“Los nueve poderes”: los 9 secretos de longevidad de las personas que viven más de 100 años en zonas azules

Tener una vida larga y plena es una aspiración común entre las personas y la posibilidad de lograrlo no está tan lejos de la realidad. De hecho, hay poblaciones en el mundo que suelen vivir más de 100 años, en las conocidas Zonas Azules.

Las zonas azules son regiones del mundo donde las personas tienen una esperanza de vida excepcionalmente alta y una mayor proporción de centenarios en comparación con otras áreas. El término fue popularizado por el investigador y experto en longevidad Dan Buettner, que dijo recientemente en un podcast que, más allá del lugar, estas personas comparten similitudes: “Hay nueve denominadores comunes”, dijo Buettner. “Yo los llamo los ‘Nueve Poderes’”.

Dan Buettner, de 63 años, ha pasado más de dos décadas estudiando los lugares del mundo donde la esperanza de vida de los residentes supera la esperanza de vida media.

En su investigación, denomina cinco Zonas Azules en el mundo: Okinawa (Japón); Icaria (Grecia); Nicoya (Costa Rica); Loma Linda (California, EE.UU) y Cerdeña (Italia). Estas zonas comparten un estilo de vida y un medio ambiente comunes y cuya longevidad excepcional ha sido verificada con precisión. Por ejemplo, el nivel de longevidad masculina en Cerdeña es excepcional para los hombres, la longevidad se concentra en la parte centro-oriental de la isla y cubre todas las áreas montañosas del centro de la isla.

La denominación se debe simplemente a que, cuando inició su estudio, los investigadores utilizaban un rotulador azul para señalar los lugares donde se habían localizado estas poblaciones. Las investigaciones de Buettner sugieren que los factores que contribuyen a la longevidad en estas áreas incluyen la dieta, la actividad física regular, la vida social activa, el sentido de propósito, y la gestión del estrés.

En el podcast Ten Percent Happier with Dan Harris, Buettner habló sobre las similitudes que ha encontrado en las personas que viven una vida más larga y detalló los nueve factores comunes que contribuyen a la longevidad en las Zonas Azules.

Las dietas de las personas en las Zonas Azules consisten principalmente en alimentos integrales y de origen vegetal. Alrededor del 90% de su dieta proviene de estos alimentos, con un 65% de su ingesta calórica de cereales integrales, verduras, tubérculos, nueces y frijoles, dijo Buettner. Esta dieta rica en nutrientes y baja en grasas saturadas y azúcares refinados contribuye a una mejor salud y longevidad.

Tener un fuerte sentido de propósito está vinculado a una mayor longevidad. “Las personas con un sentido de propósito viven unos ocho años más que las personas sin rumbo”, dijo Buettner. En Okinawa, Japón, se utiliza el término “ikigai” para describir este propósito.

Los residentes de las Zonas Azules participan en rituales sagrados diarios para relajarse y reducir el estrés. Los adventistas oran varias veces al día, mientras que los ikarianos y costarricenses suelen tomar una siesta. Reducir el estrés diariamente ayuda a disminuir el riesgo de enfermedades relacionadas con el estrés, mejorando la salud y la longevidad.

“Más del 85% de las personas, especialmente los varones, que llegan a los 90 o 100 años beben todos los días de su vida”, afirmó. Pero “la mayoría de las veces, se trata de vino casero”. Aunque existe controversia científica sobre si el consumo moderado de alcohol, especialmente vino tinto, está asociado con beneficios para la salud cardiovascular y una mayor longevidad.

Las personas en las Zonas Azules utilizan estrategias para evitar comer en exceso, como no tener aparatos electrónicos en la cocina, comer en familia y consumir la mayor cantidad de calorías al principio del día. Estas prácticas ayudan a mantener un peso saludable y reducir el riesgo de enfermedades metabólicas.

Mantener a la familia cerca es común en las Zonas Azules. Los residentes suelen cuidar de sus familiares mayores en lugar de enviarlos a residencias. “Si mantienes cerca a tus padres ancianos en lugar de ponerlos en una residencia de ancianos, eso te permite ganar entre dos y seis años más de esperanza de vida”, dijo.

Las personas casadas y aquellas con relaciones sociales fuertes tienden a vivir más tiempo. Invertir en los hijos y en las amistades también es crucial. “También invierten en sus hijos, de modo que tengan una mayor probabilidad de supervivencia y tasas de mortalidad más bajas”, dijo. Las relaciones sociales sólidas proporcionan apoyo emocional y físico, lo que contribuye a una mayor longevidad.

Las personas que asisten regularmente a servicios religiosos, a la iglesia, al templo o a la mezquita, tienden a vivir entre cuatro y catorce años más que aquellas sin afiliación religiosa. La pertenencia a una comunidad religiosa ofrece apoyo social, propósito y prácticas que promueven la salud.

Tener amistades cercanas y positivas es fundamental en las Zonas Azules. Muchas personas tienen círculos sociales incorporados que promueven hábitos saludables. Un círculo social que fomente comportamientos saludables puede influir positivamente en la longevidad y el bienestar general.