Cuando recibieron el material, no lo podían creer. Eran casi dos decenas de cajas, con más de 15.000 fotografías de Chile, correspondiente a los años 1950, 60, 70, 80 y 90. Se trataba de un inédito registro perteneciente al arquitecto y fotógrafo Luis Mitrovic (1911-2008), el que llegó a manos de la Fundación Enterreno.
Consistía en fotografías, negativos, placas de vidrio y positivos, además de cartas y correspondencia personal, las que aún no han sido catalogadas. Además, las imágenes no cuentan con información referencial, por lo que no existe manera exacta de saber a qué corresponden, salvo algunas que resulta evidente debido a alguna construcción o lugar histórico. Una vez digitalizadas, serán archivadas en la Universidad San Sebastián.
Encuentran más de 15 mil fotos del siglo pasado y “no identificadas” de destacado fotógrafo
“Se trata de una gran cantidad de negativos que forman parte de su primera etapa como fotógrafo. A fines de los 50, se ve un aumento en el registro a color en su trabajo, creando un extenso catálogo de vistas de Chile; del campo, la playa y el trabajo callejero, entre otros”, señala Felipe Bengoa, director de Enterreno.
Bengoa dice que archivos tan grandes y valiosos como el de Mitrovic requieren un cuidado y proceso especial. “Estamos hablando de miles de fotografías en placas de vidrio y películas que están guardadas hace años”.
Según Bengoa, tuvieron la fortuna de que el archivo venía ordenado, al parecer, por el mismo Mitrovic, aunque sin catalogar. “Las placas de vidrio son las primeras en ser sopladas (para eliminar polvo y fibras) y digitalizadas en conjunto a los formatos de 120 Kodak, donde hay registros en blanco negro y a color de todo Chile”, añade.
“Cada negativo o placa de vidrio demora alrededor de 4 minutos en ser digitalizado por completo, por lo que estamos hablando de unas 1.000 horas en digitalización para tener todo preservado y rescatado. Luego, el plan es abrir el archivo al público y ojalá realizar una exposición de su vida y obra. Un proyecto editorial también sería idóneo para mostrar el gran registro de Mitrovic y su talento fotográfico”, establece Bengoa.
Para llevar a cabo esto, la fundación lanzó el Programa Apadrina un Archivo, donde se invita a instituciones a participar en el proceso de digitalización y comunicación, a través del financiamiento parcial o total del rescate. Luego, estas instituciones pueden utilizar el material para investigaciones, estudios y otros fines culturales o académicos.
Encuentran más de 15 mil imágenes de Chile: motivo de gran inspiración
Luis Mitrovic nació en Valparaíso en 1911, hijo único de un próspero emigrante croata de Slano, distrito de Dubrovnik. Su padre realizó una considerable fortuna en la industria del salitre. Llegado a Iquique en 1890, se radicó luego en Valparaíso, donde se casó y construyó la gran casa del Cerro Concepción.
Allí la firma Mitrovic Hermanos siguió su actividad empresarial asociándose con Baburizza, Lukinovic y otros ilustres croatas. Su infancia y juventud estuvo marcada por los múltiples viajes junto a sus padres. Este cosmopolitismo lo marcó para toda su vida. Al terminar el colegio se traslada a Santiago a estudiar agronomía, lo que hizo durante cuatro años.
Sin embargo, “su vocación por la arquitectura, impulsada además por un círculo de amistades ilustres como Sergio Larraín, Roberto Matta y otros, le hizo abandonar la carrera y viajar a Europa, radicándose una temporada en Viena, donde ingresa a la Akademie de Meter Behrens, afamado arquitecto profesor de Gropius, Breuer, Mies van der Roe y otros, que luego fundarían la Bauhaus. La llegada de Hitler lo trae de vuelta a Chile, donde concluye sus estudios de arquitectura”, revela Bengoa.
Mantiene su gran amistad con el pintor Roberto Matta. “En 1943 se casa con Angela Gana, quien sería su gran compañera en su modo de vida cosmopolita, elegante y sensible, al mismo tiempo de gran creatividad”, añade Bengoa.
Gran testimonio: imágenes de Chile de 1950 a 1990
Mitrovic se desempeñó como arquitecto en Chile desde 1938 hasta 1970, construyendo múltiples edificios de oficina, el teatro Rex, Edificio Baburizza en Viña del Mar, y varios proyectos industriales, sobresaliendo la fábrica Carozzi en Nos, realizada en sociedad con Emilio Duhart, y el edificio de Wagner y Stein.
“Paralelamente da curso a una serie de actividades, como el ski, deporte del que fue pionero en Chile en el incipiente Farellones. Junto a esto, desarrolla una intensa actividad como fotógrafo”, indica Bengoa.
Fue un gran viajero, recalca Bengoa, adentrándose en las profundidades de los países visitados. “En 1971 se radica en Estados Unidos (Washington y Boston), frecuentando allí a gente de intereses y estilo de vida muy similares, y de innegable influencia social y cultural. Trabaja como arquitecto para el Banco Mundial donde le corresponde realizar importantes proyectos, especialmente en Centroamérica y Venezuela”.
“Durante toda esta etapa adquiere valiosas obras de arte y objetos que testimonian su refinada sensibilidad. Entre ellas destacan finos muebles ingleses, franceses, norte y sudamericanos de gran factura, piezas arqueológicas precolombinas, las que junto a obras de arte contemporáneo, tanto chilenas como norteamericanas, forman un conjunto cosmopolita de gran atractivo”, sostiene Bengoa.
Al recorrer su casa se percibía el espíritu del coleccionista y su gran sentido estético reflejado en la armonía de coloridos en medio de un desenfadado eclecticismo que no rompía el equilibrio y armonía que saben lograr solo los entendidos, considera.
“En los 80 retorna a Chile donde sigue activo en su profesión y hobbies. En 1994 enviuda y sigue haciendo una vida plena de actividades e inquietudes hasta que su salud se lo permite, dejándonos un enorme legado cultural”, finaliza Bengoa.
Hizo su testamento el 5 julio de 2007. En él designó albacea a Carlos Alberto Cruz, su gran amigo, quien encargó a Alejandro Valdés su cometido. El testamento indica: “Se le dejan las colecciones de fotografías y archivos fotográficos, para que sean entregados a una institución cultural y educativa que conserve su trabajo a través de proyectos acordes”.
Falleció en julio de 2008, a los 97 años. 16 años después, su trabajo es revelado.