La irrupción de la pandemia generó una serie de cambios culturales y sociales, además de laborales. La crisis sanitaria forzó a muchas empresas a establecer un mecanismo de teletrabajo, desconocidos por muchas para ese entonces.
Conforme la situación sanitaria comenzó a cambiar, muchos pasaron a una modalidad híbrida, con algúnos días presenciales y otros de teletrabajo. Sin embargo, el fin de la pandemia parece haber devutlo a muchos trabajadores a la vieja modalidad presencial, algo que no todos quisieran.
Así lo reveló el el último Termómetro de la Salud Mental en Chile, investigación desarrollada por la Asociación Chilena de Seguridad (ACHS) y el Centro UC de Encuestas y Estudios Longitudinales, que profundiza en una de las mayores preocupaciones de los chilenos: la salud mental.
A partir de una muestra representativa de la población nacional, el documento evalúa y reporta de manera periódica la situación de salud mental en el país, además de medir su evolución en el tiempo y profundizar en los factores asociados que generan los cambios.
Uno de cada tres chilenos no quiere volver al trabajo presencial
Los resultados sugieren cambios con respecto a lo que implicó el Covid-19 en la sociedad. En relación al teletrabajo, modalidad laboral ampliamente extendida durante la pandemia, y que en algunos trabajos aún permanece, el estudio de la UC señala que el 83% de los hombres se siente satisfecho con esta forma de trabajo, mientras que en el caso de las mujeres la cifra alcanza un 72,5%.
Al consultar si está de acuerdo con volver en un 100% a la presencialidad (considerando hombres y mujeres), los resultados establecen cierta paridad. Uno de cada tres chilenos no quiere volver al trabajo presencial, el 37,1% está muy en desacuerdo o en desacuerdo con esta idea, el 24% ni de acuerdo, ni en desacuerdo, mientras que el 38,8% está muy de acuerdo.
Soledad, uno de los grandes problemas de los chilenos
David Bravo, director Centro de Estudios y Encuestas Longitudinales UC, estuvo a cargo de la elaboración del estudio, en conjunto con Antonia Errázuriz del Departamento de Psiquiatría de la Escuela Medicina UC, junto a Paulina Calfucoy (ACHS) y Daniela Campos (ACHS), trabajo que se viene desarrollando desde 2020, y que considera variables como trabajo, apoyo social, soledad, ánimo, alcohol, ansiedad e insomnio, entre otros.
En su última entrega, el 21% de los encuestados reportó altos niveles de soledad (frecuentemente se siente aislado/excluido por los demás o que le falta compañía), similar a lo encontrado en encuestas anteriores, lo que se traduce en que uno de cada cinco chilenos aproximadamente se siente solo.
Pero al desagregar los resultados por género, el 26,1% de las mujeres mostró signos de soledad, mientras que en los hombres la cifra solo llegó a 15,1%, establece el documento. Es decir, una de cada cuatro chilenas se siente sola.
“Encontramos que respecto de nuestra medición anterior en noviembre de 2022, que hay un alza importante en los problemas de salud mental y de depresión en mujeres, mientras que se reporta la tendencia contraria (una caída) en el caso de los hombres. Esta es la novedad que encontramos en esta medición, un aumento de la brecha de género en problemas de salud mental”, resume Bravo.
Si bien a lo largo de todas nuestras mediciones ha sido una constante que las mujeres exhiben una tasa de soledad mayor que la de los hombres, explica Bravo, “la brecha en contra de las mujeres ha tenido en esta última medición su punto más alto”.
Otro punto presente es el apoyo social percibido, que presenta una distribución similar a la encontrada en agosto de 2021 y mayo de 2022, con una proporción cercana al 9% de los entrevistados con un apoyo bajo; un apoyo medio de 47% y un tramo de apoyo alto en el que se ubica el 44% de la población.
Estado de ánimo: preocupante realidad en Chile
El estudio también reveló que el 17,5% de los encuestados sospecha la presencia de problemas de salud mental. Si bien esta proporción sigue siendo menor en 15-17 puntos respecto de lo exhibido en julio de 2020 y en abril de 2021, actualmente se registra un alza de 1,8%, que se explica por una tendencia dispar: un aumento en los problemas de salud mental de las mujeres de 5,8% junto con una caída de 2,3% en los problemas registrados por los hombres. “Si bien es una proporción importante de la población, equivale a la mitad de lo más alto reportado en nuestra medición de julio de 2020″, establece Bravo.
