Con una superficie de 53 km², el lago Caburgua, ubicado en la Región de la Araucanía, por más de una década vio un repentino y dramático retroceso del nivel de sus aguas. Las explicaciones iban desde la sequía y el cambio climático, hasta desvíos de agua e incluso antiguos movimientos telúricos.
Unas de las hipótesis más plausibles era que el daño era provocado por terceros, a través de desvíos de los ríos que abastecen el lago, pero también tomaron fuerza algunas causas naturales como fisuras subterráneas, generadas a partir del terremoto que afectó al sur de Chile en 2010, así como también la falta de lluvia en la zona.
Esta última teoría tenía respaldo en las estadísticas. Las precipitaciones disminuyeron considerablemente en los últimos años, sumado a la falta de nieve, lo que generó un retroceso del lago en sus playas.
Incluso, según el relato de familias que viven hace más de un siglo en el lugar, el lago vivió una situación con características similares a comienzo de los años 40, es decir, hace 80 años. Esto podría explicar lo sucedido, atribuyéndolo a un fenómeno cíclico.
Lago Caburgua recupera su agua luego de 15 años: aumentó en más de 350 metros
Sin embargo, este año la situación cambió radicalmente. Mientras realizaba una visita por el lugar, Juan Ignacio Barros, corredor de propiedades de la zona lacustre, se sorprendió con el actual estado del lago Caburgua: había recuperado su agua.
El testimonio de Barros (ver fotografías), coindice con la visión de la organización Vigilantes del Lago, iniciativa de la Fundación Red de Nuevas Ideas, apoyada por el Ministerio del Medio Ambiente a través del Fondo de Protección Ambiental.
Víctor Durán, líder de Vigilantes del Lago, señala que dado el aumento de las precipitaciones en los últimos años era esperable este significativo aumento del lago. “De acuerdo al seguimiento que Vigilantes del Lago ha realizado en los últimos años, la causa principal de este aumento es la mayor precipitación”.
“Nuestras mediciones del comportamiento en el nivel de agua, son en el eje horizontal de playa negra. Respecto de la cota más baja registrada, aumentó en más de 350 metros lineales, cubriendo casi la totalidad de la zona de playa y desaguando por efluente superficial”, añade Durán.
Esta situación se pudo ver empañada, ya que en marzo la Dirección General de Aguas (DGA) había anunciado el cierre del desvío desde el río Trafampulli, que abastecía al lago de agua. Sin embargo, la Corte de Apelaciones de Temuco detuvo la reposición del dique.
Raúl Cordero, climatólogo de la Universidad de Santiago, explica que la situación ocurrida en el sur del país, también se ha repetido en la zona central, “la recuperación de caudales y embalses durante los últimos 12 meses se debe a las generosas precipitaciones que resultaron del evento de El Niño que comenzó en junio de 2023, y terminó en junio pasado”.
“En Santiago, por ejemplo, se registraron entre julio de 2023 y julio de 2024, casi 550 mm de precipitación. Se trataron de los 12 meses más lluviosos en 22 años (desde 2002)”, agrega Cordero.
Durán revela que el domingo se vivió el último episodio de precipitaciones y posterior crecida del lago. “Normalmente desagua en forma subterránea aflorando unos kilómetros más abajo, hacia Pucón. Pero cuando son épocas lluviosas, además desagua en forma superficial, como ocurrió este año”.
Pese a lo anterior no alcanzó a desbordarse. “Llegó al borde. Y claro, pasó por sobre el camino que en ese tramo pasa por cauce desagüe superficial (ver fotografías). Recuerdo que en 2009 pasó lo mismo (hace 15 años)”, añade Durán.
Lago Caburgua recupera su agua: aumentó en más de 350 metros
Desafortunadamente sí, añade Cordero, “La Niña probablemente disminuya apreciablemente las precipitaciones. Aunque La Niña no ha completado su desarrollo, es probable que el desarrollo en marcha del fenómeno ayude a entender por qué las precipitaciones se frenaron en buena parte del país a partir de julio pasado. Sin embargo, lo que ya está claro es que el evento de La Niña que se está desarrollando no será particularmente intenso. Está por verse que tan largo será”.
La recuperación del caudal del lago, debido a precipitaciones registradas durante esta temporada, es un verdadero alivio, tanto a nivel de ecosistema como a nivel ciudadano.
Previo a la llegada de este registro hídrico, se llegó a pensar lo peor para el lago. La propia organización Vigilantes del Lago estimaba que de no mejorar la situación hídrica en los próximos 10 años, el lago Caburgua triplicaría su déficit y se convertiría en un río.
Escenario que para bien de todos, finalmente no ocurrió.