“Durante la segunda mitad de este año se espera el desarrollo de La Niña, lo que podría afectar negativamente las precipitaciones en la zona central. Por lo tanto, las precipitaciones que recibamos durante este primer semestre tienen este año gran relevancia”, sostiene Raúl Cordero, climatólogo de la Universidad de Santiago.
Cordero explica que con el desarrollo de La Niña, “probablemente el próximo invierno sea menos caluroso en términos relativos que el invierno de 2023. Contrario a El Niño, La Niña empuja los termómetros a la baja”.
Cordero explica que actualmente tenemos déficit de precipitaciones entre la Cuarta y la Décima Región. Puntualmente, los valles de la Región Metropolitana presentan déficit de precipitaciones cercanos al 80%.
Fenómeno climático se aproxima al país: “Empuja los termómetros a la baja”
El fenómeno de El Niño está debilitándose y diferentes modelos climáticos internacionales pronostican la aparición de La Niña durante el segundo semestre de 2024, fenómeno que ha estado presente en más de una oportunidad en los últimos años, favoreciendo las condiciones de megasequía.
La probabilidad de que se presente La Niña asciende a un 60%, cifra que da cuenta de la realidad del fenómeno, el que produce ciertas anomalías, tanto en las temperaturas, nivel de precipitaciones, e incluso, en el océano.
Esta etapa de transición, se presentan días fríos, e incluso con precipitaciones, y al poco tiempo, jornadas calurosas, marcando cierta inestabilidad climática.
Cordero explica que la señal más clara del desarrollo de La Niña, es la caída rápida en la temperatura superficial del Océano Pacífico Tropical que se ha registrado en los últimos meses. La zona 1 + 2, que define La Niña Costera, ya presenta anomalías negativas desde hace un mes aproximadamente. Mientras que la temperatura en la zona 3.4, que define La Niña global, ha caído alrededor de 1°C en los últimos dos meses.
Como la zona del Pacífico Tropical afectada por La Niña es enorme, sus consecuencias son globales. “El desarrollo de La Niña probablemente contribuya a moderar las temperaturas a nivel global. Los últimos 10 meses han sido los más cálidos jamás registrados a nivel global, y los últimos 11 meses han sido los más cálidos nunca antes registrados en Sudamérica. El desarrollo de La Niña debería aliviar la temperatura al menos temporalmente, compensando en algo el empuje del calentamiento global”, añade Cordero.
Pero además, explica el climatólogo, La Niña tiene efectos en las precipitaciones. “El enfriamiento del Pacífico y el desarrollo de La Niña hacen menos probable que este año sea lluvioso en la zona central de Chile. Por supuesto, no hay certeza plena de que este año vaya ser extraordinariamente seco, pero su desarrollo hace que disminuyan las probabilidades de que, especialmente en el segundo semestre, este 2024 en la zona central sea tan lluvioso como en 2023″.
Fenómeno climático se aproxima al país: diferentes escenarios
Los extraordinarios récords de temperatura registrados en Chile, en el continente americano, y a nivel global durante el último año resultaron del empuje combinado del calentamiento global y El Niño. “El desarrollo de La Niña hace menos probable que los próximos meses tengamos récords de temperatura tan frecuentes como los registrados en los últimos meses”, indica Cordero.
Considerando la enorme cantidad de efectos negativos que tiene El Niño, es muy muy difícil considerar que este evento es benigno, considera el académico de la Usach. “Sin embargo, probablemente gracias a El Niño, el 2023 cortó una larga racha de 14 años consecutivos con déficit de precipitaciones en la zona central”, señala.
“Probablemente gracias a El Niño no hubo riesgo desde la Quinta Región hacia el sur de cortes de agua en ninguna ciudad de la zona central. De igual manera, gracias a El Niño, la primavera 2023 fue la más lluviosa en los últimos 25 años en la zona central”, establece Cordero.
Pero, también es probable que El Niño jugara un rol en los megaincendios de las últimas dos temporadas. “El efecto de El Niño en las temperaturas consiste en empujar el termómetro al alza, lo que en verano ha terminado favoreciendo la propagación de incendios forestales. Todos los veranos en que hemos tenido megaincendios han estado marcados por El Niño Costero, como en 2017, 2023 y 2024″, señala.
Considerando el gran cantidad de vidas perdidas en la última temporada de incendio forestales, los más mortíferos en un siglo a nivel global, “no creo que nadie extrañe a El Niño”, sostiene el climatólogo.