El Consejo de Defensa del Niño (Codeni), fundado en 1934, buscaba proteger y restablecer los derechos infantiles, especialmente en jóvenes vulnerables. El proyecto clave de la iniciativa, en asociación con el Estado, fue la creación de la Ciudad del Niño “Presidente Juan Antonio Ríos”.

Inaugurada en 1943 en la comuna de San Miguel, Santiago, fue concebida para albergar y brindar educación y cuidado a niños y adolescentes. Estaba equipada con instalaciones como escuelas, teatros y clínicas, con capacidad para 1.100 menores de edad.

Hoy se encuentra en total abandono, pero un proyecto del Ministerio de Vivienda y Urbanismo (Minvu) pretende rescatarla.

El objetivo es realizar en el lugar un parque urbano habitable, inspirada en diferentes ideas y conceptos, tanto nacionales como internacionales. Por ejemplo, busca replicar varios de los conceptos usados en la Villa Frei, Villa Los Presidentes y Nueva Las Condes en el país, así como también, imitará algunos proyectos internacionales, com el Plan Hansaviertel, Tiergarten en Berlín (Alemania), y otros de Países Bajos, como Nieuw Crooswijk, GWL Terrein y Borneo Sporenburg.

Inspirada en Alemania y Países Bajos: así será la nueva Ciudad del Niño

Bautizado Plan Urbano Habitacional (PUH) Ciudad del Niño, el proyecto del Minvu en San Miguel busca la intervención del sector, incorporándolo a la trama urbana existente, dotándolo de equipamiento, además de la construcción de 1.000 viviendas que aportarán a la disminución del déficit habitacional.

El plan busca resolver el déficit de viviendas sin profundizar la segregación social, señala Carlos Montes, ministro de Vivienda y Urbanismo, por ello el proyecto se enmarca en el Plan de Emergencia Habitacional que busca construir ciudades más justas para todos. “Ciudad del Niño es un ejemplo de esto y simboliza el énfasis que tendrán una serie de proyectos que construiremos en todo el país, en lugares bien ubicados, conectados a servicios, y espacios públicos, con diseños innovadores que recuperen lo mejor de la tradición urbana y habitacional de Chile”, agrega el ministro.

Así será la futura Ciudad del Niño.

“Esta mirada nos permitirá recuperar el sentido de las ciudades como lugar de convivencia social, y de oportunidades para la realización de los proyectos de vida de las personas y comunidades”, añade Montes.

Los terrenos del proyecto fueron adquiridos por el Serviu, luego que en 2022 privados desistieran de la construcción de 5.041 viviendas en el lugar, idea resistida por la comunidad que demandaba un parque.

La Ciudad del Niño es parte de las obras emblemáticas que contempla el Plan Ciudades Justas del Ministerio y se emplazará en una superficie de 12,5 hectáreas. La propuesta no solo entregará aproximadamente 1.800 soluciones habitacionales, sino también un parque urbano de más de 2 hectáreas, que aportará a disminuir el déficit de áreas verdes de la comuna.

Para acceder a éstas, se podrá postular a los distintos subsidios del Minvu, así como también existirá venta libre para desarrolladores inmobiliarios. El objetivo es promover la integración social.

El Minvu, a través del Serviu Metropolitano, trabaja hoy en el diseño del Plan Maestro que permitirá definir los distintos usos que tendrá el proyecto y organizar las diferentes etapas para su ejecución.

La materialización de esa idea se hará mediante la suma de distintos espacios de carácter público con distintas figuras de administración (cesiones de área verde, lotes Parquemet y servidumbres en espacios comunes de la copropiedad).

El 2024 se realizará la licitación y adjudicación del diseño de macroinfraestructura (vialidad, parque y equipamientos), el cual sumado al estudio integral de diagnóstico, (en curso), serán los insumos requeridos para poder avanzar en el desarrollo de un PUH con las condiciones y exigencias de Ciudad del Niño.

Inspirada en Alemania y Países Bajos: así será el nuevo proyecto

En su versión original, la Ciudad del Niño contaba con 13 pabellones, los que llevaban el nombre de una país (embajada), como Estados Unidos, Canadá, Brasil, Uruguay, México, Ecuador, Colombia, Panamá, Venezuela y Paraguay, entre otros. Disponían de sala de estar, comedor, y dormitorios. También contaba con baños, oficina y dormitorio para el cuidador. Un pabellón tenía capacidad para 50 niños.

