Según el registro histórico, la laguna de Aculeo debe su nombre al mapudungun Acum-Leu, que significa “donde finaliza el río”. Se han encontrado vestigios de entierros, vasijas y otros objetos en sus alrededores, como también una notable canoa o Wampo hecha de un solo tronco de boldo, donde entran por lo menos dos o tres personas, la cual se conserva en la familia.
Sin embargo, no se sabe de poblaciones estables en las orillas de la laguna, pero ya en 1639 era considerado “pueblo indio” por los españoles y era parte de la Estancia del Capitán español Don Alonso de Córdoba. Fue administrado posteriormente por quien lo adquirió de este último, Don Francisco Gutiérrez de Caviedes de La Torre.
Uno de los registros más antiguos de la laguna es un óleo del pintor Onofre Jarpa, que la muestra con abundante agua y una frondosa y generosa vegetación, que data de 1878.
La laguna tiene una altitud de 365 msnm y una superficie original de 12 km2, pero por una multiplicidad de factores, se ha ido secando desde el inicio de la llamada megasequía, lo que terminó de concretarse en mayo de 2018. Incluso, las copiosas lluvias recibidas en julio de 2022 alentaron la posibilidad de una recuperación. Pero eso no fue así.
Pese a esas luvias, el estero Pintué, uno de sus principale afluentes no pudo recuperar ni siquiera un pequeño porcentaje de su capacidad total.
Último temporal permite recuperar parte de su histórico nivel
El último sistema frontal logró que la tradicional laguna volviera a lucir su espejo de agua, lo que fue celebrado por la Municipalidad de Paine, donde se emplaza.
Lo sucedido permitió una casi milagrosa recuperación de su histórico caudal. “Maravilloso ver como se llena la Laguna de Aculeo nuevamente. ¡Vamos que se puede recuperar!”, escribió en su cuenta de Twitter el alcalde de Paine, donde se emplaza la laguna, revelando una fotografía de cómo estaba el curso de agua en los últimos años, y cómo quedó luego del reciente sistema frontal.
Pese al escenario positivo al que se ve enfrentada en este momento , Raúl Cordero, climatólogo de la Universidad de Santiago, cree que no hay que ilusionarse demasiado aún. “La recuperación de embalses, lagos o lagunas, perdidas por la sequia requerirá varios años de superávit de precipitaciones”.
La Dirección Meteorológica de Chile (DMC) ya anticipaba en su último informe la posibilidad de lluvias por sobre lo normal para el país en los próximos meses, pronóstico que poco a poco ya comenzó a cumplirse.