Julio de 2021 es un mes de récords. En pleno invierno en Chile, el séptimo mes del año y con pocos días de diferencia registra altas temperaturas, precipitaciones y mucho frío.
El martes pasado el termómetro de la Dirección Meteorológica de Chile (DMC) registró 27,9°C, lo que transformó a julio de este año en el julio con el promedio de temperaturas más alto para este mes en Santiago desde que hay registro. Unos días después, la capital fue testigo de precipitaciones, marcando un claro “contraste climatológico”.
Y este miércoles (todo en siete días), Santiago podría presenciar la mañana más fría de la historia. Según la DMC, la temperatura llegaría a -3°C o -4°C, superando el actual registro de 1955, cuando la estadística indicó -3,7°C.
Raúl Cordero, climatólogo de la Universidad de Santiago, señala que tanto las altas temperaturas máximas, como las bajas temperaturas mínimas que han caracterizado julio, están relacionadas. “Ambas son resultado de la escasa nubosidad, la que a su vez provoca bajas precipitaciones que han caracterizado a julio”.
Luis Salazar, meteorólogo de la DMC, establece que el fenómeno comenzó hoy con temperaturas de -3°C en algunos sectores de la Región Metropolitana. “La explicación física o meteorológica es que cada vez que incursiona en la zona central una masa fría y seca, que va detrás del sistema frontal, durante la noche pierde fuerza y energía, generando estas bajas temperaturas o heladas”.
Francisco Correa, investigador de la Unidad de Cambio Climático de la Universidad Autónoma, explica que estos acontecimientos tienen directa relación con los fenómenos asociados al cambio climático. “Se ha reportado en numerosos estudios que dentro de las principales consecuencias del cambio climático está la prevalencia de los fenómenos climáticos extremos, los que serán cada vez más recurrentes, más impredecibles y se manifestarán con mayor intensidad. Ejemplo de ello son las olas de calor, olas de frío, precipitaciones intensas en cortos períodos de tiempo e inundaciones, entre otros”.
Un dato llamativo es que en la estadística de las más bajas temperaturas, liderada por 1955, tres eventos se produjeron en los años 50 y tres también, en los últimos 10 años. Todos registros de -3°C y menos.
Cordero señala que la nubosidad en general modera las temperaturas máximas, pero ayuda a que el suelo no se enfríe tanto durante la noche. “Eso es exactamente lo contrario a lo que ha estado sucediendo en este último mes. Un mes caracterizado por las bajísimas precipitaciones y la falta de nubosidad”.
Además, el actual mes de julio es el cuarto con temperaturas mínimas promedio más bajas desde 1950. Durante 2021, se han registrado 20 días con temperaturas mínimas consideradas muy bajas, y el mayor número de días muy fríos desde 2010 (-0,2°C).
La escasa nubosidad puede atribuirse mayormente al predominio de las altas presiones. “Mientras se mantengan estas condiciones, tendremos escasas precipitaciones, noches frías y medios días cálidos. En Santiago el número de días con temperaturas mínimas muy bajas se ha reducido significativamente en las últimos décadas. Sin embargo, la baja es mucho menos significativa durante el invierno. Las temperaturas mínimas promedio durante el invierno en Santiago son actualmente similares a las históricas”, añade Cordero.
Salazar explica que se produce una gran amplitud térmica u oscilación térmica, que es la diferencia entre la mínima y la máxima. Puntualmente este fenómeno, “se debe al paso de masas de origen polar”.