Fact Checking: ¿Revista científica ya hablaba del Sars-CoV-2 en 2008 (y de un futuro Sars-CoV-3)? ¿Vacunas modifican el ADN?
En redes sociales circula la teoría de que el virus sería más antiguo de lo que se cree y que las vacunas incorporarían elementos externos a las personas. Revisa la veracidad de estas informaciones.
Publicación en redes sociales sostiene que en 2008, revista científica ya hablaba del Sars-CoV-2 (y de un futuro Sars-CoV-3)
Un estudio de 2008 apuntado en redes sociales, asegura que esta publicación ya mencionaba la existencia del Covid-19. Esto no fue así, ya que realmente no hizo referencia al nuevo coronavirus que causa Covid-19, ni a la existencia de otro virus que causará la pandemia.
El artículo de la revista utilizó los términos Sars-Cov2 y Sars-CoV3 para identificar fragmentos de genes del Sars-CoV1, el virus que causa el Sars.
El coronavirus que causa Covid-19 se registró por primera vez en 2019 y, en el momento de la publicación, no existía.
Ignacio Silva, infectólogo y académico de Dirección de Postgrados Facimed de Usach, señala que esto “no es cierto, de hecho recientemente hubo una comisión de la Organización Mundial de la Salud (OMS), quienes viajaron a China a Wuhan, para evaluar los orígenes del virus y si se tenía conocimiento de éste antes o si se había generado de manera experimental”.
Nicolás Muena, investigador de la Fundación Ciencia & Vida, explica que el artículo al que se hace mención en el tuit, es uno metodológico, documentos altamente técnicos y necesitan un cierto nivel de conocimiento para poder entenderlos.
Lo más probable, sostiene Muena, “es que la persona que subió la publicación, probablemente haya leído solamente el resumen del artículo, y se encontró con estos nombres “Sars-Cov-1, Sars-Cov-2 y Sars-Cov-3, y no entendió a qué se refería el paper”.
“No encontraron ninguna evidencia de que el virus haya sido documentado previamente y, efectivamente los primeros reportes son de 2019. Es un virus nuevo y que no teníamos registro de ello previamente”, añade Silva.
El investigador de la Fundación Ciencia & Vida agrega que el artículo describe un método para hacer una partículas semejantes a virus, no replicativas, “y lo hacen con dos tipos de influenza aviar, además de la hepatitis C y el Sars”.
“Entonces, el estudio logró introducir “pedazos” de las distintas enfermedades, y dentro de estas, tres piezas del Sars, a los que nombraron “Sars-Cov-1, Sars-Cov-2 y Sars-Cov-3”, con el fin de diferenciarlos, pero en 2008, no existía el coronavirus, y ocuparon esa nomenclatura solamente en el paper para nombrar a los “pedazos” que se utilizaron del Sars, que circuló entre el 2002 y 2003″, explica Muena.
Video asegura que vacunas contra el Covid-19 agregan código al ADN del receptor
En un video compartido en Facebook (el que fue borrado posteriormente), un hombre lee una descripción de la vacuna Oxford-AstraZeneca, que dice que incluye un “vector de adenovirus de chimpancé recombinante de replicación deficiente que codifica la glicoproteína spike del Sars-CoV-2”.
El hombre explica luego, que “entonces, básicamente, lo que eso me dice es que está codificando su material genético, está tomando su material genético y está agregando un código a su material genético”.
Muena advierte que confundió las vacunas basadas en vectores adenovirales con la llamada terapia génica, que consiste en reemplazar un gen defectuoso por uno que funcione correctamente. “Y esta no está orientada a producir inmunidad contra una proteína, sino reemplazarla por una que funcione bien”.
Silva establece que esta información “tampoco es cierta, las distintas plataformas, si bien tienen mecanismos diferentes de acción y algunos ocupan material genético, lo que hacen es estimular la producción de anticuerpos mediante la maquinaria de la célula huésped (humano que recibe la vacuna), pero sin integrarse al genoma o el material genético humano”.
En el caso de la vacuna de AstraZeneca, Muena explica que “se usa un vector viral, que no es un virus, solamente entrega información pero no la puede replicar. Y su finalidad, es llegar a aquellas células que presenten las piezas al sistema inmune. La idea es “presentar” una pieza viral al sistema inmune. Además, no tienen las herramientas para integrar el ADN en nuestro genoma, ya que es un proceso difícil, y virus como el VIH que sí lo puede hacer, lo logra debido a que tiene una proteína especial encargada de hacer este proceso”.
Silva señala “que no hay ninguna posibilidad de que se modifique nuestro ADN, ni que se agreguen contenido externo al material genético humano”.
“Lo que hacen es entregar esta información en forma de ADN, esa información genética llega a nuestro núcleo y se utiliza fuera de nuestro genoma para poder producir un ARN mensajero, que es una fotocopia que se produce y que dura poco, y después este se elimina de las células”, explica Muena.
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