Hace algunos años, en la bahía de Valparaíso se encontraron los restos del velero “El Infatigable”, una embarcación mercante que fue utilizada durante el gobierno de Manuel Montt para trasladar insumos hacia la zona austral del país, la cual empezaba a colonizarse.
El Infatigable fue un barco que realizó extensas travesías desde Valparaíso a Ancud, pasando por Talcahuano y Corral, trasladando no solo mercadería, sino también a colonos, e incluso socorriendo naufragios en Juan Fernández. Una investigación del Núcleo Milenio Océano, Cultura y Patrimonio, acaba de publicar un análisis sobre el sistema de lastre utilizado por El Infatigable, básicamente lo que le permite a la barca contar con la estabilidad necesaria para desplazarse.
Los datos recién revelados señalan que la embarcación utilizaba como propulsión un sistema basado en hierro crudo y piedras de distinto tamaño -de 30 a 120 kg.- que se depositaban encima del barco. Para la década de 1850, época en que El Infatigable estaba en operaciones, este sistema ya contaba con 120 años de antigüedad.
Lo anterior resulta particularmente interesante, destaca la investigación, ya que se trata de un buque de extenso recorrido, en una época en que la marina comenzaba a converger hacia un sistema de propulsión mecánica a vapor. Sin embargo, los datos de la investigación realizada ratifican que el modelo de velero era de todos modos bastante satisfactorio para cubrir las enormes distancias marítimas que realizó.
Diego Carabias, director alterno del Núcleo Océano, Patrimonio y Cultura, se refiere a la importancia y valor de la embarcación. “Adquirida por el Gobierno de Manuel Montt en 1851, El Infatigable -originalmente un buque mercante estadounidense- fue adaptada como un transporte armado por la Marina de Guerra y se le destinó fundamentalmente a abastecer la colonia de Punta Arenas, en el estrecho de Magallanes, trasladando víveres, soldados y funcionarios públicos”.
“También participó en la Guerra Civil de 1851, trasladó colonos alemanes desde Corral hacia Melipulli (actual Puerto Montt) y socorrió buques en dificultades”, añade Carabias.
Tres mástiles y 350 toneladas
Lamentablemente, en agosto de 1855, sufrió una explosión que significó la muerte de siete tripulantes y el hundimiento de la nave a 17 metros de profundidad. Nunca más se tuvo noticias de sus restos.
El responsable de la investigación precisa que en la década de 1850, la Armada de Chile experimentó transformaciones tecnológicas importantes, pasando de buques a vela a la incorporación de la propulsión a vapor. “El Infatigable era una barca o velero de tres mástiles, de unas 200 toneladas de desplazamiento y con capacidad para cargar unas 350 toneladas, que llegaba a alcanzar un andar de 12 nudos (incluso más que un vapor de la época), una alternativa eficiente y económica frente a los vapores”.
“La operación de lastrado del buque era esencial para asegurar la estabilidad en la navegación y se realizaba combinando varias toneladas de piedra y lingotes de hierro fundido que debían ser estibadas cuidadosamente en la bodega”, añade.
Los lingotes de hierro crudo empleados como lastre permanente a bordo fueron recuperados arqueológicamente, conservados y caracterizados en forma macroscópica y analizados mediante micropscopía óptica de barrido (SEM), fluorescencia y espectroscopía de rayos X (WD-XRF/EDS), y fusión por gas inerte (IGF). “Los resultados indican que proceden de diferentes fuentes y que se empleaban varios formatos, incluyendo los utilizados por la Marina Real Británica”, establece el titular del estudio.