La acción del ser humano en los territorios puede ir incluso más allá del daño que hoy por hoy se realiza al medioambiente. Esto es lo que se desprende de un estudio publicado en la revista Science, que advierte que actividades como la extracción de gas natural, petróleo y aguas subterráneas, están propiciando que para el año 2040, 12 millones de kilómetros cuadrados se habrán hundido irremediablemente.

“El descenso de la superficie terrestre de la Tierra es un peligro potencialmente destructivo que puede ser causado por una amplia gama de factores desencadenantes naturales o antropogénicos, pero que resulta principalmente de la movilización de sólidos o fluidos bajo tierra”, dice el estudio.

Lo principal es la subsidencia por el agotamiento de las aguas subterráneas, un proceso lento y gradual que se desarrolla en escalas de tiempo de meses a años, y que produce una pérdida progresiva de elevación de la tierra en áreas de decenas a miles de kilómetros cuadrados, afectando de manera variable a las áreas agrícolas en todo el mundo.

“La subsidencia reduce permanentemente la capacidad de almacenamiento del sistema acuífero, provoca fisuras en la tierra, daña edificios e infraestructura civil y aumenta la susceptibilidad y el riesgo de inundaciones. Durante las próximas décadas, la población mundial y el crecimiento económico continuarán aumentando la demanda de agua subterránea y el consiguiente agotamiento de este recurso, y cuando se vea agravado por las sequías, probablemente aumentará la ocurrencia de hundimientos de tierras y los daños o impactos relacionados”, indica el informe.

En el estudio, los científicos detallan 200 ubicaciones en 34 países del siglo pasado, que han sido protagonistas de un hundimiento debido al agotamiento de las aguas subterráneas. Además, señalan que 1.596 ciudades importantes se encuentran ubicadas en áreas amenazadas por hundimientos, aproximadamente el 22% de las 7.343 ciudades principales del mundo emplazadas en posibles áreas de hundimiento.

Asimismo, aseguran que las urbes con más posibilidades de hundimiento se ubican en centros densamente poblados, afectando a una gran parte de la población mundial.

“Para crear conciencia e informar la toma de decisiones, evaluamos el hundimiento global potencial debido al agotamiento del agua subterránea, un primer paso clave hacia la formulación de políticas efectivas de hundimiento de la tierra que faltan en la mayoría de los países del mundo”, sostiene el documento.

Ciudades que se hunden

El caso más dramático y explicativo tiene que ver con Jakarta en Indonesia, ciudad que carece de una red confiable de agua, lo que hace que muchos habitantes construyan y utilicen pozos de agua privados y no regulados. Esto deriva en que los acuíferos subterráneos se drenen, como si se desinflara un cojín gigante bajo la ciudad.

El problema aumenta si consideramos las fuertes lluvias que inundan regularmente los vecindarios de la ciudad, además de su fuerte desarrollo arquitectónico, marcado por los rascacielos, que está comprometiendo los débiles y drenados cimientos de la ciudad.

Este fenómeno también puede ser visto en urbes como Venecia en Italia, Rotterdam en los Países Bajos y Nueva York, EE.UU. En este último caso, un estudio en Scientific American señala que desde que los glaciares de América del Norte comenzaron a retroceder hace 20 mil años, la corteza de la ciudad de Nueva York a Carolina del Norte se ha estado hundiendo, a medida que el continente más grande continúa adaptándose a la descarga. El problema se incrementa por la extracción de agua subterránea y su proximidad a dos grandes ríos que tienen tendencia a inundarse. Esto implica que para 2100, la ciudad estará 12,5 metros más hundida que hoy.

Otras ciudades con el mismo problema son Shanghái, China (hundimiento de 1 cm por año); Ciudad de México, México (38 cm); Bangkok, Tailandia (2 cm); Londres, Reino Unido (1 mm); y Dhaka, Bangladesh (1,5 cm).