También, un 13,7% muestra síntomas moderados o severos de depresión indica la investigación. Esta cifra es estadísticamente similar a la registrada en noviembre de 2022, indica el estudio. Sin embargo, añade, en esta aparente estabilidad subyacen dos tendencias opuestas estadísticamente significativas: un empeoramiento de 3,7% en los síntomas de depresión en mujeres, en contraste con un mejoramiento de 4,4% en los hombres.
El estudio adiciona que el 22,3% tiene síntomas moderados o severos de ansiedad. Esto representa una caída de 1.4 puntos respecto de lo encontrado en noviembre de 2022. Se puede apreciar que esta caída se explica fundamentalmente por una caída estadísticamente significativa de 2,8% en el índice de ansiedad para hombres.
Según el académico, la otra dimensión medida, referida a síntomas de ansiedad generalizada, muestra que “las mujeres se mantienen en un nivel similar al de la medición anterior, pero cae fuertemente en el caso de los hombres con el mismo resultado de aumento en la brecha de género contra las mujeres”.
Frente a este escenario, añade el documento, el 35% de la muestra señala haber consultado con un profesional de la salud mental a lo largo de la vida y haber sido recetado un medicamento (21% de mujeres y 5% de hombres) para sus problemas emocionales. El 12,8% fue en los últimos 12 meses (19,8% de mujeres 12,8% y 5,4% de hombres).
Se aprecia un fuerte mejoramiento en la situación emocional general después de iniciado el tratamiento (caen fuertemente los casos que se sienten muy mal o bastante mal y mejoran significativamente los que se califican como bien o muy bien). Las mujeres muestran un estado basal emocional antes del tratamiento peor al de los hombres: 65% de las mujeres se calificaba como muy o bastante mal en comparación con el 48% de los hombres.
De esta manera, el mejoramiento con el tratamiento se refleja en una mayor caída en las categorías de peor estado emocional mientras que en los hombres hay una mucha mayor proporción relativa que se siente bastante o muy bien.
En relación a la satisfacción laboral, el 77,3% indica que muchas veces o siempre se siente satisfecho en su puesto de trabajo. Esto es 11 puntos superior a lo encontrado en 2020. La satisfacción laboral es mayor en quienes no están trabajando de manera remota (77,9%) en contraste con quienes están con teletrabajo (satisfacción de 73,4%)
Ante la pregunta ¿cuán diferente fue su vida la semana pasada en comparación con su vida antes del Covid-19? El 49% piensa que su vida actualmente es bastante o completamente diferente a la que tenía antes del Covid-19, lo que marca un descenso de 25 puntos en relación a abril de 2021.
Estudio de salud mental revela que la delincuencia y economía desplazan al contagio como preocupación
El último Termómetro de la Salud Mental en Chile indica que el empleo, la delincuencia, la economía y cambios políticos desplazan al contagio como principales preocupaciones de los chilenos.
La delincuencia se mantiene como el mayor factor estresor con un 67,1%, mientras que caen en importancia los cambios político-sociales sucedidos en el país respecto de mayo 2022 en 10 puntos porcentuales. La situación económica esperada para los próximos meses se mantiene como un factor estresor para 51% de los entrevistados.
A lo largo de los últimos tres años hemos visto como factores asociados a mayores problemas de salud mental los déficit en salud física (como tener dos o más condiciones crónicas) y también los problemas económicos (como la pérdida de empleo o ingresos o el alto endeudamiento), indica Bravo. “El tema de los déficit en los tratamientos médicos producto del rezago producido durante la pandemia puede tener un impacto hoy, y en el lado económico, el empleo y los ingresos aun no recuperan su nivel pre-pandemia”, agrega.
La posibilidad de contagio como un estresor cayó desde 61,8% en abril de 2021 a 15,7%. También en menor proporción en el mismo período, la pérdida de empleo, 43,6% a 28,3%.
Añade que el 9,2% muestra consumo de riesgo de alcohol (similar a lo encontrado en la última medición). Se mantiene lo encontrado a lo largo de las distintas mediciones: el consumo de riesgo de alcohol es mayor en hombres que en mujeres.
Mientras que el 13.8% señala tener problemas de insomnio moderado o severo, un alza de 1,5 puntos porcentuales respecto de noviembre 2022. El alza es estadísticamente significativa y atribuida a un aumento de 2,3% en mujeres.
La investigación de la UC establece que el sedentarismo ha caído más fuertemente en hombres que en mujeres (26,4% vs. 35,2%). En total, un 30,9% presenta señales de sedentarismo.