¿Sabías que los anillos que se generan en el tronco de los árboles tienen mucho que contarnos? Pueden, por ejemplo, mostrar cómo era el clima hace cientos y miles de años, es decir, mucho antes que existieran las estaciones climatológicas convencionales.
Sobre estos verdaderos “libros abiertos” expuso recientemente el académico de la Universidad de O´Higgins, Alejandro Venegas, en la charla “Los anillos de los árboles como testigos de un clima cambiante: aplicaciones y desafíos de la dendrocronología”.
Venegas, que ha trabajado en dendrocronología (disciplina científica que estudia los cambios ambientales registrados en los anillos de crecimiento anual de los árboles) y ecología de bosques, plantea el vínculo y relación entre la historia de los árboles y el cambio climático. “Existe un decaimiento en el crecimiento de diferentes poblaciones de árboles, ubicados entre las regiones de Valparaíso y del Maule, inducido, posiblemente, por la sequía histórica -que se inició en 2010- lo que ha provocado mortalidad de árboles, a gran escala, en algunos lugares”, explica.
Detalla que en la zona central del país -entre Coquimbo y el Maule- existen bosques que son únicos en Sudamérica, los que destacan por tener un alto nivel de endemismo de especies, es decir, que solo se desarrollan en estas regiones. “En la charla, hablamos, específicamente, de dos bosques: el bosque esclerófilo, donde predominan muchas especies endémicas como el peumo, el quillay y el espino; y del bosque caducifolio, que se refiere a los bosques que pierden las hojas en otoño e invierno, como el roble de Santiago y el hualo”, puntualiza el académico.
Grave daño en árboles nativos por parte de la sequía en la última década
En dicha ocasión, Venegas aprovechó se presentar el nuevo laboratorio que abre la UOH para investigar sobre la dendrocronología, palabra que deriva del griego dendron (árbol), cronos (tiempo) y logos (conocimiento). “Esperamos que este nuevo laboratorio sea clave para responder interrogantes sobre adaptación y vulnerabilidad de bosques, al igual que otros laboratorios de dendrocronología reconocidos a nivel nacional como el de la Universidad Austral y la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso”, señala.
“Además de realizar investigación de primer nivel, será una oportunidad para estudiantes de pre y postgrado que quieran desarrollarse en el ámbito de la ecología de bosques”, añade Venegas.
El académico establece que la investigación en esta materia, entrega la posibilidad de “entregar instrumentos que pueden tributar a futuras toma de decisiones que nos permitirán gestionar de mejor manera los recursos naturales, tanto desde el punto de vista del manejo de los bosques nativos, como de la conservación”.
“Los bosques tienen un rol ecológico esencial para quienes vivimos en las grandes ciudades, y este rol se traduce en servicios ecosistémicos que, en el caso de las cuencas de Chile Central, son regulación del aíre, del ciclo hidrológico, participación en la dinámica del carbón, del secuestro de carbono y son hábitat para un sinnúmero de especies animales. Además de permitir la creación de productos forestales no madereros, como son la producción de miel, la colecta de semillas, de tierra de hoja, de hojas naturales como el boldo”, finaliza el investigador.