Viaje al Big Bang es la última publicación de Mario Hamuy.
Premio Nacional de Ciencias Exactas 2015, astrónomo de la Universidad de Chile y desde octubre de 2019 a diciembre de 2021, vicepresidente y jefe de misión de los observatorios de la Asociación de Universidades para la Investigación en Astronomía de Estados Unidos (AURA) en Chile, presenta su nuevo libro donde explica la génesis y posterior evolución del Universo.
¿Cómo es posible que, en mucho menos de un segundo, una explosión haya dado el puntapié inicial y fijado las leyes que regirían todo lo que vendría? Esta, una de las preguntas más inquietantes elaboradas por la comunidad científica durante el siglo XX, es la que el académico y divulgador científico intenta responder en este ensayo.
Los astrónomos, de forma increíble, han logrado remontarse catorce mil millones de años al pasado y adentrarse en ese dramático segundo en el que se forjaron las condiciones iniciales de nuestro Universo, asegura el autor de El sol negro. Desde allí, a partir de las propias leyes universales que el Big Bang dio, se ha podido reconstruir su biografía y, de paso, la nuestra, añade.
Es así como hoy tenemos el privilegio de ser testigos de este momento clave de la humanidad, en el cual, por primera vez luego de muchos milenios contemplando e interrogando al cielo, nuestra especie puede comenzar a responder científicamente la pregunta, ¿de dónde venimos los humanos?, establece Hamuy.
Esta nueva publicación se encuentra disponible en librerías a partir de este fin de semana, responsabilidad de Penguin Random House, Grupo Editorial.
¿Cómo se dio la génesis y posterior evolución del universo? ¿Cómo se puede explicar que en un segundo se haya generado todo? “La teoría del Big Bang señala que el Universo comenzó en una explosión hace 14 mil millones de años desde un volumen muy pequeño, más pequeño que un átomo, y que tuvo lugar en menos de un segundo. Es la teoría del Big Bang más aceptada por la comunidad científica, y que reposa sobre tres contundentes evidencias, que el libro resume en los primeros tres capítulos”, señala Hamuy.
En orden cronológico, la que ocupa el primera lugar, fue la teoría de que el Universo está en expansión, y señala que el éste está plagado de galaxias como la Vía Láctea, establece el astrónomo. “Al comienzo del siglo XX, se pensaba que la Vía Láctea era todo el Universo, y que contenía todas las estrellas del cosmos, y fue justamente a comienzos de siglo que se demostró que el Universo y el espacio están plagados de otras como la nuestra, y que se alejan entre sí. Eso se llama expansión del Universo. Ese proceso concluye en 1927, pero comienza en 1905″, añade.
Es un proceso que se inició en el hemisferio austral, en Perú y en el Cerro San Cristóbal en Chile, estos observatorios entregaron las primeras luces sobre la expansión del Universo, revela Hamuy. “Fue uno de los descubrimiento que hice mientras escribía el libro. Investigando la literatura científica me encontré con que los primeros datos sobre la expansión del Universo y la teoría del Big Bang llegaron de telescopios instalados en Arequipa (Perú) y el otro nada menos que en el Cerro San Cristóbal”, comenta.
En particular, este último telescopio, “correspondió a una misión del Observatorio Lick de Estados Unidos, que llegó a Chile en 1903 y se instalaron en una de las cumbres del cerro, muy cerca de la cumbre principal. El propósito de este telescopio era medir las velocidades de las estrellas de la Vía Láctea. Todavía está instalado ahí, pero ahora es un museo donde se puede ver el telescopio original, con un espejo de 93 centímetros”, explica Hamuy.
Desde allí esta expedición norteamericana, “logró medir la velocidad radial de la Nube Grande de Magallanes, un objeto difuso que estaba en medio de una polémica a comienzos del siglo XX, ya que se discutía si era un objeto externo a la Vía Láctea. En 1915 el astrónomo Ralph Wilson anunció justamente el sorprendente resultado, donde se aventuró a decir que era externa. Fue un anticipo de una década al descubrimiento de 1925 de que el Universo estaba lleno de galaxias. Desde Chile se anticipó el gran resultado que revolucionó la cosmología”, señala.
“Luego en 1964, se descubre y se constata una de las predicciones de la Teoría del Big Bang, que el Universo está lleno de radiación fósil, y que es una reliquia del Big Bang. Fue una casualidad que ocurrió en Estados Unidos, descubierto por dos ingenieros que estaban trabajando para los laboratorios de telecomunicaciones en Bale. Esa confirmación es quizás una de las más exitosas de la ciencia en general”, explica.
El astrónomo dice que luego, gradualmente, durante el siglo XX, “se fue confirmando mediante la construcción de telescopios más modernos, que el Universo y parte de éste, se formó durante los primeros 10 minutos de la expansión. Las predicciones que hace la teoría del Big Bang son confirmadas prácticamente a la perfección por los telescopios, me refiero a la abundancia de elementos químicos”.
¿Qué rol juega el ser humano? ¿Qué tan protagonistas somos de esta historia? “Es algo realmente extraordinario que surge de la investigación que se resume en el libro, que haya surgido la vida como resultados de procesos totalmente aleatorios y azarosos. La astrofísica nos enseña que tuvieron que ocurrir un sinnúmero de casualidades para que el ser humano habitara el Universo, y luego la aparición de la molécula, del ADN, es un misterio sin resolver. La selección natural que describe la evolución de la vida, la famosa Teoría de Darwin, nos enseña que la evolución de la vida no es un proceso con una planificación externa, sino que un proceso aleatorio. En resumen, la presencia de la vida en la Tierra es realmente un hecho extraordinario”, señala Hamuy.
“Lo otro que a mí me sorprende mucho, es que el ser humano, a pesar de su pequeñez física, haya logrado entender y establecer una teoría que explique todo el Universo, a gran escala”, agrega el científico. “El libro es una invitación para que el lector se sumerja en 120 páginas sobre el inicio del Universo y su evolución. Es legítimo que una teoría tan revolucionaria genere preguntas. Por la importancia de lo que estamos hablando, el ciudadano debe preguntarse si realmente ocurrió el Big Bang”, finaliza.