En tan solo tres días, Farellones, en plena zona cordillerana de la Región Metropolitana, ha experimentado más actividad sísmica de la acostumbrada, registrando 14 temblores.
El primero de éstos y el más fuerte de todos, se registró el sábado a las 7.11 de la mañana, con una magnitud de 4.6 Mw GUC, día en el que se midieron otros ocho temblores. El domingo fueron percibidos otro cuatro sismos (3.8 Ml GUC el de mayor magnitud a las 23.28), mientras que hoy lunes, nuevamente tembló, a las 3.48 am (3.0 Ml GUC).
Esta seguidilla de eventos telúricos, ocurrieron todos en una zona similar, entre 27 y 34 km al NE de Farellones. Al estar en una zona cercana a la Falla de San Ramón, la principal falla geológica activa situada al oriente de Santiago, se generaron algunas interrogantes. ¿Es una nueva señal de reactivación de esta falla que surgió hace 25 millones de años?
Sergio Barrientos, director del Centro Sismológico Nacional, señala que esta secuencia de temblores “son interpretados como un sismo 4.6 Mw, que se trataría de un evento principal con sus réplicas. Pero en realidad hay que tener mucho cuidado, porque podría evolucionar, aunque hasta ahora se ha comportado de esa forma. Lo más probable es que las réplicas decaigan en el tiempo”.
“Han ocurrido muchos temblores y terremotos en esta zona, pero llama la atención su poca profundidad, menos de 20 km. En general, uno espera sismicidad en esa región, pero que ocurra en el orden de 100 o 120 km de profundidad. Es llamativo que sea tan poco profundo, es poco habitual”, añade Barrientos.
Dice que existe un vínculo entre estos temblores y la Falla de San Ramón. “Todas estas fallas están relacionadas, en el sentido de que son producto de la Placa de Nazca, bajo la Placa Sudamericana. Ese es el fenómeno madre de esta convergencia. Suceden muchas cosas entre estas convergencias, además de terremotos que producen tsunamis, ocurren sismos profundos y sismos superficiales”, indica el profesional.
Gabriel Easton, geólogo de la Universidad de Chile, explica que “en el estudio que hicimos para el Centro Sismológico Nacional y la Onemi, instalamos una red para monitoreo de sismos y nos dimos cuenta que había mucha sismicidad en la cordillera, y gran parte de eso, está asociado a fallas activas. No solamente a la de San Ramón, sino a fallas activas en la cordillera misma. Además, está el volcán Tupungato, que también tiene sismicidad”.
Gabriel González, subdirector del CIGIDEN y académico de la Universidad Católica del Norte, señala que se generó una reactivación de la actividad sísmica poco profunda y probablemente ligada a la actividad de fallas bajo la cordillera principal, “aunque es difícil decir a ciencia cierta aún si se trata de una reactivación de la Falla de San Ramón”.
La temida Falla de San Ramón, también llamada Falla de Ramón, se encuentra en una sector sumamente poblado y de riesgo. Está ubicada 5 km bajo la superficie terrestre y tiene una extensión de 25 km, en sentido norte-sur, entre los ríos Mapocho y Maipo, cruzando por las comunas de Vitacura, Las Condes, La Reina, Peñalolén, La Florida y Puente Alto, incluso se ha establecido últimamente que podría prolongarse a Lo Barnechea y Pirque.
Es difícil predecir una reactivación de la Falla de San Ramón. “El terremoto reciente más importante en la Región Metropolitana ocurrió 1958 en el Cajón del Maipo”, aclara Barrientos.
David Blanco, geólogo y académico de la UTEM, establece que si bien los epicentros de los sismos en Farellones no fueron exactamente en la Falla de San Ramón, “es muy probable que, tal como ocurre en muchas otras fallas en todo el mundo, tenga continuidad hacia zonas más profundas y que esto pueda ser evidenciado gracias a eventos sísmicos. En este caso, según investigaciones del Departamento de Geología de la Universidad de Chile y el Centro Sismológico Nacional, la prolongación podría llegar a ser de hasta 50 km”.
