“Cuando vi por primera vez evidencia de una estructura giratoria en los datos de ALMA , no podía creer que hubiéramos detectado el primer disco de acreción extragaláctico, fue un momento especial”, dice Anna McLeod, profesora asociada de la Universidad de Durham en el Reino Unido y líder del estudio publicado hoy en Nature, bajo el título “Un probable disco kepleriano alimentando una estrella joven masiva revelada ópticamente”.

“Sabemos que los discos son vitales para la formación de estrellas y planetas en nuestra galaxia, y aquí, por primera vez, estamos viendo evidencia directa de esto en otra galaxia”, añade.

Este estudio da seguimiento a las observaciones realizadas con el instrumento Explorador Espectroscópico de Unidades Múltiples (MUSE) en el Very Large Telescope (VLT) de ESO, que detectó un chorro de una estrella en formación (el sistema se llamó HH 1177) en lo profundo de una nube de gas en la Gran Nube de Magallanes.

Astrónomos detectan inédito fenómeno alrededor de la Gran Nube de Magallanes

“Descubrimos un chorro lanzado desde esta joven estrella masiva, y su presencia es una señal de la continua acreción del disco”, dice McLeod. Pero para confirmar que ese disco estaba efectivamente presente, el equipo necesitaba medir el movimiento del gas denso alrededor de la estrella.

A medida que la materia es atraída hacia una estrella en crecimiento, no puede caer directamente sobre ella; en cambio, se aplana formando un disco que gira alrededor de la estrella. Más cerca del centro, el disco gira más rápido, y esta diferencia de velocidad es la prueba irrefutable que muestra a los astrónomos que hay un disco de acreción presente.

La imagen izquierda muestra la nube madre LHA 120-N 180B en la que se observó por primera vez este sistema, denominado HH 1177. La imagen del centro da a conocer los jets que lo acompañan. Las observaciones de ALMA (derecha) revelaron el disco giratorio alrededor de la estrella, con lados similares que se acercan y se alejan de nosotros. Crédito: ESO/ALMA (ESO/NAOJ/NRAO)/A. McLeod y cols.

“La frecuencia de la luz cambia dependiendo de qué tan rápido se acerca o se aleja de nosotros el gas que emite la luz”, explica Jonathan Henshaw, investigador de la Universidad John Moores de Liverpool en el Reino Unido y coautor del estudio. “Este es precisamente el mismo fenómeno que ocurre cuando el tono de la sirena de una ambulancia cambia cuando pasa y la frecuencia del sonido va de mayor a menor”, adiciona.

Las detalladas mediciones de frecuencia de ALMA permitieron a los autores distinguir el giro característico de un disco, confirmando la detección del primer disco alrededor de una joven estrella extragaláctica.

Desde Chile: descubren disco alrededor de una estrella en otra galaxia

Las estrellas masivas, como la que se observa aquí, se forman mucho más rápidamente y viven vidas mucho más cortas que las estrellas de baja masa como nuestro Sol.

En nuestra galaxia, estas estrellas masivas son muy difíciles de observar y, a menudo, quedan ocultas a la vista por el material polvoriento del que se forman en el momento en que se forma un disco a su alrededor. Sin embargo, en la Gran Nube de Magallanes, una galaxia a 160.000 años luz de distancia, el material del que nacen nuevas estrellas es fundamentalmente diferente del de la Vía Láctea.

Gracias al menor contenido de polvo, HH 1177 ya no está envuelto en su capullo natal, lo que ofrece a los astrónomos una vista sin obstáculos, aunque lejana, de la formación de estrellas y planetas.

“Estamos en una era de rápidos avances tecnológicos en lo que respecta a las instalaciones astronómicas”, afirma McLeod. “Poder estudiar cómo se forman las estrellas a distancias tan increíbles y en una galaxia diferente es muy emocionante”, sostiene.