Compartir contraseña de un servicio en streaming como Netflix ayuda a hacer frente al valor de una suscripción, pero puede tener implicaciones y consecuencias legales.
Así lo señaló recientemente la Oficina de Propiedad Intelectual de Reino Unido, situación que podría repetirse en otros países como Chile.
Las cuentas compartidas, es decir, las cuentas en las que un usuario paga una suscripción (generalmente premium para poder utilizarla en varios dispositivos de forma simultánea) y da acceso a ella a otras personas cercanas, se han convertido en un problema para Netflix a medida que los suscriptores de la plataforma descendían.
En este sentido, la plataforma planea empezar a cobrar las cuentas compartidas a principios de este año en Estados Unidos, según ha informado The Wall Street Journal, pese a ser consciente de que es una determinación que no le caerá bien a los usuarios.
Se trata, además, de una práctica ilegal en naciones como Reino Unido. Según establece la Oficina de Propiedad Intelectual, por la vía penal, esta acción se trataría como un caso de “fraude o infracción secundaria de derechos de autor”, ya que da acceso a otras personas a obras protegidas sin que paguen por ello.
Por la vía civil, argumenta esta última, que es el propio servicio el que debe tomar medidas al respecto si detecta que se está compartiendo una cuenta.
En Chile aún no existe claridad al respecto. “Netflix está en una verdadera cruzada. Monetizar todo y a toda costa. Y es así como de un tiempo a esta parte a las personas que se conectan a la cuenta lejos de la dirección del titular no pueden llegar y conectarse. Les hace falta una clave. Y el camino que empuja la compañía es que se pague un adicional y tengan un acceso propio”, señala Manu Chatlani, director ejecutivo agencia digital Jelly.
En otros países como España la respuesta tampoco es del todo clara. El Ministerio de Cultura explicó a Europa Press, que esta práctica podría tener, en su caso, “implicaciones civiles en función de lo que la plataforma permita a los usuarios en los términos del servicio, pero quedaría al margen de las competencias de este Ministerio en materia de propiedad intelectual”.
Sin entrar en detalles sobre una posible vía penal, el Ministerio de Cultura coincide con la Oficina de Propiedad Intelectual de Reino Unido respecto a las implicaciones por la vía civil.
Como se refleja en los términos de uso de Netflix, todos los contenidos a los que se acceda a través del servicio son para el “uso personal y no comercializable” del usuario y no se pueden compartir con individuos fuera de su hogar.
Siguiendo esta línea, Netflix podría tomar medidas, ya que el usuario estaría violando uno de sus requisitos impuestos en los términos del servicio al compartir cuenta. Aunque, por el momento, la plataforma no contempla las acciones legales.