Derecho a los Conocimientos en la nueva Constitución
A finales de 2019 un virus de origen animal mutó afectando a los seres humanos, al no haber ninguna barrera que evitara su expansión, se convirtió rápidamente en una pandemia que ha costado la vida de más de 6 millones de personas en el mundo. Todo lo que rodea a la pandemia puede ser investigado, su origen, desarrollo y tratamientos, así como sus consecuencias sociales, ambientales, de género, políticas y económicas. Entender lo que ocurre es clave para tomar decisiones y para ello el país requiere de una base humana, de infraestructura y oportunidades para desarrollar investigación.
Por primera vez en nuestra historia, una Constitución reconocerá la importancia de que el Estado promueva la investigación, los descubrimientos, los saberes, ampliando así la histórica predominancia de la ciencia sobre otras formas de conocer considerando seriamente los conocimientos producidos por las artes, humanidades, saberes ancestrales, territoriales y populares.
La promoción de la investigación en todas estas áreas permitirá tener lineamientos más sólidos y democráticos para construir y fortalecer nuestro actual sistema de ciencia, tecnología, conocimientos e innovación. La pandemia nos enseñó la importancia de los conocimientos para entender la realidad, tomar decisiones, saber cómo comunicar. Además, nos mostró la relevancia de tener un sistema de investigación robusto para hacer frente a desafíos insospechados.
La matriz productiva de Chile se basa principalmente en la exportación de materias primas, lo cual junto con la falta de políticas públicas de largo plazo ha hecho que seamos uno de los países con menos inversión en investigación y desarrollo, número de doctores por mil habitantes, entre otros indicadores globales. El no promover la investigación de forma amplia ha significado que como país perdamos oportunidades únicas de desarrollo e innovación.
En general, las empresas casi no invierten en investigación, las empresas de base científico-tecnológica son escasas, aún más en regiones distintas a la Metropolitana. Es urgente adaptarse a los ineludibles cambios y las soluciones no se pueden reducir a la importación de tecnologías, porque tenemos realidades distintas. Avanzar en innovación y diversificación económica requiere considerar distintos tipos de conocimientos.
Esta propuesta constitucional tiene cinco artículos que tratan sobre el derecho a participar y beneficiarse de los conocimientos, establece deberes del Estado fomentando la generación de conocimientos, acceso abierto, divulgación y difusión. Además, propone que el Estado considere las mejores evidencias disponibles para la toma de decisiones informadas y democrática, lo que requiere una creciente confluencia de diversas perspectivas en torno a problemáticas concretas. Asimismo, la Constitución garantiza la libertad de investigación estableciendo límites bioéticos y de derechos humanos a este ejercicio. Finalmente, se establece la protección contra los usos indebidos de los conocimientos y tecnología considerando la dignidad e integridad de las personas incluyendo su identidad genética y microbioma humano, los cuales son derechos humanos y merecen estar reconocidos en la nueva Constitución.
Estos artículos se hacen cargo de la deuda de décadas en desarrollo de la investigación ampliando el importante “Derecho a la Ciencia” por los “Derechos a los Conocimientos” desde una perspectiva inter y transdisciplinaria. De esta forma, se establecen las columnas para que el país se desarrolle generando conocimientos de forma descentralizada, con equidad de género, inclusión y diversidad. De forma comparativa, las normas propuestas hacen que esta sea la Constitución que aborda en mayor profundidad los conocimientos otorgando derechos, garantías, áreas del conocer, usos de los conocimientos, entre otros. Los saberes y sus aportes a la sociedad deben ser los cimientos de una Constitución para el siglo 21.
Chile será uno de los países más afectados por la crisis climática, ¿cómo nos preparamos para ello? ¿cómo hacemos frente a la crisis hídrica y sus consecuencias sociales y ambientales? Del mismo modo, estamos sujetos a la aparición de nuevas pandemias y enfermedades junto con otros desafíos como la resistencia a los antibióticos, la crisis de salud mental, la contaminación, el daño a los ecosistemas, entre otros. ¿Cómo avanzamos? Generando conocimiento, haciendo partícipes a las comunidades y pueblos originarios en este ejercicio, democratizando la información.
Las tareas que tenemos como país son múltiples y complejas, avanzar hacia el buen vivir, dignidad y garantías sociales para los pueblos de Chile requiere de acciones desde distintos ámbitos. Consagrar los derechos a los conocimientos en la nueva Constitución es el primer paso para incluir y reconocer los diversos modos de conocer que existen y prevalecen en el país. Avanzamos hacia un país el cual no tenga que destruir la naturaleza para poder subsistir y semejante odisea necesita de una comprensión democrática de los conocimientos, así como la ciencia y la economía necesitan abrirse a los territorios y las riquezas epistémicas que ellos nos ofrecen.
*Científica y Convencional Constituyente
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