
Estudio descubre que mujeres se basan mucho en el olor para elegir amigos
El aroma natural y cotidiano de una persona es un fuerte predictor de si otros podrían querer interactuar con ella, señaló la investigación.

La sala está abarrotada y ruidosa. Hay conversaciones por doquier, y el olor residual de palomitas y cerveza flota en el aire. Sin embargo, dos mujeres que se conocen por primera vez pueden juzgar en cuestión de minutos si tienen potencial para ser amigas, guiadas tanto por el olfato como por cualquier otro sentido, según una nueva investigación de psicología de la U. de Cornell.
“La gente absorbe mucho cuando se encuentra cara a cara. Pero el olfato, que se percibe en cierta medida, aunque probablemente no de forma consciente, predice si esa persona acabará simpatizando”, dijo Vivian Zayas, profesora de psicología en la Facultad de Artes y Ciencias (A&S). “Es asombrosa nuestra sintonía con otras personas, incluso sin ser conscientes de ello”, agregó en un comunicado.

En un estudio con mujeres heterosexuales, Zayas y la primera autora, Jessica Gaby, doctora en la promoción de 2017, descubrieron que las preferencias personales e idiosincrásicas basadas en el aroma cotidiano de una persona, captado en una camiseta (polera, remera), predecían cuánto les gustaba a las mujeres su pareja tras charlas de cuatro minutos en una mesa en una sala llena de gente. Estas conversaciones cara a cara, a su vez, influyeron en cómo las participantes juzgaron posteriormente el aroma de la camiseta por sí sola.
El estudio también encontró que las preferencias basadas en el olor (al oler la camiseta de una persona) predijeron cuánto les agradaba a los participantes esa misma persona después de ver su retrato durante sólo 100 milisegundos.
“Si crees que podrías ser amigo de alguien que no conoces basándote en una décima de segundo de exposición a su fotografía, también es más probable que lo juzgues como un amigo potencial basándose en el olor de su camiseta”, dijo Zayas.

“El papel interactivo de las asociaciones de olores en las preferencias de amistad“, publicado el 2 de abril en Nature Scientific Reports, amplía nuestra comprensión del complejo panorama de lo que sucede cuando conocemos a alguien por primera vez y juzgamos el potencial de interacciones futuras.
El olfato está estrechamente vinculado a la memoria, afirmó Gaby, profesora adjunta de psicología en la Universidad Estatal de Middle Tennessee. Los recuerdos emocionales se forman en el sistema olfativo, fuera de la consciencia.
La investigación olfativa social suele centrarse en la selección de pareja, pero Gaby quería observar las interacciones platónicas. En lugar de centrarse en el olor “natural” de los individuos —aislado de productos, mascotas y otros factores ambientales—, este estudio se basó en el hecho de que las personas adaptan su aroma característico a través de las diversas decisiones que toman a diario.
“No se trata solo del perfume”, dijo Gaby. “Son tus elecciones alimenticias. ¿Te gustan los gatos o los perros? ¿Qué detergente usas? Todas estas opiniones se combinan para crear lo que llamamos “olor diplomático”. Vives en este espacio olfativo, ¿coincide con el de las personas con las que interactúas?”
Los detalles del estudio
Los investigadores reclutaron mujeres que se identificaron como heterosexuales para un evento de “amistad rápida”. Durante una orientación presencial, se les tomaron fotos. Luego, en su tiempo libre, completaron una sesión en línea, donde evaluaron rápidamente su potencial de amistad basándose en vistazos de 0,1 segundos a las fotos de las demás participantes.
También por su cuenta, a los participantes se les entregaron camisetas para usar durante aproximadamente 12 horas, mientras realizaban sus actividades habituales.
En un evento presencial posterior, se evaluó el uso de las camisetas de los participantes. Los participantes olieron las camisetas y luego anotaron si les gustaría salir con esa persona, hacerse amigos o evitarla en el futuro.
Inmediatamente después, los participantes pasaron por una sesión de amistad rápida en vivo: se sentaron frente a una mesa y conversaron durante cuatro minutos cada uno con otros 10 participantes o contribuyentes de camisetas; cada charla fue seguida inmediatamente por una evaluación del potencial de amistad.
La sesión de amistad rápida fue seguida por una segunda evaluación de olfateo de las camisetas.
Las evaluaciones basadas únicamente en el olor fueron similares a las evaluaciones presenciales: si un participante juzgaba un alto potencial de amistad basándose en el olor de una camiseta, su evaluación de la misma persona tras una interacción de cuatro minutos era la misma. Además, las evaluaciones basadas en la interacción en vivo predijeron cambios en una segunda ronda de evaluaciones diplomáticas del olor, lo que sugiere que la calidad de la interacción en vivo modificó la percepción olfativa.
Zayas dijo que la consistencia de los juicios en las tres oportunidades de calificación es notable.
“Todos demostraron tener una firma consistente de lo que les gustaba”, dijo. “Y la consistencia no era que en el grupo una persona oliera muy mal y otra muy bien. No, era idiosincrásica. Puede que me guste la persona A más que la B o la C según su olor, y este patrón predice quién me acaba gustando en la charla”.

Es bien sabido que muchas impresiones se basan en la apariencia, afirmó Zayas. Pero este estudio ha descubierto que el aroma natural y cotidiano de una persona es un fuerte predictor de si otros podrían querer interactuar con ella.
“Me parece lógico que tu olor influya en cómo te juzgo”, dijo Gaby. “Pero lo que más me sorprendió fue el aprendizaje, el cambio en la segunda serie de lecturas: una sola interacción y piensas: mmm, quizá no. Una sola interacción en persona con una persona puede cambiar la forma en que percibes su olor corporal. Esto me parece asombroso”.
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