuna de Sinovac. “Es importante que el Instituto Butantan publique sus resultados para poder evaluarlos de manera científica. Estos son estudios científico-clínicos y deben comunicarse por los medios de la ciencia. Es decir, publicaciones revisadas por pares”.
“Los datos de eficacia dados a conocer recientemente por el Instituto Butantan en Brasil, que fue una de las instituciones que evaluó en un estudio clínico Fase 3 la eficacia de la vacuna desarrollada por Sinovac, fueron expresados de acuerdo a la gravedad de la enfermedad causada por el SARS-CoV-2 en los participantes de este estudio. La eficacia del 50% corresponde a la reducción de la incidencia de casos muy leves de Covid-19 en el grupo que recibió vacuna, respecto del grupo que recibió placebo”, dice Bueno.
Es decir, en el grupo que recibió vacuna, la incidencia de casos muy leves (que corresponde a infección que presenta síntomas que no requieren atención médica), se redujo en 50%.
“Todos los casos de Covid-19 moderados y graves pesquisados en este estudio que requirieron hospitalización, ninguno de ellos correspondió a personas que recibieron la vacuna”, explica.
Según lo reportado por el Instituto Butantan, la eficacia de la vacuna para prevenir casos leves, es decir, que requieren atención médica, fue de 78%, indica la investigadora. Esto es lo mismo que decir que “en el grupo de vacunados la incidencia de casos de Covid-19 que necesitaron atención médica se redujo en un 78%. Esto significa que sólo el 22% de los vacunados desarrolló una enfermedad leve que necesitó atención médica, en comparación con el grupo placebo”.