La exploración espacial y astronómica no deja de sorprendernos, ya sea por nuevos descubrimientos y logros científicos, o por hechos particulares, los que muchas veces no están planeados, pero resultan ser altamente llamativos.

Un caso de estas características ocurrió recientemente en la Luna. Los restos de un cohete chino, también llamado basura espacial, se estrellaron directamente contra la superficie lunar. Puntualmente, un propulsor de cohetes Chang’e 5-T1 lanzado en 2014, el que no volvió a la Tierra, y quedó orbitando en el espacio.

El científico que descubrió el choque fue Bill Gray, a cargo del software del denominado Proyecto Pluto, iniciativa que rastrea objetos cercanos a la Tierra. Hasta ahora, China desconoce que sea un objeto espacial perteneciente a ellos. Lo niega rotundamente.

Si bien esta es la teoría más aceptada, otros señalan que podría tratarse de un cohete de SpaceX, la compañía espacial del sudafricano Elon Musk. Inicialmente el mismo Gray había establecido que se trataba de una parte del satélite espacial DSCOVR de la Nasa lanzado en 2015. Luego de analizarlo con los ingenieros a cargo del proyecto, esta opción se desestimó, y tomó más fuerza la opción del cohete espacial asiático.

Imagen del lugar del impacto. Crédito: Bill Gray/Proyecto Plutón

Concretamente, el pedazo de chatarra estuvo viajando por el espacio durante siete años e impactó la Luna a unos 9300 km/h. La información que se maneja a la fecha, indica que el impacto con la Luna se produjo el 4 de marzo, dejando un cráter de unos 20 metros de diámetro (ver imagen anterior). El objeto mide unos 12 metros de largo y pesa unos 4500 kg.

Debido a la complejidad y precisión que requiere el caso, los científicos emplearán el Orbitador de Reconocimiento Lunar (LRO) de la Nasa, para tener aún mayor certeza del choque espacial. “Utilizará sus cámaras para intentar identificar el sitio exacto del impacto y determinar cualquier cambio potencial en el entorno lunar como resultado de éste”, dijo un portavoz de la Nasa a The Wall Street Journal.

El LRO de la Nasa lleva un conjunto de instrumentos científicos, incluido un sistema de cámara llamado Lunar Reconnaissance Orbiter Camera (LROC), con lo que captura imágenes de alta resolución de la superficie lunar. Entre sus logros, ha detectado equipos dejados por las misiones Apolo, por lo que debería poder encontrar el lugar preciso del impacto y lo que queda de la basura espacial.

Motivos de estudio y análisis

El reciente hallazgo lunar llamó la atención de científicos y astrónomos, quienes ven en el impacto, una gran oportunidad de analizar este cráter de manera experimental, y además, considerando que es nuevo en relación a otros que están ahí hace millones de años.

Uno de ellos es Paul Hayne, académico asistente de Ciencias Astrofísicas y Planetarias en la Universidad de Colorado, Estados Unidos. Autor y coautor de muchos artículos sobre la Luna y otros temas de ciencia planetaria, escribió un artículo en “The Conversation” sobre el impacto llamado “Un cohete se estrella contra la Luna: el experimento accidental arrojará luz sobre la física de los impactos en el espacio“.

Como científico planetario que estudio la Luna, “veo este impacto no planificado como una oportunidad emocionante. Por lo general, cuando un objeto hecho por humanos golpea un cuerpo del Sistema Solar, es por diseño. Así que este impacto es como un experimento no planificado. ¿Qué pueden aprender los investigadores?”, señala.

Cuando miramos planetas como Mercurio y la Luna desde la Tierra, vemos superficies que han sido golpeadas por impactos durante miles de millones de años. Hay mucho que los científicos aún no saben sobre el proceso de impacto y la física detrás de él. “Una comprensión más profunda de la física del impacto contribuirá en gran medida a ayudar a los investigadores a interpretar el paisaje árido de la Luna y también los efectos que tienen los impactos en la Tierra y otros planetas”, añade Hayne.

Imagen correspondiente al lanzamiento de la misión en 2014.

Por otra parte, un grupo de científicos también realizaron experimentos de impacto en el Ames Vertical Gun Range de la Nasa, diseñado para recrear el impacto y estudiarlo más a fondo. Pudieron explorar la columna de impacto y la eyección y determinar cuántos volátiles pueden liberarse por tal impacto. El esfuerzo combinado arrojó luz sobre cómo éstos podrían haber entregado agua líquida y otros materiales.

Al estudiar la composición de la columna de polvo que se elevó hacia la luz del Sol, pudieron encontrar señales de unos cientos de libras de hielo de agua que habían sido liberadas de la superficie de la Luna por el impacto. “Esta fue una evidencia crucial para respaldar la idea de que durante miles de millones de años, los cometas han estado entregando agua y compuestos orgánicos a la Luna cuando chocan contra su superficie”, explicaron los científicos.

Los impactos constantes durante miles de millones de años han dado forma a la superficie de la Luna, “creando una capa de roca suelta y pulverizada que cubre la mayoría de los mundos sin aire. Este proceso está muy extendido pero no se comprende bien. Sin embargo, la física general de este proceso no se comprende bien a pesar de lo común que es”, agregaron.

El propio Hayne aclara, que cuando se trata del objeto en sí, es posible que nunca sepamos quién lo envió al espacio. Pero eso no importa. Es posible que la parte responsable no quiera admitir que es su cohete, pero son los patrocinadores involuntarios de un experimento científico fortuito que podría haber costado millones para realizar a propósito.

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