Sorpresa causó en los guardaparques de Conaf Antofagasta la aparición de una especie de la que no tenían registro en la zona. En la Reserva Nacional Los Flamencos, en el sector del Salar de Tara y Aguas Calientes, ubicado en San Pedro de Atacama, detectaron lo que sería una nueva especie de gato nativo a través de cámaras trampa.
Bautizado como gato del desierto, su pelaje presenta manchas rojizas en su cuerpo y unas bandas negras bien marcadas sobre un fondo blanco en sus extremidades.
Este registro creó un debate científico sobre la diversidad de fauna de este ecosistema, y si este felino es realmente una nueva especie de gato (Leopardus garleppi) o se trata de una subespecie del gato colocolo (Leopardus colocolo).
Actualmente en Chile se pueden identificar cuatro gatos nativos, pertenecientes a la familia Leopardus: gato colocolo (Leopardus colocolo), gato andino (Leopardus jacobita), gato güiña (Leopardus guigna) y gato de Geoffoy (Leopardus geoffroyi).
El biólogo encargado del estudio, Héctor Gallardo, señala que a lo largo del tiempo, este tipo de especie de felino ha recibido muchos nombres científicos, “pero ahora podría tratarse de una nueva especie de gato”.
Mediante este estudio, y con el cierre del sector, se ha observado una clara recuperación de la biodiversidad, descubriéndose nuevas especies que nunca antes habían sido registradas en el área, como la chinchilla andina y el reciente hallazgo de este gato silvestre.
Rodrigo Munita, director ejecutivo de Conaf, establece que este nuevo hallazgo viene a confirmar el proceso de monitoreo que “como Corporación Nacional Forestal estamos desarrollando en las áreas protegidas que administramos, sobre la base de los estándares abiertos de conservación, que nos permite conocer realmente cuáles son nuestros objetos de conservación y las amenazas. Con este hallazgo, además de saber si es una subespecie o nueva especie, nos pone un trabajo diferente para la protección del hábitat de este gato silvestre”.
Gallardo detalla que esta especie nunca antes había sido registrada en este punto de la cordillera (sí en otros lugares), “por lo que este descubrimiento realza la importancia del estudio de la fauna en las áreas protegidas”.
En el caso de este hallazgo, luego de analizar las fotos, donde se captó a un individuo adulto y también otro juvenil, se determinó que correspondería a la nueva especie Leopardus garleppi. Se encontraban en las proximidades de una laguna salina, posiblemente desplazándose de un roquerío a otro o buscando presas que cazar de entre la variedad que ahí habitan.
No obstante, el debate aún no termina y todavía no existe un consenso entre biólogos sobre el tema. Aún está en estudio si se trata de una nueva especie o una subespecie.
Anteriormente, un estudio realizado en 2020 determinó, en base a la cobertura morfológica más amplia de la especie, datos moleculares y modelos de nichos ecológicos, que las subespecies del gato colocolo verdaderamente forman parte de cinco especies únicas y diferentes entre sí.
En consecuencia, los especímenes de la subespecie de gato colocolo ubicados en Ecuador, Perú, en el sur de Bolivia y en el norte de Argentina y de Chile (Región de Tarapacá) formarían parte de una de las cinco nuevas especies de felino, en este caso, el ya nombrado gato del desierto o Leopardus garleppi.
Este es un proceso largo y hay otros problemas que afrontar, señalan los expertos. Con la determinación de estas cinco nuevas especies de gato, se han impulsado programas de educación ambiental, instándose a seguir estudiándolos para conocer más datos sobre su clasificación, ecología y riesgo de extinción.
Cabe destacar que el gato colocolo está en la categoría de casi amenazado, pero si se confirma este hallazgo, las nuevas especies, como la del gato del desierto, podrían estar hasta en categorías de riesgo de extinción, por lo cual debería realizarse una labor importante de conservación y preservación en los lugares idóneos para su distribución.