Un análisis con el telescopio Hubble del cometa C/2014 UN271, que se adentra en el Sistema Solar desde la nube de Oort, reveló que su núcleo abarca unos 135 kilómetros y es unas 50 veces más grande que el de la mayoría de los cometas conocidos.
La investigación realizada por David Jewitt, académico de ciencia planetaria y astronomía de Universidad de California en Los Ángeles (UCLA), y publicada en Astrophysical Journal Letters, también determinó que su masa se estima en 500 billones de toneladas, cien mil veces mayor que la masa de un cometa típico que se encuentra mucho más cerca del Sol.
Afortunadamente, según estableció la Nasa, este objeto descubierto inicialmente por los astrónomos Pedro Bernardinelli y Gary Bernstein en 2014 en el Observatorio Interamericano de Cerro Tololo, en Chile, si bien viaja en dirección hacia la Tierra, nunca se acercará a ésta, así como tampoco al Sol, al que no se acercará a más de 1.500 millones de kilómetros. Esto ocurrirá recién en 2031.
“Este cometa es literalmente la punta del iceberg de muchos miles de cometas que son demasiado débiles para ver en las partes más distantes del sistema solar”, dijo Jewitt. “Siempre hemos sospechado que este cometa tenía que ser grande porque es muy brillante a una distancia tan grande. Ahora confirmamos que lo es”, añadió.
En relación al valor científico del hallazgo, Juan Carlos Beamin, astrónomo de la Universidad Autónoma de Chile, señala que siempre se ha sospechado que estos gigantes helados existen en gran cantidad en las zonas más externas del sistema solar; descubrir nuevos cometas, y caracterizar sus propiedades físicas como tamaño, composición y cómo reflejan la luz del sol, nos ayudará a entender un poco mejor el origen y evolución del sistema solar, pues los cometas son como fósiles de la formación de éste.
“A la fecha se han descubierto cerca de cinco mil cometas en el sistema solar, pero se calcula que podrían existir del orden de un billón de estos objetos, la gran mayoría jamás los podremos detectar, ni ver, y nunca se acercarán lo suficiente a la Tierra”, agrega Beamin.
Este es un objeto asombroso, dado lo activo que es cuando todavía está tan lejos del Sol. “Supusimos que el cometa podría ser bastante grande, pero necesitábamos los mejores datos para confirmarlo”, dijo en un comunicado el autor principal Man-To Hui, Doctor en la UCLA y académico en la Universidad de Ciencia y Tecnología de Macao.
Beamin aclara, al igual que la Nasa, que este cometa no presenta ningún tipo de amenaza, pues lo más cerca que estará de la Tierra es unas 10 veces más lejos que la distancia que nos separa del Sol, “así que en ese sentido una colisión es simplemente imposible”, señala.
Los investigadores utilizaron la tecnología del Hubble para tomar cinco fotos del cometa el pasado 8 de enero e incorporaron observaciones de radio del cometa en su análisis. El cometa está ahora a menos de 3.000 millones de kilómetros del Sol, para después regresar a su lugar de anidación en la nube de Oort, dijo Jewitt.
El desafío al medir este cometa fue determinar el núcleo sólido del enorme coma polvoriento, y la nube de polvo y gas, que lo envolvía. El cometa está actualmente demasiado lejos para que el Hubble resuelva visualmente su núcleo.
Científicamente hablando, los datos del Hubble muestran un pico de luz brillante en la ubicación del núcleo. Hui y sus colegas hicieron un modelo de computadora del coma circundante y lo configuraron para que se ajustara a las imágenes del telescopio. Luego, restaron el resplandor de la coma, dejando atrás el núcleo.
Beamin añade que a pesar que buena parte del cometa está hecho de hielo, la superficie es muy oscura debido a una gruesa capa pequeñas partículas de polvo que se quedan pegadas allí. “Podríamos pensarlo como una bola gigante de nieve muy sucia, entonces cuando llega la luz del Sol, las capas de suciedad desvían la luz y no la reflejan directamente, por ello que en algunas ocasiones se dice que los núcleos cometarios son incluso más oscuros que el carbón”.
Hui y su equipo compararon el brillo del núcleo con observaciones de radio anteriores del Atacama Large Millimeter/submillimeter Array, o ALMA, en Chile. Las nuevas mediciones del Hubble están cerca de las estimaciones de tamaño anteriores de ALMA, pero sugieren de manera convincente una superficie del núcleo más oscura de lo que se pensaba anteriormente. “Es grande y más negro que el carbón”, dijo Jewitt.