Fact Checking: ¿Ocupar mascarilla sin taparse la nariz es como no usarla? ¿Los libros deben hacer “cuarentena”?
Expertos explican cuál es la eficacia de una mascarilla que no cubre la nariz y si los libro deben, como las personas, "guardar cuarentena" una vez que son devueltos en una biblioteca pública.
Ocupar mascarilla sin taparse la nariz es como no usarla
Si bien existen muchas formas de utilizar una mascarilla, el Minsal ha señalado repetidamente la manera correcta de ocuparla. Y es cubriendo la boca, la nariz y parte del mentón. Es por eso que usar la mascarilla sin taparse la nariz no sirve, aunque muchas personas lo hagan o lo crean.
Es como no ocuparla señalan los expertos. Un reciente estudio publicado en la revista Nature, establece que en las células de la nariz se concentran, como en ningún otro lugar del cuerpo, cierto tipo de proteínas (ACE2 y TMPRSS2) que se adhieren al virus con mayor facilidad.
Al estudio de Nature, se suma otra investigación de la revista Cell, que concluyó que los receptores de la proteína ACE2 están presentes con una mayor concentración en la nariz.
María Luz Endeiza, infectóloga de Clínica Universidad de los Andes, aclara que efectivamente una mascarilla sin tapar la nariz no sirve. “Lo normal es que uno respire por la nariz, no por la boca. Es cierto que, si se mantiene la boca cerrada o al hablar se tapan nuestras secreciones con la mascarilla, pero al respirar también eliminamos y aspiramos, lo que hace que podamos inhalar el virus”.
Michel Serri, infectólogo de Clínica Dávila, coincide. “No sirve de nada. Porque el virus se adquiere por dos lugares específicos, por vía respiratoria que es por la nariz y la boca, y por vía mucosa ocular, que es por contacto de las manos”.
Si bien tapando la boca con la mascarilla se evita que nuestras propias secreciones contaminen a la persona de al lado, “si no nos tapamos la nariz, estamos respirando lo que nos hablen otras personas sin mascarilla. De todas maneras, es una protección incompleta y una falsa sensación de seguridad”, explica Endeiza.
“Uno respira por la nariz y lo hace por la boca, por lo que el virus puede ingresar en un alto porcentaje por la nariz. Al no taparse la nariz, el riesgo no disminuye en nada. Al inhalar por la nariz es donde uno adquiere el virus, si solo la usas en la boca es como si no la tuvieras”, finaliza Serri.
Los libros deben hacer “cuarentena”
La pandemia afectó a muchos rubros. Uno de ellos fueron las bibliotecas, que tuvieron que cerrar sus puertas durante varios meses.
Si bien muchas de ellas ofrecen parte importante de su catálogo por medios online, la mayoría de los lectores prefieren asistir presencialmente a la biblioteca.
A medida que fueron disminuyendo los casos de coronavirus, las salas comenzaron a abrir sus puertas, ocurrió en diferentes partes del mundo, y también poco a poco en Chile.
Además de medidas como la distancia social o el uso de mascarilla, una normativa que ha llamado la atención en las bibliotecas es la de aplicar una “cuarentena” a los libros, una vez que los usuarios los devuelven.
Esta medida ha sido implementada en diferentes países como Rusia o España, al igual que en Chile. Así lo dio a conocer la Biblioteca de Santiago, recinto que tras su reapertura aplicará la medida.
Cuando un libro vuelve al recinto, debe pasar 14 días guardado en una caja plástica antes de ser puesto nuevamente a disposición de los lectores. La biblioteca, ubicada en la calle Matucana, comenzará con esta práctica, y la de préstamo de libros, el próximo 25 de noviembre.
La directora del lugar señaló que los lectores no deben hacerle nada a los libros, ni ponerles cloro, ni desinfectarlos.
Esta medida es exagerada según Serri. “Se ha visto que el virus en materiales inertes, donde más tiempo puede permanecer es en el acero donde puede llegar a durar hasta siete días”, señala.
No hay ninguna necesidad, coincide Endeiza. “Si fuera así, también debiésemos tener en cuarentena los paquetes. El virus puede estar en superficies hasta algunos días, pero en general el virus necesita estar dentro de un organismo, de un humano o un ser vivo”.
“En un papel, solamente limpiándolo o poniendo máquinas con luz ultra violeta, el libro se podría utilizar en un par de horas”, añade Serri.
Entonces, “con rociar el libro con alcohol, ya no quedan vestigios de virus. Es importante mencionar que a pesar de que el virus se encuentre en alguna superficie o en otras secreciones como la orina o las heces, no se ha demostrado que esas sean formas de transmisión. Es decir, no son formas de transmisión relevantes”, explica la infectóloga de Clínica Universidad de los Andes.
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