El Parque Tantauco, en la Isla Grande de Chiloé, albergaba las poblaciones más grandes conocidas de la Ranita de Darwin, un anfibio en peligro de extinción que habita solo en Chile y Argentina.
En 2023, un equipo liderado por la ONG Ranita de Darwin y la Universidad Andrés Bello descubrió la llegada del hongo causante de la enfermedad llamada quitridiomicosis (conocida como la pandemia de los anfibios) al lugar que hasta entonces se mantenía libre de la infección.
Este hongo es responsable de la mayor pandemia de anfibios en el mundo -bautizado hongo asesino- y que está diezmando a estos animales en el planeta, incluyendo a la ranita de Darwin y la rana chilena.
Una investigación, en la que también participaron científicos de la U. Andrés Bello y esta ONG, concluyó que este hongo se originó en las costas de la península de Corea.
El desesperado viaje de emblemática especie chilena a Londres para escapar de una pandemia
En tan solo un año, el hongo devastó las poblaciones de ranita de Darwin, matando más de 1.300 ejemplares en su ola destructiva. Ante esta dramática emergencia, un grupo de organizaciones formaron rápidamente una alianza para implementar un ambicioso proyecto que busca rescatar y recuperar este refugio para la especie.
Una de las primeras acciones de urgencia que se tomaron frente a la inminente desaparición de las ranitas de Darwin en Parque Tantauco, fue la formación de una red nacional e internacional de centros de reproducción en cautiverio donde albergar a la especie mientras se busca una solución a la amenaza de la quitridiomicosis.
Así, un grupo de 53 ranitas de Darwin del Parque Tantauco viajaron exitosamente al Zoológico de Londres de la Sociedad Zoológica de Londres para su conservación y el establecimiento de un programa de investigación para combatir esta enfermedad.
“Las ranitas de Darwin son muy susceptibles a la quitridiomicosis; cuando una ranita se infecta, puede morir en unas pocas semanas, y la enfermedad puede producir la desaparición de poblaciones completas”, comenta Andrés Valenzuela Sánchez, líder del proyecto, presidente de la ONG Ranita de Darwin e investigador de la Sociedad Zoológica de Londres.
El desesperado viaje de la ranita de Darwin a Londres por la “pandemia de los anfibios”
La ranita de Darwin es el único anfibio en el mundo donde el macho cría a los renacuajos dentro de su saco vocal. “Este importante animal chileno está al borde de la extinción debido a la pérdida de bosque nativo, el cambio climático, y la quitridiomicosis, una pandemia global que está diezmando a los anfibios del planeta”, señala Claudio Azat, integrante del proyecto y director del Centro de Investigación para la Sustentabilidad de la Universidad Andrés Bello, lugar donde ha estudiado esta enfermedad por más de una década.
El proyecto busca implementar acciones de conservación en la naturaleza y un programa de rescate en cautiverio para preservar la diversidad genética de las ranitas de Darwin del Parque Tantauco y en el futuro repoblar sus bosques con la especie.
“La aparición de la quitridiomicosis en esta área protegida fue devastadora. De inmediato nos dimos cuenta que debíamos actuar rápido para salvar a estos animales”, expresa Bastián Santana, investigador de la ONG Ranita de Darwin y quien participó del hallazgo.
Alan Bannister, administrador general del Parque Tantauco, agrega: “Toda crisis representa una oportunidad. Estoy esperanzado en que este proyecto colaborativo será un ejemplo mundial de la lucha contra la extinción de la fauna silvestre”.
La rápida respuesta a esta emergencia en el Parque Tantauco ha sido posible gracias a una sólida red de colaboración construida bajo el alero de la Estrategia Binacional de Conservación de las ranitas de Darwin, iniciativa que reúne a agencias gubernamentales, organizaciones sin fines de lucro y entidades privadas nacionales e internacionales.
Jörg Junhold, director del Zoológico de Leipzig en Alemania, institución que participa en la Estrategia y en el proyecto, señala al respecto: “La cooperación internacional que ha surgido como resultado de la conservación de las ranitas de Darwin es un referente a nivel mundial en la protección de la naturaleza”.
Viaje contra el tiempo de ranita de Darwin a Londres
El integrante del proyecto, Osvaldo Cabeza, del Zoológico Nacional del Parque Metropolitano de Santiago, destaca que: “los centros de cría bajo cuidado humano pueden ser el último recurso para salvaguardar poblaciones de anfibios bajo inminente amenaza de desaparecer por la quitridiomicosis”.
El proyecto rescatará ranitas que serán alojadas en diversas instituciones locales y del extranjero, incluida una estación de reproducción liderada por la Universidad de Concepción en colaboración con el Zoológico de Leipzig.
“Es un honor formar parte de esta red de cría en cautiverio que permitirá brindar un futuro más auspicioso para las ranitas de Darwin”, sostiene Juan Carlos Ortiz, líder del centro de cría en Concepción. Esta red internacional entregará una mayor capacidad de cuidado y alojamiento de ranitas, además de permitir el intercambio de ejemplares para mantener una genética saludable.
“Transportar ranitas de Darwin a otro continente no fue una tarea fácil, especialmente porque estábamos actuando contra el tiempo en una compleja operación en la que participaron 51 personas de nueve instituciones diferentes. Pero gracias a un comprometido equipo de nivel mundial y un estricto protocolo de manejo, todas las ranitas sobrevivieron el viaje que incluyó atravesar 13.000 km por mar, tierra y aire”, comenta Ben Tapley, curador de los anfibios y reptiles que se encuentran bajo el cuidado de la Sociedad Zoológica de Londres.
Además de contribuir a la investigación contra la quitridiomicosis, la descendencia de las ranitas de Darwin que se encuentran en Reino Unido retornarán a Chile para apoyar el repoblamiento de la especie en Parque Tantauco.
“Hemos construido una instalación exclusiva para las ranitas de Darwin en el Zoológico de Londres, la que es capaz de recrear los ciclos de luz y humedad del bosque de Chile, para asegurar que estos pequeños visitantes puedan sentirse seguros y mantenerse sanos durante su estadía”, agrega Andrés Valenzuela Sánchez, chileno quien trabaja como investigador en salud de animales silvestres en esta institución británica.