Los chilenos se preparan para una de las celebraciones más esperadas durante todo el año, las Fiestas Patrias, o simplemente conocido como el 18 de septiembre.

Esta vez el calendario permitió tres días legalmente feriados: miércoles 18 de septiembre, Independencia Nacional (irrenunciable), jueves 19 de septiembre, Día de las Glorias del Ejército (irrenunciable) y viernes 20 de septiembre, feriado añadido de Fiestas Patrias.

Pie de cueca en la zona central. Sin fecha. Crédito: Enterreno

Muchos aprovecharán la oportunidad para celebrar en fondas, ya sea en Santiago o en regiones, comer empanadas o bailar cueca. Pero muchas de estas tradiciones existen en el país hace décadas, incluso siglos, y se mantienen hasta el día de hoy.

Prueba de esto, es una serie de imágenes obtenidas por la Fundación Enterreno y archivadas por la Universidad San Sebastián, que dan cuenta de cómo se vivían las Fiestas Patrias en el país en los años 50, 60 y 70, sumado a una serie de fotografías del Museo del Carmen de Maipú de inicios del siglo XX que también dan cuenta de aquello.

Inéditas fotos de más de 100 años muestran cómo se celebraba el 18 de septiembre

El origen oficial de las Fiestas Patrias tiene un inicio histórico, ya que comenzó como una celebración del aniversario de la Primera Junta Nacional de Gobierno, el 18 de septiembre de 1810.

Más de un siglo después, el 1 de febrero de 1915, la ley 2.977 fijó oficialmente dos días de septiembre como feriados. El 18 como “conmemoración de la Independencia Nacional”, y el 19 como “celebración de todas las glorias del Ejército”.

El origen oficial de las Fiestas Patrias tiene un inicio histórico, ya que comenzó como una celebración del aniversario de la Primera Junta Nacional de Gobierno (18 de septiembre de 1810).

Raúl La Torre, historiador y coordinador de Extensión Cultural de la Universidad de los Andes, señala que las celebraciones de Fiestas Patrias en Chile son una expresión única y popular que une a los chilenos en torno a los colores patrios y la alegría. “Su origen y las características de la celebración son posiblemente bastante anteriores a 1810, una estructura común a fiestas como la Pascua de Resurrección o al tiempo de Navidad, y bastante cercana al campo”.

José Pedro Hernández, historiador y académico Facultad de Educación Universidad de Las Américas, también establece que las ramadas y fondas no son una costumbre reciente. Su historia se remonta a siglos atrás, al corazón mismo del campo chileno.

Imaginemos por un momento la siguiente escena: campesinos, viajeros y arrieros reunidos bajo la sombra de una sencilla estructura hecha de ramas y palos, compartiendo música, bailes y leyendas. Así eran las primeras ramadas, humildes espacios de encuentro donde la gente del campo celebraba la vida, la fe y el trabajo en comunidad”, sostiene Hernández.

Imagen correspondiente al archivo Luis Mitrovic años 60. Crédito: Enterreno

Así se celebraba el 18 de septiembre en Chile: tradiciones y costumbres

La Torre revela algunas tradiciones que se mantienen hasta el día de hoy:

-Baile de la cueca: importada desde el virreinato del Perú en el siglo XVII como zamacueca, este baile es la génesis de la zamba argentina y de la marinera peruana. Un baile de cortejo y con un colorido propio de cada lugar. La cueca chilena se hizo famosa en los puertos, desde donde los marineros la fueron llevando a todo el territorio nacional.

-Parada Militar: fundada la Academia Militar en 1817 en Santiago centro, los ensayos se realizaban en “La Pampilla”, posterior Campo de Marte y Parque Cousiño, hoy Parque O’Higgins. Estos pasaron a realizarse desde la segunda mitad del siglo XIX como una exhibición al público que abarrotaba la amplia llanura del Campo de Marte, donde también llegaba el Presidente de la República para autorizar y formar parte de las actividades.

Imagen del archivo Luis Mitrovic años 60. Crédito: Enterreno

-Fondas y ramadas: su nombre hace referencia a los pequeños locales comerciales que se instalaban en las fiestas religiosas y cívicas. Hasta inicios del siglo XX era común ver fondas y ramadas en las celebraciones de Pascua de Resurrección y Navidad, con elementos distintivos de la estación del año. En septiembre, desde mediados del siglo XIX, se hicieron comunes las fondas de chicha baya, horchatas, pan amasado y empanadas.

Imagen tomada a inicios del siglo XX en las ramadas del Parque Cousiño. Crédito: Archivo fotográfico del Museo del Carmen de Maipú.

-Empanada de pino: la empanada es una herencia española que con el tiempo se fue chilenizando. El tamaño y su preparación son elementos que la distinguen de sus variantes en otros países. Existe la leyenda que fue Inés de Suarez quien inventó la empanada de pino, pero no hay documentos que respalden esa historia. Sí es cierto que el nombre “pino” proviene del “pinu” o “pirru”, palabra del mapudungun que se usa para denominar a la carne picada o cocida.

Multitudinaria celebración en la Pampilla: Por años este sitio en Coquimbo ha sido uno de los más populares para celebrar esta fecha del país. Acá una foto impresionante de miles de personas junto a sus automóviles y caballos en los cerros de la Pampilla en 1923. La foto es de los Hermanos Puerta Roldán. Crédito: Enterreno

-Te Deum: frase latina que significa “a ti Dios” y es un antiguo himno cristiano que se entona en agradecimiento y a manera de celebración en alguna fecha importante. Posiblemente es una de las tradiciones más antiguas de las celebraciones de Fiestas Patrias en Chile. Hoy en día se sigue realizando en la Catedral de Santiago, aunque se ha ido variando sus formas para dar cabida a nuevos credos y comunidades cristianas asentadas en el país.

Así se celebraba el 18 de septiembre en Chile

Hernández señala que con el tiempo, estas fiestas itinerantes, gestionadas principalmente por mujeres, fueron tejiendo una identidad popular única, alejada de las costumbres de la élite. Eran celebraciones auténticas, llenas de espontaneidad.

Imagen tomada a inicios del siglo XX en las ramadas del Parque Cousiño. Crédito: Archivo fotográfico del Museo del Carmen de Maipú.

“Con la llegada del Chile independiente, la necesidad de forjar una identidad propia llevó a las clases altas a mirar sus raíces. Fue así como las ramadas campesinas, símbolo de lo auténtico, llamaron su atención. Adaptaron la tradición, creando las ´fondas´, espacios más permanentes y con una infraestructura sólida, pero que conservaban la esencia festiva de sus predecesoras”, añade el académico de la Universidad de las Américas.

“A pesar de los intentos por institucionalizar la celebración, el espíritu popular de estos lugares nunca se apagó. Chinganas, ramadas o fondas, más allá del nombre, todas se convirtieron en un reflejo de la identidad nacional, un espacio donde la gente se reúne para celebrar su cultura y amor por la vida”, agrega Hernández.

Hoy, explica Hernández, “estos espacios de jolgorio siguen más vigentes que nunca. El sonido de la cueca, el sabor de la chicha y el terremoto, la alegría de compartir con amigos y familia, son experiencias que recuerdan la importancia de mantener vivas las tradiciones”.

“Así que ya lo saben, cuando visiten una fonda o una ramada, recuerden que no solo están participando en una fiesta, sino que sumergiéndose en la historia de Chile”, sostiene este último.

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