Un nuevo análisis de fósiles del mayor dinosaurio depredador conocido que existió en la Tierra, el Spinosaurus aegyptiacus, sugiere que fue un verdadero depredador en zonas costeras, pero no un “asesino” de aguas profundas.
Los hábitos de caza de esta criatura, de cinco metros de altura, 15 de longitud y 10 toneladas de peso, han sido objeto de un intenso debate científico desde que en 2014 se publicaron las descripciones más completas y detalladas de sus fósiles a la fecha.
En aquel momento, el Spinosaurus fue descrito como un depredador semiacuático que merodeaba por la orilla de los ríos del Cretácico, en lugares fangosos para emboscar a los peces con sus enormes mandíbulas de cocodrilo y sus dientes entrelazados.
Además, lo “alejaba” de la costa, señalando que estaba bien adaptado para perseguir a sus presas fuera de las aguas poco profundas y cazar bajo el agua. Estos argumentos se basaban en nuevos fósiles que sugerían que tenía una cola carnosa parecida a un remo para nadar y huesos densos que le ayudaban a sumergirse bajo el agua.
Sin embargo, un nuevo trabajo de paleontólogos de la Universidad de Chicago rechaza esta “hipótesis acuática” por inverosímil. Utilizando reconstrucciones virtuales actualizadas de su esqueleto y masa corporal basadas en sus fósiles, analizaron su capacidad para propulsar su prodigiosa masa bajo el agua y descubrieron que, si bien era realmente un cazador en la costa, con muchas adaptaciones para la vida al borde del agua, fracasaría como depredador totalmente acuático y subacuático.
“¿Creo que este animal se metía en el agua con regularidad? Absolutamente, pero no creo que fuera un buen nadador, ni capaz de un comportamiento de inmersión completa”, señaló Paul Sereno, académico de biología y anatomía de la Universidad de Chicago y autor principal del nuevo estudio.
“Simplemente no es un animal que sería dinámico encima del agua como un nadador, y mucho menos bajo el agua”, describió.