“Las embarazadas tienen un peor pronóstico por Covid-19 y se les debe facilitar la vacunación”. Las palabras del director de la Sociedad Chilena de Obstetricia y Ginecología (Sochog), Aníbal Scarella, se alinean en relación a los últimos estudios en Chile y el mundo, que no sólo alertan sobre la urgencia de vacunar a mujeres embarazadas, sino también que se trata de un procedimiento completamente seguro.

Una de las últimas investigaciones, realizada por la Sochog, señala que en Chile entre el 1 de marzo y el 15 de abril en 28 maternidades y con 7.638 partos, se registraron 386 nacimientos de embarazadas con Covid-19. De ellas, un 30% tuvo que ser ingresada a una UCI o UTI, y el 58% requirió de ventilación asistida. Del total, 42 mujeres tuvieron un parto prematuro, y cuatro embarazos no llegaron a término.

Estas cifras dan cuenta de la importancia de uno de los estudios más grandes realizados hasta ahora sobre la vacunación contra el Covid-19 durante el embarazo.

La investigación, elaborada por los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) y publicada este miércoles en el New England Journal of Medicine, se basa en datos de 35.691 mujeres estadounidenses que recibieron las inyecciones de las empresas Moderna o Pfizer (esta última ya disponible en Chile) durante el embarazo, encontrando que sus tasas fueron comparables a las observadas en informes publicados sobre mujeres embarazadas antes de la pandemia: un 13% con abortos espontáneos, menos del 1% de mortinatos, 9% de nacimientos prematuros y 2% de defectos de nacimiento, según las cifras.

También se incluyeron datos sobre complicaciones del embarazo de casi 4 mil mujeres inscritas en un registro de seguridad de vacunas de EE.UU. De ellos, el 86% resultaron en un nacimiento vivo, principalmente entre las mujeres vacunadas en el tercer trimestre.

En tanto, la mayoría de las mujeres del grupo de vigilancia informaron dolor en el lugar de la inyección, siendo las reacciones graves menos frecuentes. Además, aunque estas mujeres parecían más propensas a sufrir dolor en el lugar de la inyección con ambas vacunas, también eran experimentaban menos reacciones que las mujeres no embarazadas.

De acuerdo al informe, ninguna de las mujeres involucradas recibió la vacuna de una sola dosis de Johnson & Johnson, disponible después del estudio y que ahora se encuentra en pausa mientras las autoridades examinan informes de coágulos de sangre en algunas mujeres. En tanto, la Sociedad Estadounidense de Medicina Reproductiva aprobó este martes la vacunación durante el embarazo, basándose en la evidencia que ha estado evaluando durante más de un año.

En ese sentido, cabe señalar que aunque las mujeres embarazadas fueron excluidas de los estudios de fase 3 que derivaron en la autorización de emergencia para las diversas vacunas, las evidencias no mostraron daños en las mujeres que estaban embarazadas sin saberlo cuando se inscribieron.

Más estudios

La Dra. Magdalena Honorato, gineco obstetra de Clínica Alemana, afirma que “existen reportes de casos en Europa y EE.UU. de embarazadas que se vacunaron y en donde se han encontrado anticuerpos en los recién nacidos. Por lo mismo se están desarrollando estos planes en esos lugares, pero en Chile la vacuna para ellas aún no está aceptada”.

“Conocemos el mecanismo de acción de la vacuna, que es un virus inactivo similar a la influenza. Pero al ser una vacuna nueva, la Sociedad de Infectología todavía tiene reparos en cómo liberarla. Nosotros como Sociedad de Gineología y Obstetricia hemos conversado el tema, pero falta avanzar”, dice.

“En cuanto a la lactancia, no hay ninguna contraindicación. También hay estudios y se han visto sus beneficios. Lo positivo es que cada vez hay más informes sobre el embarazo; esto es muy dinámico”, indica Honorato.

“Aún estamos en una nebulosa. Creo que nos demoraremos en vacunar a las embarazadas en Chile, pero estamos convencidos que la vacuna es similar a la influenza. Por ello, no debería existir ningún problema en el feto y su uso se podría estandarizar en el 2º trimestre, porque sabemos que hay más riesgo en cuanto al parto prematuro. Es una población que necesitamos incluir”, sostiene.