“Chile tiene grandes fallas sismológicas”
Pablo Salucci, geólogo de la Universidad Católica, recuerda que Chile es un país sísmico, “por nuestra posición con respecto a la convergencia de la Placa de Nazca. Con respecto a la Falla de San Ramón, aún está en estudio”.
“Hay sismicidad detectada que puede ser compatible con la base de la Falla de San Ramón, pero que parece pertenecer a otras fallas dentro del mismo sistema de fallas. Por lo tanto, es compatible, ya que está asociado a fallas dentro del mismo sistema”, explica Blanco.
“Los sismos registrados en la zona de Farellones, prácticamente en la frontera con Argentina, dan cuenta de la actividad sísmica que existe en la Cordillera de los Andes”, señala Salucci.
Según estudios del Servicio Sismológico de la U. de Chile, la Falla de San Ramón es geológicamente activa, debido a que tiene un movimiento lento y progresivo de unos 0,2 mm al año. “En este caso, no se produce una sismicidad constante, lo que podría indicar que se está acumulando deformación elástica, lo que generaría, con el tiempo, que ocurra un sismo mayor, aunque no se puede precisar cuándo se podría producir. Es por esto, que es necesario tener un monitoreo continuo de toda el área para poder detectar todos los movimientos que sucedan en el sistema”, añade el profesional de la UTEM.
“Chile tiene grandes fallas sismológicas, como la de Liquiñe Ofqui, con más de 1.000 km de largo, con volcanes asociados y data sísmica. Lo mismo la Falla de Magallanes-Fagnano en la zona de Punta Arenas, que registró un terremoto con tsunami en 1949. Si un evento ocurre en una zona, puede volver a ocurrir otro. Es la lógica de estos eventos″, añade Salucci.
Un estudio indicó que más de 3 millones de personas serían afectadas ante un sismo en la Falla de San Ramón, siendo Puente Alto la comuna más dañada con un 61,8% de su población, le seguirían Las Condes con 55,4%, Peñalolén (39,6%) y La Florida (34,6%). Incluso podría ser mayor al ocurrido el 27 de febrero de 2010.
“No me cabe duda que hay que considerar en todos los planes de urbanización y diseño la presencia de la Falla de San Ramón, es un elemento que hace unos 20 años atrás no se conocía mucho, cuando se empezó a estudiar y solo recientemente se comenzó a explicar como una falla inversa, que está activa. Además se ha podido establecer que ha tenido dos movimientos importantes en los últimos miles de años. Hace 17 mil y ocho mil años atrás fueron sus últimos grandes movimientos”, señala Barrientos.
“La Región Metropolitana tiene una alta densidad urbana, y por ende, eso genera mayor riesgo, al tener mayor cantidad de personas expuestas”, explica el profesional de la UC.
La Oficina Nacional de Emergencias (Onemi) y el Centro Sismológico Nacional han tomado ciertos resguardos, instalando instrumentos de medición en el lugar, totalizando seis estaciones sismológicas de superficie, una estación de pozo y la utilización de cinco estaciones GPS para medir las deformaciones sobre la falla.
La Falla de San Ramón debe su nombre a la sierra de Ramón, formación con más de 25 kilómetros de largo y una altitud de 3249 msnm.
Incluso, esta falla ha sido fuente de manifestaciones hidrotermales. Durante el siglo XIX y principios del siglo XX, existieron cuatro manantiales de agua mineral con temperaturas de hasta 23°C, lo que motivó la creación de un “balneario termal” llamado Baños de Apoquindo, en lo que hoy es el Hospital de la Dirección de Previsión de Carabineros (Dipreca).
El origen de estas fuentes se debe a la filtración de aguas percoladas (paso lento de fluidos a través de materiales porosos), en la corteza terrestre que retornan a la superficie luego de ser calentadas por un foco de calor que se encuentra a más de 20.000 metros de profundidad.