Chile y el planeta, actualmente se encuentran viviendo una de las sequías más prolongadas y severas de las que se tenga registro. Sin embargo, durante junio en la Región Metropolitana, aparece una luz de esperanza que pocos esperaban. Los pronósticos indican chubascos en los próximos días, evento que podría extenderse por hasta una semana.
Gianfranco Marcone, meteorólogo de la Universidad de Valparaíso, establece que se pronostican al menos cinco días de lluvia en un período de 12 días, contando desde el viernes pasado (12 de junio), “hasta el próximo miércoles (22 de junio), aproximadamente”.
"Durante esta semana, tendremos precipitaciones mañana miércoles, con hasta 15 mm de lluvia, el viernes y domingo. Hay que considerar que con el correr de los días, las lluvias pueden debilitarse o fortalecerse, incluso cambiar de día”, explica Marcone.
“Desde 2005, es decir hace 15 años, que no se daba un mes de junio tan activo. Ese año tuvimos hasta cinco eventos muy importantes, destacando uno en particular con 60 milímetros. Cayeron 146 en total en el mes. Este año es difícil que ocurra algo así, estaremos más cerca de 2014 o 2017. Podría ser el año más lluvioso después de 2005”, señala Marcone.
Según la estadística que entrega la Dirección Meteorológica de Chile, en 2014 se registraron 75,2 mm durante el mes de junio, mientras que en 2017 fueron 73,2 mm.
Es importante considerar algunos matices, añade Marcone. “Entremedio, hubo años con precipitaciones, pero distantes unas de otras, que duraron hasta tres días. El escenario actual indica un día de lluvia, luego otro sin y después nuevamente lluvia. Son varios eventos distintos”.
Las precipitaciones de mañana podrían arribar a otros lugares del país, además de la Región Metropolitana, sumándose la Región de O´Higgins, Coquimbo, Atacama y la costa central.
Felipe Meza, ingeniero en prevención de riesgos y medio ambiente de la Utem, entrega algunas recomendaciones ante este frente de mal tiempo. “A nivel domiciliario, las personas deben revisar e inspeccionar techumbres y bajadas de aguas, limpiando las canaletas y cubetas. En el ámbito comunitario, es fundamental limpiar las calles para retirar las hojas caídas de los árboles que no fueron podados, puesto que al escurrir las aguas obstruyen los sumideros de aguas lluvias (rejillas)”.
Efecto de la lluvia y coronavirus
En medio de la pandemia por Covid-19, el hecho de que lleguen precipitaciones en la capital tendrá un efecto positivo desde lo ambiental, limpiando el aire. Sin embargo, no afectará mayormente el comportamiento del virus.
Nicolás Muena, virólogo de la Fundación Ciencia & Vida, explica que la lluvia no tiene el efecto limpiador que podría pensarse. “El virus se transmite principalmente por microgotitas que se expelen al toser o estornudar, a través del contacto estrecho entre personas, de manera que el virus no queda flotando en el aire. Así la lluvia no sería ningún factor relevante en cuando a la limpieza del aire”.
Según estudios recientes, su incidencia es menor. “Hay gente que decía que la lluvia podría limpiar las superficies contaminadas, como los juegos o las bancas de los parques o la calle. Sin embargo, hace muy poco tiempo los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDA, su sigla en inglés) hizo una investigación en superficies inanimadas, que también se hizo en España en productos de supermercado, y ambos muestran que el virus se transmite muy poco en esas superficies", añade Muena.
Y a eso hay que sumar que el agua solamente tiene un efecto de dilución y "no de romper las partículas del virus, como el jabón”, señala el virólogo.