Los puentes como un activo de la red vial
Recientemente se realizó el “Tercer Congreso Internacional de Puentes”, instancia organizada por la Escuela de Ingeniería en Construcción y Transporte de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso (PUCV), que congregó a más de 180 profesionales de Chile y otros países. Entre los temas que se abordaron se puede destacar la gestión de mantenimiento, cómo prevenir el colapso de una estructura, la ingeniería forense en puentes, la instrumentación, la tecnología, y también lo que se denomina monitoreo o salud estructural de los puentes.
En Chile, desde la academia, y en colaboración muy cercana con el Comité Nacional de Puentes y el Ministerio de Obras Públicas, hemos trabajado en entender el puente como un activo dentro de la red vial, lo que implica que éste no se trabaje singularmente, sino que se integre a una red vial que puede ser desde un camino, un túnel que conecte dos puntos, un puerto, un aeropuerto.
Entendido en ese sentido, cobra una relevancia significativa la labor para conservarlos, tenemos que preservarlos, conocer su estado de primerísima fuente, de manera muy detallada y específica, y es por eso que ha cobrado mucha relevancia la gestión del mantenimiento y la instrumentación y monitoreo de estructura. ¿Qué permite eso? que tengamos información detallada, datos que nos permitan evaluar el estado de condición de nuestros puentes y poder estimar, por un lado, la vida útil, y por otro las intervenciones que son requeridas, generando proyectos que sean más eficientes y sustentables, en cuanto a aspectos económicos, ambientales y sociales.
Para los próximos años el sector enfrenta una serie de desafíos. Desde el punto de vista de la construcción, la necesidad de nuevas técnicas constructivas y la utilización de nuevos materiales, los que van en la línea de la sustentabilidad. Una de las tendencias que se está trabajando para los puentes de madera es la utilización de métodos constructivos como el CLT (Cross Laminated Timber) o bien los sistemas encolados. También la incorporación de equipamientos que pudieran favorecer el buen comportamiento de las estructuras, como por ejemplo sistema de amortiguación, aisladores sísmicos específicos, entre bastantes otros.
Las técnicas constructivas van muy asociadas al diseño, como pueden ser aquellas de posicionamiento modular, de tableros, entre otros. Y finalmente, está la necesidad de considerar a los puentes como un activo y una parte de la red vial entendiendo su ciclo de vida y por lo tanto, en tal sentido el desafío es contar con mayor tecnología para conocer su estado y condición, lo que se realiza a través de programas de mantenimiento automatizados y para ello es fundamental la generación de manuales de operación y mantenimiento de grupos de puentes o en el caso aquellos más complejos, manuales específicos para este tipo de estructuras.
La resiliencia de nuestras estructuras y redes viales es prioritario, especialmente por el cambio climático, por ello una de las actuales líneas de trabajo de la PUCV en conjunto con el Ministerio de Obras Publicas se ha enfocado en la incorporación de índices de amenazas a la gestión de mantenimiento, contemplando los posibles eventos extremos como sismo, tsunami, pero además los provocados por el cambio climático como aludes, incendio, deslizamientos entre otros, robusteciendo la toma de decisión de los administradores de las redes viales.
*Ingeniero Civil en Estructuras y Construcción. Profesor asociado a la Escuela de Ingeniería en Construcción de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso (PUCV)