Conforme se acerca el verano, con varias olas de calor, el país está viviendo una vez más un incremento de los incendios forestales.
A la fecha, a nivel nacional el período 2022-2023 (que va del 1 de julio de 2022 al 30 de junio de 2023) ya anota 1.408 eventos de estas características con 9.308 hectáreas afectadas, un 12% más que en igual período de 2021-2022. Con respecto al número de siniestros, la Región de Biobío presenta 418, Maule 189, La Araucanía 159, la Región Metropolitana 147 y Valparaíso 123.
En cuanto a superficie, Maule 4.872 ha (+1492%), O´Higgins anota 1.013 ha, es decir, un +988%, Magallanes 11 ha, lo que representa un aumento de 842%, mientras que otras regiones que también sufren con los incendios son: Arica y Parinacota 39 ha y +663%, y Ñuble, que registra 475 hectáreas quemadas y un incremento de 598%.
Actualmente los principales focos de incendios activos en el país se encuentran en la Región de O’Higgins, en la comuna de Marchigüe (Alerta Amarilla) y Las Cabras, Región del Biobío, comuna Santa Juana (Alerta Roja), Región del Maule (Curicó), Región del Ñuble, en Portezuelo, Lo mismo ocurre en Quilpué, que presenta Alerta Roja.
Este último, totaliza más de 100 hectáreas consumidas por las llamas, además de pérdida total de viviendas y la muerte de animales domésticos. Conaf, equipos de emergencia y la Brigada de Rescate Animal concurrieron al sector.
En total, según indica la Oficina Nacional de Emergencias (Onemi) son cuatro las comunas en estado crítico.
Antártica: riesgo de derretimiento
Caso aparte es la Antártica, que si bien no desarrolla un incendio como tal, se ha visto seriamente afectada por las consecuencias de un siniestro en Argentina. Según informan medios trasandinos, el fuego proviene de la reserva natural de Corazón de la Isla, en Tierra del Fuego. Las llamas ya llevan seis días.
Raúl Cordero, climatólogo de la Universidad de Santiago, junto su equipo de trabajo Antarctica.cl, detectaron una pluma de incendios sobre el continente blanco. La situación fue detectada en Base Escudero con un instrumento científico llamado Lidar. Puntualmente, partículas en suspensión, a 2-4 km de altura.
“Esto es temporada de primavera y verano, y se prevé complicada en cuanto a incendios forestales, no solamente en la zona central de Chile, sino también en la Patagonia. Desde hace más de una semana se registra un gran incendio en Tierra del Fuego que ha consumido varias miles de hectáreas. Los vientos fuertes y la falta de precipitaciones ha hecho muy difícil controlarlo”, señala Cordero.
El Lidar dirige un haz laser hacia el cielo, cuya radiación es dispersada por los aerosoles (partículas en suspensión) de la atmósfera. Mientras más aerosoles, más dispersión. Mide la radiación retro-dispersada y determina altura/tipo de aerosoles.
Los incendios forestales son una importante fuente de aerosoles. Ocasionalmente estas partículas en suspensión pueden alcanzar el continente blanco. Además, son una importante fuente de carbono negro (hollín). La deposición de éste sobre la nieve en la Antártica, puede acelerar su derretimiento.
El extremo norte de la Antártica es la zona más nublada del mundo, lo que complica en general detectar la intrusión de partículas. En los últimos días, debido a que el cielo estuvo semi-nublado, las mismas partículas quizás hayan contribuido al “colorido” atardecer, consideran.
La pluma de humos de incendios voraces en el extremo sur de América puede ser arrastrada hacia el sur y alcanzar latitudes antárticas. “Desafortunadamente no es la primera vez que esto sucede. La misma estación detectó humo de los gigantescos incendios forestales en Australia en enero de 2020. Existe además evidencia de que el humo de los grandes incendios forestales en Torres del Paine a inicio de 2012, también alcanzó el continente antártico”, explica Cordero.