Una investigación reveló 13 lugares del genoma humano (loci) asociados al Covid-19 y la gravedad que representan. El estudio, por ejemplo, reportó la importancia del gen FOXP4, que está relacionado con el cáncer de pulmón, el DPP9, un gen también implicado en el cáncer de pulmón y la fibrosis pulmonar, y el TYK2, asociado a algunas enfermedades autoinmunes.
El estudio publicado en la revista científica Nature, denominado Iniciativa Genómica del Huésped de Covid-19, fue elaborado inicialmente por un grupo de investigadores liderados por Andrea Ganna, del Instituto de Medicina Molecular de Finlandia (FIMM) de la Universidad de Helsinki, Mark Daly, director del FIMM y miembro del Instituto Broad del MIT y de Harvard, y Ben Neale, codirector del Programa de Genética Médica y de Poblaciones del Broad Institute (EE.UU.).
En marzo de 2020, cuando el virus ya se había diseminado por todo el planeta, los científicos comenzaron a explorar el mecanismo detrás del Sars-CoV-2. Con el tiempo, la investigación fue creciendo y sumando más investigadores, hasta convertirse en una de las colaboraciones más extensas en genética humana, la que actualmente incluye a más de 3.300 autores y 61 investigaciones de 25 países.
Esta investigación, categorizada como un estudio de asociación de genoma completo (GWAS por sus siglas en inglés), incluyó cerca de 50.000 pacientes con Covid-19 y dos millones de personas no infectadas.
Los investigadores también identificaron factores causales en la gravedad del Covid, como el tabaquismo y el alto índice de masa corporal. Los hallazgos podrían ayudar a proporcionar objetivos para futuras terapias e ilustrar el poder de los estudios genéticos para aprender más sobre las enfermedades infecciosas.
Ben Neale, codirector del Programa de Genética Médica y de Poblaciones del Broad, afirmó que, si bien las vacunas confieren protección contra la infección, “todavía hay un margen sustancial de mejora en el tratamiento del Covid-19, que puede ser informado por el análisis genético”.
El investigador añadió que la mejora de los enfoques de tratamiento podría ayudar a cambiar la pandemia, “por una enfermedad endémica más localizada y presente en niveles bajos, pero constantes en la población, de forma muy parecida a la gripe. Cuanto mejor consigamos tratar el Covid-19, mejor equipada estará la comunidad médica para gestionar la enfermedad”.
Ignacio Silva, infectólogo y académico de Universidad de Santiago, señala que es muy interesante el estudio, de hecho, dice, “en distintas patologías, desde hace harto tiempo, se ha estado investigando en la genómica y su impacto en las distintas enfermedades. Por ejemplo, en el cáncer se ha estado avanzando bastante. Yo creo que la importancia de estos hallazgos es que uno podría identificar mediante la genómica aquellas personas que podrían estar más expuestas a las complicaciones asociadas al Covid-19, e identificar a la población de riesgo con mayores probabilidades de complicarse”.
Javier Tinoco, infectólogo de Clínica Universidad de los Andes, señala que es muy relevante tener identificado todos los factores que pudiesen estar relacionados a la forma de presentación del Covid-19, “y entender por qué algunos desarrollan enfermedad leve y otros grave”.
Roberto Olivares, jefe de Infectología de Clínica Dávila, explica que tal como dice el estudio, “el ser portador de estos genes parece ser un factor de riesgo de severidad. El saber esto podría llevar a investigar potenciales terapias genéticas que podrían contrarrestar la expresión de estos genes, para evitar que los pacientes evolucionen en forma grave. Pero es probable que esto tome tiempo. Esto ayuda a entender mejor cómo se desarrolla la enfermedad, sobre todo las formas más graves”.
Puede ayudar como factor pronóstico, “comprender la evolución de la enfermedad en algunos pacientes y posiblemente identificar blancos de tratamiento a futuro”, añade Tinoco.
Se deberían priorizar algunas medidas, “como por ejemplo establecer grupos prioritarios para la vacunación o recibir una tercera dosis; en aquellos que expresen genes que representen mayor riesgo de complicaciones asociadas al Covid-19. Por ejemplo, la presencia de algunos genes podrían tener una mejor respuesta”, añade Silva.
Muestra de la diversidad genética
Gracias a la gran cantidad de datos procedentes de todo el mundo, los científicos pudieron realizar análisis estadísticamente sólidos con mucha más rapidez y a partir de una mayor diversidad de poblaciones de lo que podría haber hecho cualquier grupo por su cuenta.
De los 13 genes identificados hasta ahora por el equipo, algunos tenían frecuencias más altas entre los pacientes de ascendencia asiática oriental o meridional que en los de ascendencia europea, lo que subraya la importancia de la diversidad en los conjuntos de datos genéticos.
Daly señaló que han tenido mucho más éxito que en los esfuerzos anteriores en el muestreo de la diversidad genética, “porque hemos hecho un esfuerzo concertado para llegar a las poblaciones de todo el mundo. Creo que aún nos queda un largo camino por recorrer, pero estamos haciendo muy buenos progresos”.
Mari Niemi, también del FIMM y analista principal del estudio, afirmó que el consorcio dio prioridad a la comunicación a medida que los científicos analizaban los datos, publicando inmediatamente los resultados una vez comprobada su exactitud. “El equipo espera que sus resultados puedan indicar el camino hacia objetivos útiles para la reutilización de fármacos”.
Silva, jefe de infecciones intrahospitalarias del Hospital Barros Luco, explica que la presencia o ausencia de algunos genes puede determinar una mejor respuesta a algunos fármacos. “Por ejemplo, algunos pacientes pueden responder mejor a corticoides si es que tienen ciertos genes presentes y otros no, y priorizar ciertos corticoides con unos u otros pacientes. Y así, con otros fármacos que se podrían definir para qué tipo de población sirven o no sirven”.
Nos gustaría aspirar a conseguir un buen puñado de hipótesis terapéuticas muy concretas el próximo año. “Siendo realistas, lo más probable es que nos ocupemos del Covid-19 como un grave problema de salud durante mucho tiempo. Cualquier terapia que surja este año, por ejemplo a partir de la readaptación de un fármaco existente basada en conocimientos genéticos claros, tendría un gran impacto”, explica Daly.
Ganna destaca han sido capaces de encontrar señales genéticas sólidas gracias a sus esfuerzos de colaboración, a un espíritu cohesionado de intercambio de datos y transparencia, y a la urgencia que supone saber que todo el mundo se enfrenta a la misma amenaza al mismo tiempo.
Es interesante la ventana que se abre en esta materia, “y que hay mayores facilidades para hacer estudios genómicos. Esto abre un espacio para explorar distintas alternativas terapéuticas, para definir factores en pacientes o poblaciones de mayor riesgo y priorizar investigaciones en fármacos o vacunas en estas personas que tengan algunos genes de interés”, establece Silva.
Daly señala que las conclusiones de este trabajo son únicas y pueden cambiar el paradigma del campo de la genética humana, que ha estado dominado por estudios de enfermedades crónicas comunes, enfermedades genéticas raras y cáncer. “Estos descubrimientos han sido realmente informativos y nos han hecho darnos cuenta de que hay mucho potencial sin explotar en el uso de la genética para entender y potencialmente desarrollar terapias para las enfermedades infecciosas”.