Experto de Harvard: “El riesgo de infección por volar es 3.570 veces menor que el promedio del riesgo nacional de infección por vivir en Chile”

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¿Viajar en avión es o no seguro? Ramón Sánchez, investigador de la U. de Harvard, asegura que sí. Las mascarillas y la limpieza en conjunto, reducen la exposición potencial al virus Sars-CoV-2 entre un 92 y 98%, “si acaso hubiera una persona infectada en la cabina del avión”, aclara.


Las aerolíneas han sido una de las industrias más golpeadas con la actual crisis sanitaria. Ya en octubre se estimaba que el número de vuelos programados en todo el mundo se redujo en 45,8% en comparación a la misma fecha de 2019, según cifras publicadas por statista.com.

En 2019 se realizaron cerca de 38,9 millones de vuelos. Sin embargo, debido a la pandemia de coronavirus, la cantidad de vuelos se redujo a 16,4 millones en 2020.

La reducción no solo se entiende por las cuarentenas y otro tipo de restricciones, sino también por el temor a volar en este contexto. Muchas personas temen contagiarse en el interior de un avión, dado lo limitado del espacio.

En Irlanda las autoridades desaconsejaron los viajes aéreos en Navidad. La medida fue anunciada a principios de diciembre por el director médico de ese país Tony Holohan, quien señaló a los medios que “el riesgo de viajes no esenciales fuera del país es simplemente demasiado alto en este momento”.

Holohan basó su determinación en un estudio que detectó casos positivos de Sars-CoV-2 en pasajeros y contactos de pasajeros en un vuelo a Irlanda que duró siete horas y media, y que solo estaba ocupado en un 17%, iban 49 pasajeros en un avión de 283 asientos.

Sin embargo, en un informe de octubre de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de EE.UU. señala que “la mayoría de los virus y otros gérmenes no se propagan fácilmente en los vuelos debido a la forma en que el aire circula y se filtra en los aviones”.

Entonces, ¿viajar en avión es o no seguro? Ramón Sánchez, investigador principal de Desarrollo de Ecosistemas de Innovación y Sostenibilidad, del Departamento de Salud Ambiental de la Universidad de Harvard, responde a Qué Pasa que sí: “Nuestras investigaciones muestran que el viajar en avión es muy seguro si se siguen las medidas de prevención adecuadas como el uso universal de mascarillas en la cabina del avión, la limpieza regular de superficies de contacto frecuente que realizan las aerolíneas y el mantenimiento adecuado de los sistemas de ventilación con filtros de alto rendimiento utilizados en aviación”.

A pesar de la disminución del tráfico aéreo global, en el 2020 poco más de 300 millones de personas han viajado por avión. Pero de ellas, dice Sánchez, “solamente se han reportado menos de 1.200 infecciones probables de Covid-19 que ocurrieron en vuelo o relacionadas con aeropuertos y la mayoría de dichas infecciones ocurrieron en marzo y abril del 2020, antes del requerimiento de uso universal de mascarillas en vuelos comerciales”.

France: Air France Flight
Foto: Reuters

Incluso si ese número fuera el doble y fueran 2.500 infecciones, el especialista dice que se tendría una tasa acumulada anual de 0,83 infecciones por cada 100.000 viajeros aéreos. Esto es muy poco en términos relativos, añade. “Si se compara con la tasa acumulada anual de infecciones de Covid-19 en Chile que es de aproximadamente 2.963 infecciones por cada 100.000 habitantes, el riesgo de infección por volar sería entonces 3.570 veces menor que el promedio del riesgo nacional de infección por vivir en Chile”.

Las mascarillas y la limpieza en conjunto, añade Sánchez, reducen la exposición potencial al virus Sars-CoV-2 entre un 92 y 98%, “si acaso hubiera una persona infectada en la cabina del avión”.

Adicionalmente, los sistemas de ventilación con filtros de alto rendimiento (HEPA por sus siglas en inglés) esencialmente eliminan cualquier concentración potencial del virus que pudiera quedar en el aire, resalta Sánchez, “por lo cual el riesgo del viaje en avión es muy reducido”.

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Ramón Sánchez del Centro para la Salud y el Medio Ambiente Mundial de la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Harvard. Foto: Harvard

En el estudio de Harvard se indica que la ventilación de la aeronave ofrece una protección mejorada para diluir y eliminar los contagios transportados por el aire en comparación con otros espacios interiores con ventilación mecánica convencional. Es sustancialmente mejor, asegura, que las situaciones residenciales.

