El francés Jaques Cousteau (1910-1997) es probablemente el explorador y oceanógrafo más famoso del mundo. A bordo del mítico barco Calypso, fue pionero en mostrar fantásticos documentales a millones de espectadores de todo el mundo, personas que se hacían partícipes de sus aventuras y se sumergían en los misterios del mundo submarino. Muchos niños y jóvenes crecieron viendo sus programas por TV, pensando alguna vez ser como él.
Uno de ellos fue Francisco Bozinovic Kuscevic, egresado de Biología y doctorado en Ciencias en la U. de Chile, quien fue elegido este viernes como Premio Nacional de Ciencias Naturales 2020, por su trayectoria y aportes significativos en Biología Integrativa, Fisiología Ecológica y Biodiversidad, según describió la U.de Chile tras la confirmación del premio del científico, egresado de esta casa de estudios.
“Mi interés en el área fue como un amor a primera vista. Entré a la universidad y tuve clases con el profesor Mario Rosenmann -mi mentor-, y ahí me di cuenta de lo que me gustaba”, dice Bozinovic a La Tercera.
“Pero mucho antes de eso, vi por televisión a Jaques Cousteau. Entré a estudiar porque quería ser como él, pero con el pasar del tiempo me di cuenta que no tenia mucho que ver con mis gustos (ríe)”.
De rebote
“Mi interés inicial como científico era el de investigar. A la docencia llegué de rebote”, señaló Bozinovic el pasado 24 de septiembre, en una nota difundida en el sitio web de la U. Católica, donde es académico de la Facultad de Ciencias Biológicas y director de su Departamento de Ecología, con motivo del grado de Doctor Honoris Causa otorgado por la Universidad Austral. “Hoy, hacer clases y formar alumnos representa una de las experiencias más gratificantes en mi carrera como investigador, pues se trata de la formación de una verdadera escuela de pensamiento que te sobrevive. Cada uno de los investigadores que pasaron por mi laboratorio yo los considero mis hijos, nietos, y hasta mis bisnietos académicos”, añadió.
Ello, porque entre las razones de su nombramiento, destaca el enorme rol que ha jugado en la formación de profesionales e investigadores de altísimo nivel en el ámbito de la ecología y la fisiología evolutiva.
A lo largo de su carrera, Bozinovic ha guiado las tesis doctorales de 21 científicos, muchos de los cuales, a su vez, han traspasado su legado a otras generaciones. De la misma forma, el nuevo Premio Nacional de Ciencias emuló lo realizado por Mario Rosenmann (1933-2004), profesor y doctor en filosofía y zoología, quien lo encaminó en sus primeros pasos.
-¿Qué aspectos destacaría de su carrera?
Haber iniciado una linea de investigación que en Chile era muy incipiente. Mi mentor en el área fue Mario Rosenmann, aunque posteriormente me desvié e incorporé biología evolutiva en mi linea de investigación. Así, formé una escuela de la que me enorgullezco, una linea de pensamiento en torno a problemas como la biología integrativa, que trata de analizar los fenómenos biológicos en diferentes niveles de organización, de los más básicos a los mas complejos. Esto además de las implicancias en varias áreas como enfermedades emergentes, plagas, especies invasoras, y sin descuidar la ciencia básica que es lo fundamental.
-¿Qué le llamó la atención del área?
Lo que me gustó fueron las interacciones funcionales, biológicas entre organismos y ahí empecé a estudiar estos aspectos como la hibernación. Así salieron los primeros datos de la hibernación del monito del monte, descubriendo que era el primer marsupial hibernante. Yo era un ‘goma’ (asistente) ahí.
Al principio todo es un poco intuitivo. No me gustaba estar quieto en un solo lado, incluso en ese tiempo esto no se llamaba biología integrativa -es algo más nuevo-, sólo se formalizó mucho después del post doctorado.
-¿Qué es la biología integrativa?
Es la biología que se mueve en diferentes niveles, de la célula, organismos, hasta grupos de individuos, no está centrado en sólo una parte del organismo. El biólogo integrativo ve todos los niveles de organización, para lo que necesita tener acceso a todas las subdisciplinas de la biología.
-¿Qué estudios podría destacar de su carrera?
Los primeros descubrimientos de hibernación para mamíferos sudamericanos, estudios de asociar las capacidades de tolerancia de los organismos con su rango de distribución, los efectos del cambio climático sobre las capacidades fisiológicas, o enfatizar la importancia de la fisiología sobre aspectos de enfermedades emergentes y plagas.
¿En Chile, se le da a la ciencia la importancia que merece?
No, en absoluto. Recién tenemos un Ministerio de Ciencia, y claramente tenemos que darnos cuenta que la forma de salir del subdesarrollo es a través de la inversión en ciencia. Inversión, en mayúsculas, no gasto.
Es la única forma, no hay otra. Los países son desarrollados porque invierten en ciencia, y no al revés. Si no nos damos cuenta de eso, no vamos a salir nunca del subdesarrollo. No podemos vender el litio a paladas en saco, tiene que ser en pilas.
Si no invertimos en ciencia y desarrollo, no vamos a salir nunca del subdesarrollo, eso te lo doy firmado.
.¿Qué área necesita más apoyo urgente?
Del área que más conozco, medioambiente, oceanografía, biología marina, biomédica, química de productos naturales, etc.
Si uno mira la creación de los Fondap (Fondo de Financiamiento de Centros de Investigación en Áreas Prioritarias) ahí se definió todo esto y se fue perdiendo con el tiempo: ciencia de los materiales, matemáticas aplicadas y fundamentales, inteligencia artificial, teoría de datos, agricultura, son todas muy importantes.
Pero inversión en conocimiento de minería por ejemplo, implica no vender cobre en bruto, ¡por ultimo vender el alambre! (ríe).