Junio se presentó como el más lluvioso de los últimos 15 años en el país, registrando 106,7 mm de agua caída, según estadísticas de la Dirección Meteorológica de Chile (DMC). Uno de los motivos por los que ha ocurrido este fenómeno, es poco conocido hasta ahora y tiene directa relación con la Antártica.
El buen tiempo en el continente blanco, muy poco habitual para esta época en invierno, se ha producido por altas presiones. Gracias a este fenómeno, los frentes de lluvia se desviaron a Chile central, favoreciendo mayores precipitaciones en la Región Metropolitana. Lo usual es que estas altas presiones no estén en la Antártica, y por lo tanto los sistemas frontales se trasladen al sur.
Así como en Chile central tuvimos un junio lluvioso, las precipitaciones en el extremo norte de la península Antártica fueron un 40% menos de las habituales durante junio. De hecho, mientras la segunda mitad del mes de junio fue muy lluviosa en Chile central, en el extremo norte de la península Antártica, no se registraron precipitaciones relevantes.
Raúl Cordero, climatólogo de la Universidad de Santiago, señala que “la alta presión que hay sobre la Antártica, es llamada alta de bloqueo, porque literalmente bloquea el paso de los frentes y los empuja hacia el norte, es decir hacia Chile continental”.
Cordero añade que estas altas presiones “se producen en zonas donde la presión atmosférica es alta, por lo que el tiempo es bueno (despejado). Las altas presiones también se conocen como anticiclones, para diferenciarlos de los ciclones que definen zonas de baja presión (asociados a nubes y lluvias)”.
Roberto Rondanelli, investigador del Centro de Ciencia del Clima y la Resiliencia (CR)2 y académico del Departamento de Geofísica de la U. de Chile, coincide con Cordero. “Tanto lo ocurrido en la Antártica, como lo sucedido en la zona central del país, tienen una causa común y son parte de una configuración atmosférica conocida como alta de bloqueo o anticiclón de bloqueo”.
Vínculo con la megasequía
“Si esa alta presión no estuviese ahí, no desviaría los frentes hacia Chile central. Cuando esa alta presión se mueva, cosa que debería pasar en los próximos días o semanas, las probabilidades de que llueva en la zona central disminuirán”, añade Cordero.
“Este fenómeno es gatillado por tormentas lejanas que ocurren en el Pacífico tropical y que producen ondas de grandes dimensiones en la atmósfera (miles de kilómetros), que se propagan en el océano formando un patrón de teleconección. Ambos, el anticiclón en el mar de Weddell y Bellinghousen, y las tormentas en la zona central de Chile son parte de esta respuesta al forzamiento tropical”, explica Rondanelli.
“A la ausencia de esta alta de bloqueo, se le atribuye parte de la responsabilidad de la larga sequía que afecta a la zona central. La presencia de la alta de bloqueo sobre la península Antártica era más frecuente antes de la megasequía”, señala el profesional de la Usach.
Cordero añade que “las altas presiones sobre la península Antártica han contribuido a que no se congele la bahía Fieldes, frente a la base Escudero del Instituto Antártico Chileno (Inach). Esa bahía se congela usualmente a fines de junio”.
“Lo sucedido en estos últimos días muestra la fuerte influencia de la Antártica sobre el clima y el tiempo del hemisferio sur. Los cambios en el clima, pero también en el tiempo meteorológico de buena parte del país, están teleconectados con fenómenos que ocurren en zonas de altas latitudes, es decir en la Antártica”, explica Cordero.