La Oficina de Coordinación de Defensa Planetaria de la Nasa reveló una noticia que podría modificar los planes de muchas personas, pero por sobre todo, parejas alrededor del planeta. Se trata un nuevo asteroide llamado 2023 DW, el que podría impactar la Tierra el próximo 14 de febrero de 2046.

Si bien la posibilidad es baja aún, señala la Nasa, ya que se estima que pase a una distancia de aproximadamente 1,1 millones de millas de nuestro planeta, el tamaño de éste genera preocupación. Tiene aproximadamente 162 pies de ancho (aproximadamente el ancho de un campo de fútbol de la NFL) y tardará 271 días en completar una órbita solar.

“A menudo, cuando se descubren nuevos objetos por primera vez, se necesitan varias semanas de datos para reducir las incertidumbres y predecir adecuadamente sus órbitas en el futuro”, dijo la Agencia Espacial Norteamericana.

En este momento, el asteroide 2023 DW se encuentra entre los más “seguidos” por los especialistas en la denominada lista de monitoreo de impacto terrestre de la Nasa, ubicado con un 1 de 10 en la escala de Torino. Como es de suponer, el monitoreo es constante y seguirá durante los próximos meses y años.

Misión DART: defensa planetaria

La gran apuesta de la propia Nasa para detener asteroides y meteoritos es la Misión Double Asteroid Redirect, conocida como DART. “Asteroide Dimorphos, ¡vamos a por ti!”, tuiteó la Nasa después del lanzamiento.

“Lo que estamos tratando de aprender es cómo desviar una amenaza. En esencia, DART es una misión de preparación, y también es una misión de unidad y colaboración internacional”, señaló Thomas Zuburchen, administrador asociado de la Dirección de Misiones Científicas en la Sede de la Nasa en Washington.

La nave espacial está diseñada para impactar el asteroide mientras viaja a una velocidad aproximada de 24.000 kilómetros por hora. Su objetivo final, planeado para fines de 2022, es el asteroide lunar Dimorphos (“dos formas”), de 160 metros de ancho, que orbita un asteroide más grande llamado Didymos (“gemelo”). Este último alcanza 780 metros de diámetro.

Bernardita Ried, investigadora Centro de Astrofísica CATA, explica que el objetivo es alterar la velocidad y órbita del asteroide. “Tiene un gran valor científico, porque es la primera vez que podremos recabar datos concretos. Si bien todo esto se puede analizar desde un punto de vista teórico, ahora tendremos información y datos, de por ejemplo, cómo cambiaría el período de rotación del asteroide producto de la colisión”.

Juan Carlos Beamin, astrónomo y coordinador científico del Centro de Comunicación de las Ciencias de la Universidad Autónoma de Chile, establece que el objetivo principal es demostrar un método de defensa planetaria, “que consiste en lograr cambiar ligeramente la órbita de un asteroide al hacer colisionar una nave espacial, a gran velocidad, contra éste”.