Diseñada por el arquitecto José Aracena Aguilar, uno de los puntos más simbólicos y emblemáticos del recinto, era la Escuela Mixta Ciudad del Niño, que posteriormente llevaría el nombre de Escuela Rebeca Catalán o Liceo A-91, donde hasta el día de hoy, se encuentran cinco murales de gran importancia cultural a nivel nacional.

Entre 1945 y 1946, un grupo de pintores muralistas del Ministerio de Educación, que eran dirigidos por Laureano Guevara (Premio Nacional de Artes 1967), realizaron estos murales mostrando a los pueblos originarios y al pueblo obrero.

En la imagen se aprecian algunos edificios junto a las ruinas del lugar. Crédito: Provinciano en la ciudad

Una reciente expedición urbana a cargo del investigador, ingeniero civil y fotógrafo Camilo Barra (Provinciano en la ciudad), recorrió el abandonado recinto. A esta práctica se le denomina urbex (urban exploration), la que se realiza en todo el planeta.

Es importante mencionar que en esos años, se pensaba de manera integral la pedagogía, los mencionados murales buscaban el acercamiento del arte y la cultura a los niños en su vida cotidiana. “El Grupo de Pintores Muralistas del Ministerio de Educación ejecutaron trabajos en varias escuelas, lamentablemente durante la dictadura cívico-militar se destruyeron la mayoría de estos trabajos. Afortunadamente, aún hay registros y de hecho, los únicos murales que quedan intactos se encuentran en la antigua Ciudad del Niño”, señala Barra.

Barra revela que la época de mayor esplendor del lugar, fue entre 1950 y 1960, en ese entonces habían más de 1.000 menores en el complejo.

Interior del complejo. Crédito: Provinciano en la ciudad

Durante el período de auge del lugar, incluso contó con un canal de televisión propio llamado Canal 3 - Ciudad del Niño, dependiente del departamento de psicología de la institución, donde se desarrollaron programas de conocimiento, que posteriormente la televisión abierta tomaría como referencia. Contaba con personas a cargo de la iluminación, edición, dirección, producción, conducción y camarógrafos.

Si bien la mayoría de los niños y adolescentes que asistían al recinto eran menores de edad en situación de abandono, también concurrían hijos de personas que sufrían de problemas económicos.

Durante los años 70, “el Consejo de Defensa del Niño comenzó a perder importancia, cuando las nuevas políticas sociales limitaron el aporte del Estado a solo organismos colaboradores del Servicio Nacional de Menores, Sename (creado en 1979)”, indica Barra.

La Ciudad del Niño luego de 80 años. Crédito: Provinciano en la ciudad

En ese entonces, también se construyó la estación de Metro Ciudad del Niño (1978), correspondiente a la Línea 2, entre las estaciones Franklin y Lo Ovalle, la que se ubica bajo la Gran Avenida, a la altura del Paradero 15. En los terrenos de la antigua Ciudad del Niño, al sur de la estación, funciona en la actualidad el Taller Lo Ovalle de la Línea 2 del Metro.

“Exaltación de los trabajadores”, mural por Laureano Guevara, 1946. Crédito: Provinciano en la ciudad

Posteriormente, durante la década de 1990, y sobre todo a partir del Plan Nacional para la Infancia y Adolescencia (2002), se desincentivó la internación de menores (se comenzó a promover la reinserción familiar de los niños), proceso que se aplicó también a la Ciudad del Niño. Concretamente, la Codeni aprobó la iniciativa de readecuar políticas de atención, según los principios que inspiraron estas reformas legales del sistema de protección de la infancia y adolescencia.

Una de las repercusiones de esto es la desaparición de la Ciudad del Niño Presidente Ríos, concretándose oficialmente en 2003, a 60 años de su apertura”, sostiene el explorador urbano.

Poco después, la Codeni vendió los terrenos y se concentró en los otros hogares que mantenía. En el lugar de la Ciudad del Niño se proyectó inicialmente la construcción de 23 torres de vivienda de más de 5 mil departamentos, de los cuales solo algunas alcanzaron a construirse. Ahora, el nuevo proyecto del Minvu continuará con la labor.

“Aún quedan vestigios de la Ciudad del Niño, algunos hogares (residencias) mantienen su estructura. El lugar más importante que aún se conserva es el Liceo A-91 Rebeca Catalán Varga”, establece Barra.

Uno de los antiguos accesos del recinto. Crédito: Provinciano en la ciudad

Este último hoy en día se encuentra resguardado, y según indican desde el Minvu, se desarrollará un plan para conservarlo. “La Municipalidad de San Miguel logró que sea considerado como Monumento Nacional, esto precisamente por los murales del Grupo de Pintores Muralistas del Ministerio de Educación”, recalca Barra.