Aplaudido por unos, cuestionado por otros. Elon Musk, el multifacético empresario sudafricano, no pasa desapercibido. Desde muy chico tuvo curiosidad por tres áreas de desarrollo: Internet, energías renovables y el espacio. Prueba de esto es que a los diez años aprendió a programar y dos años después le vendió su primer programa por US$ 500 a la revista local PC and Office Technology.
Hoy es considerado el hombre más rico del mundo según Forbes, con una fortuna estimada de US$ 326.000 millones, y es cofundador de diferentes compañías, tales como PayPal, SpaceX, Hyperloop, SolarCity, The Boring Company, Neuralink y OpenAI. Además lidera la carrera de automóviles eléctricos, con Tesla Motors.
Sin embargo, su exitosa carrera no ha estado exenta de problemas, polémicas y cuestionamientos. El último de éstos apunta a la neurociencia. Pero también al maltrato de animales. Musk y una de sus empresas, Neuralink, junto a la Universidad de California Davis fueron denunciados recientemente por el Comité de Médicos por la Medicina Responsable, una organización que defiende los derechos y el bienestar de los animales, debido a que 15 monos (de un total de 23) perdieron la vida luego de experimentos científicos con chip neuronales.
La denuncia, que totaliza nueve violaciones a la Ley de Bienestar Animal, fue presentada ante el Departamento de Agricultura de EE. UU.
“Muchos, si no todos los monos, experimentaron un sufrimiento extremo como resultado de su cuidado inadecuado y los implantes de cabeza experimentales altamente invasivos durante los experimentos, que se realizaron con el objetivo de desarrollar lo que Neuralink y Elon Musk han descrito públicamente como un “cerebro””, señala el documento.
El trabajo de ambos comenzó en 2017 con el objetivo final de aplicar la tecnología en seres humanos, meta que hoy parece lejana luego de este gran paso en falso. Según los planes originales de la firma y del propio Musk, en diciembre de 2022 se esperaba comenzar a realizar las primeras pruebas de estos chips en humanos.
Además de provocarles la muerte, los simios también presentaron mutilaciones y distintos problemas físicos, como hemorragias. La denuncia de esta agrupación se oficializó luego de acceder a una serie de documentos entregados por la misma universidad después de una petición pública.
Bienestar animal
Cristián Ugaz, académico e investigador de la Escuela de Medicina Veterinaria de Universidad de Las Américas, señala que si bien la investigación con animales es necesaria, no es algo que se realice de manera arbitraria o antojadiza, ya que para llegar a este proceso, primero debe realizarse una investigación.
“Tiene que existir siempre un comité de cuidado y uso de animales, en todas las instituciones académicas y de investigación que trabajen con esto. Cuando una investigación requiere el uso de animales, se debe presentar un proyecto frente al comité, el cual tiene que pasar por manos de investigadores y especialistas en la determinada especie y en bienestar animal, que van a evaluar cada una de las técnicas que se requieran”, resalta Ugaz.
Es posible que UC Davis haya entregado sus instalaciones financiadas con fondos públicos a un multimillonario, “pero eso no significa que pueda evadir los requisitos de transparencia y violar las leyes federales de bienestar animal”, señala Jeremy Beckham, coordinador de defensa de la investigación con el Comité de Médicos.
“Los documentos revelan que a los monos les mutilaron el cerebro en experimentos de mala calidad y los dejaron sufrir y morir. No es ningún misterio por qué Elon Musk y la universidad quieren ocultar al público fotos y videos de este horrible abuso”, añade Beckham.
¿Qué dicen Musk y la Universidad de California?
Ante la denuncia, la casa de estudio se desvinculó en parte de lo ocurrido, señalando que desde 2020 dejaron de trabajar con la empresa del sudafricano. “Nos esforzamos por brindar el mejor cuidado posible a los animales a nuestro cargo. La investigación con animales está estrictamente regulada y cumplimos con todas las leyes y regulaciones aplicables, incluidas las del Departamento de Agricultura de EE.UU.”. Por su parte, Musk aún no emite declaraciones.
Ugaz explica que al trabajar con animales se aplican las denominadas tres R, es decir, “el reemplazo, la reducción y el refinamiento”. El primero, evalúa si es necesario o no el uso de animales, el segundo corresponde a la evaluación de cuántos animales se utilizarán, mientras que el tercero, apunta a la verificación de técnicas e instalaciones, que todos los procedimientos sean los correctos y hechos por las personas indicadas y que tengan la capacidad adecuada”.
En el caso de que la justicia confirme y acredite lo sucedido, ambos se expondrían a sanciones por violaciones a la Ley Federal de Bienestar Animal.
Neuralink, la cuestionada compañía, existe desde 2016. Su objetivo inicial era colaborar y trabajar en la recuperación de lesiones traumáticas en el cerebro y la médula espinal, además de curar la depresión y otros trastornos asociados a la salud mental. Ya había sido cuestionada anteriormente por experimentar con animales, en 2020 realizó una demostración con un cerdo y en 2021 expuso a un mono a los videojuegos (ver video a continuación).
“UC Davis no puede proteger a una empresa privada del escrutinio público”, establece Deborah Dubow, consejera general asociada del Comité de Médicos. “Las fotos y videos de animales alojados y experimentados en una institución pública son registros públicos. Neuralink no puede valerse de los recursos públicos sin evadir la responsabilidad pública”, agrega Dubow.
Los cuestionados chip de Neuralink se implantaron realizando perforaciones en los cráneos de los monos, lo que evidentemente no está bien. Uno de los ejemplares comenzó con problemas, luego de presentar una infección en la piel, por lo que fue sacrificado. Otro perdió algunos dedos de sus manos y pies. También fue sacrificado. Un tercero comenzó a vomitar luego de la implantación del dispositivo, finalmente sufrió una hemorragia cerebral, lo que le causó la muerte.
La investigación con animales es fundamental, concluye Ugaz, “para que existan ciencias y tecnologías en el uso y avances necesarios en la salud de los seres humanos”. Si embargo, aclara, sí ocurren inconvenientes en determinada investigación, tendrán que ser evaluados. “En el caso de Elon Musk, se deben estar estudiando los motivos de la muerte de los animales. No hay una razón para satanizar el uso de animales, son necesarios. Nos permiten ver resultados, y luego pasar a seres humanos. En Chile también está protegido, por la Ley de Protección Animal 20.380”, agrega el investigador.