Educación y familia: dos claves para abordar la diabetes

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Hoy miércoles 14 de noviembre celebramos el Día Mundial de la Diabetes, instituido por la Federación Internacional de Diabetes (FID) que destaca la importancia de la familia en el tratamiento y control de las personas con diabetes, un desafío que la Asociación de Diabéticos de Chile ha abordado desde hace 42 años en nuestro país.

En el mundo viven actualmente con diabetes alrededor de 425 millones de personas. La mayoría con diabetes tipo 2, siendo que un estilo de vida sano puede prevenirla hasta el 70% mediante la práctica de actividad física, una dieta sana y un control médico periódico.

En nuestro país las cifras en torno a la diabetes siguen la misma tendencia mundial al alza, afectando a más del 12,3% de la población, y se estima que para el 2035 la cantidad de diabéticos aumentará hasta en un 60% en nuestro territorio. Actualmente la tasa de amputación en el país es de 321 personas por cada 100.000 diabéticos por año y al año deja 3000 personas ciegas por retinopatía diabética.

En la Asociación de Diabéticos de Chile (Adich) consideramos que las familias son claves para los pacientes en abordar los factores de riesgo modificables para la diabetes tipo 2 y deben contar con educación, recursos y entornos para vivir un estilo de vida saludable. Esperemos que los pacientes accedan a un apoyo psicológico, recordemos que la diabetes causa depresión y ésta diabetes.

Esta enfermedad aumenta progresivamente a los 45 años, concentrándose en mayor proporción entre los 55 a 74 años, con un promedio de 65 años. Muchos chilenos no saben que tienen diabetes. Esta es una realidad que detectamos en ADICH cuando realizamos pesquisas en diversas comunas durante el año y que nos sorprenden los resultados alterados de los test con glicemias mayores a 350 mg/dl, cuando lo normal es tener 100mg/dl.

En este contexto, reconocemos la importancia de educar en hábitos sanos y de tratar a los pacientes con una terapia integral ya que actualmente la diabetes y sus consecuencias -en caso de no ser tratada adecuadamente- representa una verdadera tragedia para los afectados y para su entorno, como también para el sistema de salud, dada la escasez de recursos y falta de concientización de los chilenos frente a los cuidados y precauciones que requiere un paciente diabético.

Con el Auge, los pacientes han logrado un gran avance en la terapia de enfermedad crónica por acceder a los medicamentos, pero falta más educación. No saben conocer síntomas de alta y baja de azúcar, qué comer y cuánto, a cuidar de su peso, de sus ojos y de sus pies.

Además, un desafío pendiente de salud pública es que el GES incluya a la brevedad los tratamientos para la diabetes de última generación mencionados en las Guías del MINSAL pero que no disponibles aún por su alto costo.

Estos fármacos de última generación benefician a todos los pacientes, al posibilitarles vivir con mayor seguridad, tener menos riesgos de bajas de azúcar (hipoglicemias), mayor protección cardiovascular y renal y que serían eficaces para detener el avance de la diabetes en Chile.

Opino que los adultos frágiles y también los jóvenes con diabetes tipo 2 que vivirán por muchos años con diabetes, debieran estar protegidas ya que son una población de alto riesgo y les afectará su vida laboral y familiar.

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