El gran objetivo es ampliar la generación de electricidad en Chile. Actualmente el norte del país, es la zona donde se produce mayormente, y ahora se suma un nuevo integrante: el sur.
Los investigadores del Centro de Excelencia en Geotermia de Los Andes (CEGA) comenzaron a prospectar en el marco de un proyecto financiado por el Fondo de Innovación para la Competitividad (FIC) este escenario.
Para iniciar el proyecto se posicionaron en Puyuhuapi (Región de Aysén), presentando un estudio que representa un primer paso para que áreas cercanas a termas puedan desarrollar exitosamente proyectos geotérmicos que permitan a localidades aledañas dejar de depender de fuentes energéticas nocivas como el diésel o la leña.
Nicolás Pérez, investigador del CEGA y coordinador del proyecto, señala que esto representa “una oportunidad única para entender un tipo de sistemas geotermales que se repiten a lo largo de todo el sur de Chile por el Sistema de Falla Liquiñe-Ofqui de la Cordillera de Los Andes, el cual atraviesa desde la Región de Aysén hasta el Bío Bío por alrededor de 1.000 km”.
El proyecto “Factibilidad de Cogeneración Geotérmica en Puyuhuapi” (FIC 2018) cuenta una inversión de $135 millones, los que provienen del Gobierno Regional de Aysén, sumado a aportes propios del CEGA.
La investigación entrega los primeros indicios sobre el potencial de esta zona, para alimentar de electricidad por completo al poblado (de 300 habitantes), considerando también todos sus servicios públicos y comerciales, tales como educacionales, de salud, alumbrado, etc.
Con apoyo del Gobierno Regional, el CEGA se encuentra explorando cuáles son las condiciones necesarias para desarrollar una planta sustentable de cogeneración geotérmica, considerando estudios de terreno, aspectos legales y analizando la disposición de la comunidad para convivir con esta tecnología. Podría ampliarse a otras zonas, lugares y/o regiones.
Cogeneración eléctrica: electricidad y calor
Uno de los puntos destacados del estudio, es que entrega una perspectiva nueva, que “considera la opinión, necesidades y aspiraciones de la comunidad desde un comienzo, con el fin de visualizar un proyecto coherente con el entorno y realidad local”, añade Pérez.
Y fundamentalmente, “abre las puertas para plantas geotérmicas de pequeña escala (1MW o menos) que satisfagan las necesidades locales de poblados aislados que actualmente dependen del petróleo, algo que no ha sido analizado hasta el momento. Este tipo de soluciones ayuda generar una matriz más diversa y en base a energías limpias”, argumenta el coordinador del proyecto.
La cogeneración eléctrica, es un proceso que, a partir de un mismo recurso, genera electricidad y calor al mismo tiempo. Pérez indica que es mucho más eficiente que producir por separado, “y puede estimular la economía local, ya que permite generar invernaderos, secadores de leña, o incluso puede impulsar turismo mediante la creación de nuevos balnearios termales, privados o comunales, potenciando el desarrollo industrial de pequeña a gran escala”.
Además, la investigación concluye que las plantas geotérmicas no afectan el flujo ni la calidad de las aguas termales de su entorno. Los fluidos geotérmicos utilizados para generar electricidad corresponden a depósitos mucho más profundos que los que originan las fuentes termales, y tras utilizarse para generar electricidad, se reinyectan mediante tuberías reforzadas para evitar contaminación cruzada, por lo que no se liberan a la superficie.
Aunque el potencial geotérmico está confirmado, aún se espera una hoja de ruta para dar a conocer los aspectos técnicos, económicos, sociales, culturales y legales necesarios para que el desarrollo de una planta de cogeneración en esta localidad sea factible.