Tras ocho meses de interrupción en sus comunicaciones, la Nasa retomó el contacto con la sonda Voyager 2, que ha estado viajando por el espacio desde agosto de 1977.

Lanzada unas semanas antes de su gemela Voyager 1, ambas sondas fueron diseñadas para explorar los límites del Sistema Solar, incluyendo el cinturón de Kuiper, así como el espacio interestelar.

Los ingenieros enviaron una serie de comandos a Voyager 2 a través de una enorme antena de radio, que desde marzo había estado fuera de línea para una serie de reparaciones y actualizaciones. Así, a pesar de encontrarse a 18,8 mil millones de kilómetros, la sonda recibió la llamada y ejecutó los comandos, aunque los encargados tuvieron que esperar casi 35 horas para recibir una respuesta.

“Lo que hace que esta tarea sea única es que estamos trabajando en todos los niveles de la antena, desde el pedestal a nivel del suelo hasta el centro del plato”, dijo Brad Arnold, director del proyecto DSN en el Jet Propulsion Lab de la Nasa.

Entre las actualizaciones del plato de transmisión, ubicado en Australia, se encuentran dos nuevos transmisores de radio, que no se habían reemplazado en más de 47 años, y de los que se espera estén plenamente operativos en febrero de 2021.

“Esta antena es un sistema altamente especializado. Sólo hay otras dos antenas similares en el mundo, por lo que tener la antena abajo durante un año no es una situación ideal para la Voyager o para muchas otras misiones de la Nasa”, indicó Philip Baldwin, gerente de operaciones de la Nasa.

Esto implica además, que la antena podrá ser utilizada no sólo con Voyager, sino misiones actuales y futuras, como la misión Mars Perseverance, que arribará a Marte en febrero de 2021; y la comunicación en las misiones de la Luna a Marte, apoyando la misión Artemisa que enviará a la primera mujer y al segundo hombre a la Luna en 2024.