En un avión (con las medidas adecuadas) nivel de ventilación contrarresta eficazmente la proximidad a la que estarán sujetos los viajeros durante los vuelos. “El nivel de ventilación proporcionado en la aeronave a bordo reduciría sustancialmente la oportunidad de transmisión de partículas infecciosas, cuando se combina con el cumplimiento constante de las políticas de uso de mascarillas”, detalla la investigación.

Así también lo han destacado en redes sociales algunas compañías como Latam en Chile que asegura tener un sistema de recirculación de aire y filtros HEPA en cabina que “remueven 99,97% de virus y bacterias”.

Responsabilidad compartida

La prevención del Covid-19 en los viajes aéreos son una responsabilidad compartida, explica el experto de Harvard. En el estudio determinaron que la protección es posible si se implementan estrategias de mitigación de riesgos por capas, es decir, los pasajeros, las aerolíneas, los operadores aeroportuarios y los gobiernos locales deben colaborar en el riesgo de contagios.

Por parte de los aeropuertos y aerolíneas, dice, la labor es mantener los programas aumentados de limpieza y desinfección de superficies mientras dure la emergencia sanitaria. Además, deben colocar señalamiento para facilitar el distanciamiento físico adecuado de los pasajeros, “sobre todo en áreas donde podrían aglomerarse como los puntos de revisión de seguridad, las salas de espera y los puntos de entrada a las aeronaves”.

Worker demonstrates use of an electrostatic disinfectant sprayer on United Airlines plane at IAH George Bush Intercontinental Airport in Houston
Foto: Reuters

Es responsabilidad de las aerolíneas proporcionar una ventilación suficiente y constante de edificios y cabinas aéreas para disminuir la concentración viral potencial en el aire. Junto con eso mantener una política coherente con la evidencia científica sobre el uso de mascarillas en los aeropuertos y continuar con su uso universal dentro de los aviones y requerir una declaración personal de ausencia de síntomas de covid-19 a los pasajeros, “además de facilitar el monitoreo y la detección de casos de covid-19 entre su personal y los pasajeros”.

¿Y los pasajeros? Deben planear muy bien todas las actividades de su viaje, aconseja Sánchez, incluyendo el traslado al aeropuerto y cualquier medida sanitaria en su destino, “como una revisión médica o aislamiento por unos días, tal y como lo soliciten las autoridades sanitarias locales”.

Los pasajeros deben usar una mascarilla en todo momento, desde que salen de su casa hasta que lleguen al hotel o edificio donde van a residir en su destino final. Seguir las instrucciones sobre el uso de mascarillas y distanciamiento físico en el aeropuerto y dentro del avión. Además, Sánchez indica, deben ser honestos: “contestar honestamente las preguntas para evaluar si tienen algún síntoma de covid-19 antes de registrar su equipaje o pasar los puestos de revisión de seguridad y tener la disciplina para cuidarse durante el viaje”.

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Los pasajeros deben usar una mascarilla en todo momento, desde que salen de su casa hasta que lleguen al hotel o edificio donde van a residir en su destino final.

“No compartir una mesa para comer con alguien que no viva en el mismo domicilio, no quitarse la mascarilla más tiempo del necesario para consumir alimentos o bebidas en un restaurante o durante el vuelo, no aglomerarse al entrar o salir del avión sin guardar la distancia física adecuada, etc.”, son otras de las recomendaciones que entrega Sánchez.

“Aunque es un adversario formidable, el Sars-CoV-2 no necesita abrumar la capacidad de la sociedad para adaptarse y progresar. Es posible obtener una medida de control y desarrollar estrategias que mitiguen propagación de la enfermedad permitiendo una cuidadosa reapertura de sectores de la sociedad”, señalan las conclusiones el estudio.

A las habituales preocupaciones y puntualidad que viajar requiere, se suma la disciplina para prevenir el Covid-19. Lo que también incluye, agrega el experto, el seguir las instrucciones del personal del aeropuerto o dentro del avión. Y tener solidaridad con los demás pasajeros “pues la libertad individual de no acatar las instrucciones termina donde comienza el derecho de otro pasajero a no infectarse, esta responsabilidad compartida es esencial para lograr un vuelo seguro para todos y la protección de la salud comunitaria”.

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