Estudio demuestra que beber en vasos más pequeños reduce el consumo de alcohol
El uso de vasos más pequeños redujo la cantidad de vino bebido en un 6,5 por ciento (253 ml por quincena), mientras que beber de botellas más pequeñas redujo la cantidad de vino bebido en un 3,6 por ciento (146 ml por quincena).
Un nuevo estudio publicado este miércoles en la revista científica ‘Addiction’ ha descubierto que los hogares del Reino Unido consumen aproximadamente un 6,5 por ciento menos de vino cuando beben en vasos más pequeños (290 ml) que en vasos más grandes (350 ml).
En este ensayo controlado aleatorio se reclutaron 260 hogares británicos de la población general que consumían al menos dos botellas de vino de 75 cl. cada semana.
Durante dos períodos de intervención de 14 días, se pidió a los hogares que compraran una cantidad preestablecida de vino para beber en casa en botellas de 75 cl o de 37,5 cl, en orden aleatorio. También se les asignó al azar la posibilidad de recibir vasos más pequeños (290 ml) o más grandes (350 ml) para beber.
El volumen de vino consumido al final de cada período de intervención de 14 días se midió mediante fotografías de las botellas compradas, pesadas en las balanzas proporcionadas.
El uso de vasos más pequeños redujo la cantidad de vino bebido en un 6,5 por ciento (253 ml por quincena), aunque hay cierta incertidumbre en torno a este efecto. Beber de botellas más pequeñas redujo la cantidad de vino bebido en un 3,6 por ciento (146 ml por quincena), pero hay mayor incertidumbre en torno a este efecto.
El vino es la bebida alcohólica más consumida en Europa, y la mayor parte se consume en los hogares y no en bares, restaurantes o pubs. Ya se sabe que el uso de copas más grandes aumenta el volumen de vino que se vende en los restaurantes y el tamaño de las copas de vino en general ha aumentado drásticamente en las últimas tres décadas.
Si se demuestra que los efectos del tamaño de las copas de vino sobre el consumo son fiables, con efectos sostenidos en el tiempo, la reducción del tamaño de las copas de vino utilizadas en los hogares podría contribuir a las políticas de reducción del consumo.
Estas políticas podrían incluir la fijación de precios de las copas en función de su capacidad para aumentar la demanda de copas más pequeñas, y la regulación del tamaño de las copas en bares, restaurantes y otros locales con licencia para ayudar a cambiar las normas sociales sobre lo que constituye un tamaño de copa aceptable para su uso tanto fuera como dentro del hogar.
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